“Saber y Sabor” la iniciativa en la que un restaurante reconocido apoya a uno que no lo es

La idea es sencilla y al mismo tiempo original. Un restaurante reconocido de la ciudad apadrina a otro pequeño, de la economía popular, para ayudarle a mejorar su oferta culinaria y a crecer desde una perspectiva comercial.

27 de febrero de 2013

Los beneficiarios son los 50 restaurantes populares de las localidades de La Candelaria y Santa Fe. Algunos de los padrinos son: Sopas de Mamá y Postres de la Abuela; La Bifería, T-bone, El Húmero, Merlín, Gato Gris, WOK; los restaurantes de la Cadena de Hoteles Estelar, La Sandwichería, Casa de Citas, Capital, La Spaguetatta y Al Sahara.

Desde finales de 2012, la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico, en convenio con la Asociación Colombiana para la Industria Gastronómica, Acodrés, viene desarrollando el proyecto ‘Red Saber y Sabor’, una iniciativa en donde un total de cincuenta restaurantes serán acompañados por un número igual de padrinos (restaurantes exitosos de la industria gastronómica local).

Durante seis meses, los equipos conformados por un beneficiario y un padrino trabajarán a partir de un diagnóstico de la unidad productiva, en temas como mercadeo y ventas, recursos humanos, buenas prácticas de manufactura, medio ambiente, abastecimiento, gestión contable y responsabilidad social.

“La idea es que ambos sectores puedan participar en un gran proceso de transferencia de conocimientos, que compartan prácticas culinarias y se estrechen lazos entre los restaurantes reconocidos y los restaurantes populares para fortalecer la industria gastronómica de Bogotá”, precisa Carlos Simancas, Secretario Distrital de Desarrollo Económico, quien cree en la posibilidad de que la Red sea un proyecto autosostenible, a la vez que un modelo replicable en otras localidades de la ciudad.

Por su parte, Edilberto Guerrero, alcalde local de la Candelaria, espera con este proyecto “articular una ruta gastronómica en el sector de Belén; segundo, recuperar el Callejón de los Fotógrafos, y crear allí un pasaje gastronómico o una rotonda donde todos los restaurantes ofrezcan la misma carta, con una oferta muy variada”. A lo que agrega la importancia cultural que reviste el sector, “sería maravilloso encontrar esas fotografías que nuestros papás o familiares se tomaron aquí en los años 40 o 50, y hacer de este lugar un ícono, en complemento al desarrollo gastronómico de la localidad”.