Palatino busca en navidad padrinos a niños Arahuacos

Con Bonos Felices Palatino usted puede ayudar en Navidad a los niños arahuacos de la Sierra Nevada de Santa Marta. Los clientes de este centro comercial tienen la oportunidad de unirse a una bonita causa para garantizarles salud, educación y nutrición.

2 de diciembre de 2011

Este programa, denominado Plan Padrinos, se realiza en conjunto con la Fundación FUNDA-AMARIN (Fundación Nuevo Amanecer Indígena) liderada por uno de los mamos de la etnia.

En esta  época de Navidad, los los clientes podrán apadrinar y apoyar a un niño de la comunidad indígena Arhuaca, adquiriendo Bonos Felices por $2.000, $5.000 y  $10.000. Cuando un visitante se une a la causa y hace  una donación,  se les entregan recordatorios tales como las manillas diseñadas por Mercedes Salazar, muñequitos arhuacos y otros objetos que hacen que regresen y sigan participando con esta noble causa. Estas ayudas llegan directamente a la comunidad de la Escuelita Simunurwa, ubicada en la Sierra Nevada de Santa Marta, exactamente en Pueblo Bello, departamento del Cesar.   Los bonos felices se pueden adquirir directamente en el centro comercial Carrera 7 # 138-33, Bogotá. Teléfonos: (1) 614371

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Una iniciativa desarrollada en Bogotá está dando buenos frutos en Pueblo Bello, Cesar, un caserío de la Sierra Nevada donde los niños arahuacos y sus familias se benefician  de la generosidad de quienes visitan el centro comercial Palatino. La iniciativa, denominada Plan Padrinos,  es otro ejemplo de responsabilidad social.  Cada vez que un comprador visita Palatino,  los sueños y esperanzas de los niños arahuacos, a cientos de kilómetros de Bogotá,  empiezan a hacerse realidad. ¿La razón? La vida de 150 pequeños ha cambiado positivamente, gracias a una iniciativa emprendida dos años atrás por este centro comercial que encontró una fórmula para que los visitantes apadrinen sus  necesidades y les brinden bienestar.

Así nació el Plan Padrinos, un programa que hoy hace parte de las políticas de responsabilidad social de Palatino. Para materializar la idea, el centro comercial cuenta hoy con un stand de donaciones hasta donde los compradores pueden acercarse para hacer aportes en dinero, recursos que luego se traducen en  soporte nutricional y médico, vestuario para cada niño apadrinado, así como elementos de aseo y útiles escolares. Cuando un visitante se une a la causa y hace  una donación,  se les entregan recordatorios tales como las manillas diseñadas por Mercedes Salazar, muñequitos arhuacos y otros objetos que hacen que regresen y sigan participando con esta noble causa. Estas ayudas llegan directamente a la comunidad de la Escuelita Simunurwa, ubicada en la Sierra Nevada de Santa Marta, exactamente en Pueblo Bello, departamento del Cesar.   

Para  dar inicio a  la campaña pudimos constatar que al interior de la comunidad arahuaca visitada existe una grave problemática social.  La escuela no contaba con dotación básica y existe dificultad de traslado, lo que obliga a los niños a caminar largas distancias.  El objetivo del programa es garantizarles alimentación durante el día, útiles escolares, vestuario tradicional, vacunas y programas de salud”, explica María Cristina Vega, gerente de Palatino.

Esta labor   se realiza en conjunto con la Fundación FUNDA-AMARIN (Fundación Nuevo Amanecer Indígena) liderada por uno de los mamos de la etnia.

A partir de un estudio realizado por médicos para la Fundación, se pudo evidenciar los altos índices de desnutrición y de allí surgió la necesidad de crear un espacio físico (casita de recuperación) que permite la estadía de los niños más graves para iniciarles el proceso de recuperación y a la vez tener la oportunidad de educar a la familia en  nutrición y  temas diversos que les ayudan a mejorar la calidad de vida.

El jardín botánico, otra de las obras bandera,  cuenta con 17 hectáreas de terreno ubicadas en Pueblo Bello,  Cesar, y está a cargo de los propios mamos de la comunidad.  

“Estamos facilitando la puesta en marcha  de diversos proyectos sostenibles como producción de miel, de panela orgánica, gallineros, y crianza de especies menores, todo esto con el objeto de generar fuentes de proteína, alimentos para la población vulnerable y adicionalmente la generación de empleo para los padres de familia”, cuenta orgullosa la ejecutiva.

“Busintana” el jardín botánico –concluye- sirve de proyecto piloto para replicar en otros centros del país  como  ejemplo de desarrollo sostenible medioambiental para comunidades indígenas.