Huelga del campo colombiano comienza con baja adhesión y bloqueos de vías

La primera jornada de la huelga convocada por sectores agropecuarios colombianos, coincidente con el retorno de un "puente" festivo, transcurrió hoy con una baja adhesión y algunos bloqueos en carreteras resueltos por la Policía, que detuvo a por lo menos 22 personas.

20 de agosto de 2013

"Al terminar el primer día del paro, lo primero que hay que reiterar es que la situación está totalmente bajo control. Se presentaron algunas situaciones complejas, algunos actos de vandalismo y violencia que son lamentables y que hay repudiar", manifestó el ministro del Interior, Fernando Carrillo.

El Gobierno diseñó un plan de seguridad que involucró a miles de miembros de la Policía y a las Fuerzas Armadas para impedir que los cortes de carreteras perjudicaran a millones de viajeros que este lunes regresaban a sus hogares después de tres días de asueto.

"El paro no ha sido por lo menos de la magnitud que se esperaba" señaló por su parte el presidente Juan Manuel Santos luego de reunirse en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo, con Carrillo y con otros funcionarios para analizar la situación.

La Policía cifró en unas 12.500 las personas que salieron a las calles en 17 puntos de todo el país para manifestarse en esta primera jornada de la huelga nacional convocada por tiempo indefinido por el movimiento Dignidad Cafetera.

El movimiento, formado por organizaciones regionales de productores de café, no se pronunció sobre el grado de participación de sus afiliados ni tampoco lo hicieron los gremios de camioneros o de trabajadores de la salud, entre otros que habían prometido sumarse a la huelga.

Entre las reivindicaciones de los huelguistas están la reducción de precios de los insumos usados por el sector agropecuario, la restricción de las importaciones y el control del contrabando, una nueva política minera y medioambiental que proteja la vocación agropecuaria del país y el fomento de créditos para el sector.

Los incidentes más delicados de la primera jornada se registraron en los departamentos de Boyacá (centro), Valle del Cauca (suroeste), Antioquia (noroeste), Arauca (noreste), Nariño y Putumayo (suroeste), donde la Policía tuvo que intervenir para despejar carreteras que habían sido bloqueadas.

Por la mañana, la Policía detuvo a dos personas que participaban en un corte del tráfico entre Bogotá y Tunja, capital del departamento de Boyacá, donde fueron pinchadas las ruedas de varios vehículos y los huelguistas quemaron neumáticos en la vía.

Por la tarde se registraron enfrentamientos en esa misma carretera entre un grupo que dijo ser de productores de papa y de leche y los policías que intentaban reabrir la vía.

Los manifestantes arrojaron piedras y artefactos artesanales de pólvora contra la Policía, que respondió con el lanzamiento de gases.

"Las manifestaciones del ejercicio de la violencia fueron muy inferiores a lo que se había considerado", manifestó sin embargo el ministro.

Una situación similar se presentó en la vía que conduce de Buga a Tuluá, ambas en el Valle del Cauca, donde fueron arrestadas veinte personas que, al igual que las dos detenidas en Boyacá, serán procesadas en la justicia, dijo el director de la Policía, general Rodolfo Palomino.

"La oportuna intervención institucional y el mismo apoyo ciudadano nos ha permitido conjurar aquellos escenarios de riesgo, aquellas amenazas y en estos momentos la movilidad es expedita sobre estos ejes viarios", manifestó Palomino.

El jefe policial denunció que en algunas zonas se han encontrado logotipos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), lo que, explicó, indica que ese grupo guerrillero intenta infiltrarse en las protestas.

Desde La Habana, donde hoy comenzaron otra ronda de los diálogos de paz con el Gobierno, las FARC respaldaron la huelga y pidieron "que no se criminalice el derecho a la protesta social", al tiempo que criticaron la "manida costumbre" de las autoridades de identificar "toda manifestación de inconformidad social y popular" con ese grupo guerrillero.

El plan de seguridad dispuesto por el Gobierno para esta huelga busca impedir grandes concentraciones de gente o manifestaciones violentas como las registradas en junio y julio pasados en las protestas de campesinos del Catatumbo (noreste), que dejaron cuatro muertos y más de medio centenar de heridos.

EFE