El mando a distancia, a las puertas del cementerio de la alta tecnología

Durante 30 años, el mando a distancia, colocado en la mesa de salón, escondido debajo del cojín o posado en la palma de la mano, se ha convertido en un objeto familiar, pero podría rápidamente dejar paso a nuevos modos de manejar la televisión.

5 de septiembre de 2012

En el salón de la electrónica para el gran público IFA, que se celebra hasta este miércoles en Berlín, Christophe Chancenest está sentado frente a una pantalla, con un captor entre él y el objeto.

Con una mirada hacia el suelo, el director de márketing para Europa de Haier hace aparecer en la pantalla el nivel del volumen del televisor. Mira hacia la izquierda y el volumen baja. Mira hacia la derecha, y sube.

Por primera vez, el fabricante chino, un actor reciente en el mercado de los televisores, presenta un prototipo de mando a distancia con la mirada. Con un simple movimiento de ojos, el televidente puede cambiar el volumen, el programa o hacer desfilar el menú. Con un parpadeo hace la selección.

"Pensamos que el consumidor busca la interactividad más simple con la máquina", explica Chancenest.

Haier va todavía más lejos, con un prototipo de casco que lee el pensamiento. Al pensar "más", pasamos al canal siguiente y a la inversa al pensar "menos".

Más allá de estos experimentos no comercializados, el control a través del gesto, la voz o el teléfono inteligente son ya ineludibles en los nuevos televisores conectados a internet (conocidos como 'Smart TV').

Con un simple barrido de la mano, el demostrador de Panasonic envía las fotos desde una tableta a la tele, y con un deslizamiento del dedo, "atrae" un programa de televisión hacia su teléfono, sin perder un segundo al cambiar de soporte.

"Es el fin del mando a distancia tal y como lo conocimos. Todos los productos con pantalla funcionarán juntos, por lo que cada producto se convierte en un mando a distancia", augura Laurent Abadie, jefe de Panasonic Europa.

El nuevo televidente ya no está sentado delante una, sino de varias pantallas, con la tele delante, el teléfono en la mano y la tableta a un lado.

Para seleccionar entre millones de vídeos en Youtube, el usuario "no lo hace con un mando sino con su teléfono", añade Jïrgen Boygny, del gabinete GFK.

La mayoría de los fabricantes disponen ahora de una aplicación que transforma el teléfono inteligente en mando a distancia. Pero podríamos incluso prescindir de él.

Samsung presentó en la IFA su software de gestión de televisión por movimiento utilizando el popular videojuego Angry Birds. Con un gesto, el telespectador puede jugar a este videojuego, preinstalado en las televisiones de último modelo del surcoreano. A través de una cámara y de un micrófono encima de la pantalla, su sistema 'Smart Interaction' permite elegir el programa con un gesto de la mano o navegar en los menús usando la voz.

¿Se sumará el mando a distancia a los objetos desaparecidos, como el videocasete?

"Tengo la impresión de que los fabricantes sueñan con que haya más mandos a pesar de todo, esta sigue siendo la forma más simple de introducir texto y, para algunos, la herramienta más fácil de utilizar", anticipa Christophe Chancenest.

De ahí la elección de fabricantes, como LG, de sofisticarlo. Su 'magic remote', lanzado la pasada primavera, sólo cuenta con unos botones y una rueda en medio. Inspirado en los mandos de las consolas de videojuegos, también está dotado de sistemas de navegación por movimiento y de reconocimiento vocal. En Estados Unidos, dispone además de un teclado en el reverso para navegar a través del servicio en Google TV.

Si los caminos del futuro son de momento inescrutables, las vías de la alta tecnología para el mando a distancia podrían pasar de nuevo por Apple. El proyecto de televisor de la marca de la manzana alimenta los rumores desde hace varios años.

AFP