Atentados a oleoductos causan despidos de obreros petroleros

Unos 500 trabajadores de empresas contratistas de la petrolera estadounidense Occidental fueron despedidos de los campos Caño Limón y Caricare, en el departamento colombiano de Arauca, fronterizo con Venezuela, confirmaron hoy a Efe fuentes sindicales.

8 de abril de 2014

Óscar García, miembro de la Dirección Nacional de la Unión Sindical Obrera (USO), aseguró que los despidos los justifica la empresa por los frecuentes atentados guerrilleros contra el oleoducto Caño Limón-Coveñas, que saca el crudo de esa parte del país hacia el Caribe.

"El oleoducto no opera desde hace más o menos un mes por lo ataques de los insurgentes", dijo García, quien en todo caso señaló que esa situación no justifica los despidos porque hay otras figuras jurídicas que permiten salvar la situación.

El oleoducto, de 780 kilómetros de extensión, transporta hasta el puerto caribeño de Coveñas, en del departamento de Sucre, petróleo extraído de los ricos campos de Caño Limón, en el este del país.

García explicó que en la legislación laboral colombiana existe la posibilidad de suspender los contratos hasta que "la fuerza mayor" pase y por eso los trabajadores pueden seguir amparados en los sistemas de salud.

"Lo que pasa es que la Compañía (Occidental) instruyó a sus contratistas para que dieran por terminado, supuestamente de mutuo acuerdo, los contratos y así ningún trabajador queda con vínculo con la empresa", explicó García.

Añadió que no es posible que 500 trabajadores se pongan de acuerdo para ir y dar por terminado un contrato de trabajo a término indefinido por mutuo acuerdo.

De todos modos, dijo el dirigente sindical, el miércoles de esta semana la USO y la gerencia del campo Caño Limón tendrán una reunión para tratar el tema.

"En este momento se apagaron todos los pozos del campo y la capacidad de almacenamiento está muy cerca de su límite, pues apenas hay espacio para recibir 18.000 barriles", explicó García que añadió que los tanques pueden almacenar algo más de un millón de barriles de crudo.

El ministro de Trabajo, Rafael Pardo, señaló que "esas son las consecuencias terribles del conflicto que acaba afectando a familias y personas que no tienen nada qué ver y acaban perdiendo las fuentes de trabajo".

Pardo llamó a que se busquen todas las alternativas posibles para "una finalización del conflicto" y reclamó "apoyo al proceso de paz que es lo que garantizaría para el país una nueva situación en términos de oportunidades, de tranquilidad y de posibilidades de inversión".

Según Pardo, "todos los grupos armados y acciones armadas acaban afectando a la población civil y este es un ejemplo de eso".

Por su parte el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, anunció que el próximo mes se hará en Arauca un incremento del pie de fuerza policial y de unidades militares para elevar las capacidades de protección de la infraestructura petrolera.

"Vamos a hacer esfuerzos adicionales. Los grupos terroristas, en una clara demostración de debilidad en la que están, hacen uso de explosivos o ataques a mansalva a los oleoductos y demás infraestructura, que lo único que logran es generar pobreza, que las regalías no lleguen a los más pobres, que se derramen el petróleo en los ríos y se contaminen los acueductos", dijo Pinzón.

 EFE