Desafíos para terminar con crisis de zona euro

Con el pasar de los días, los titulares de los diarios son cada vez más pesimistas en torno a la crisis de la zona euro. Mientras los dirigentes de la alta esfera financiera tratan de tomar medidas de austeridad con el fin de evitar un contagio masivo, los inversionistas y los mercados emergentes ya se empiezan a preparar para blindarse ante una posible recesión en esta región.

2 de diciembre de 2011

No obstante, el riesgo se hace cada vez más grande, sobre todo si tenemos en cuenta que un sistema bancario paralizado resultaría fatal y profundizaría aún más esta coyuntura. Así mismo, preocupa que las economías más saludables de Europa comiencen a mostrar síntomas de rezago.                                                                                                             

Por tal motivo, el reto al que se enfrentan los responsables de adoptar políticas de salvamiento es cada vez mayor, aunque según explica Scott Thiel, Director de Renta fija europea y no europea de BlackRock, el desafío se debe centrar en cuatro acciones decisivas para terminar con la crisis: “ (1) más compras de bonos por parte del Banco Central Europeo; (2) más detalles sobre los bonos de rescate y menos complejidad; (3) una real reestructuración de la deuda en Grecia, Portugal e Irlanda, con una depreciación de acreedores privados de 75% a 80% y (4) una disciplina fiscal que no asfixie el crecimiento de la economía”.

Igualmente, dos de los factores que se consideran también cruciales para mejorar de alguna manera las expectativas en este escenario, son la recapitalización de los bancos y la estabilización del mercado de bonos.  

Sin embargo, nadie duda que es clave el papel clave que juega el Banco Central Europeo, “la gran institución de este continente que debe estar dispuesta a comprar los bonos de la de la deuda italiana en cantidad suficiente para mantener los costos de financiación”, afirmó Russ Koesterich, Estratega Jefe Global de iShares. Este es quizás uno de las estrategias más efectivas a la hora de restaurar la confianza de los inversionistas y llevar a los mercados a alcanzar niveles normalizados.   

Ahora bien, mientras los inversionistas continúan concentrados en la situación de la zona euro, la atención pronto se volcará hacia Estados Unidos por la negociación del próximo presupuesto.

El primer obstáculo que evidencia este escenario es el de llegar a algún acuerdo y así evitar cualquier tipo de parálisis, como la registrada en el verano pasado. Uno de los peligros es que el recorte de ingresos e impuestos puede actuar como un lastre para la ya débil expansión.

Otras de las preocupaciones que agobia al sector es el tema de la generación de empleos. “En este punto, aunque el crecimiento no ha sido lo suficientemente fuerte, el número de nuevos empleados creados se incrementa lentamente. En octubre del presente año, la economía estadounidense creó 1.256 nuevos millones de trabajos, una mejora significativa si tenemos en cuenta los 695 mil puestos generados en los primeros diez meses de 2010”, señaló Koesterich.

A pesar de esto, la mala noticia es que la generación de empleo no se traduce en un incremento en los salarios. Por ejemplo, a los trabajadores que ganan por hora, su aumento ha sido en un 1.5% por año, siendo este el ritmo más lento desde 2004. Con estas cifras, el estilo de vida de los consumidores se ve claramente afectado, pues los imposibilita a acceder a productos y servicios, que a la postre termina por disminuir la demanda.

Aunque el entorno financiero se encuentra en un momento crítico por estas coyunturas mencionadas, es poco probable que el mundo entre en un escenario apocalíptico y catastrófico. Existe una lista de tareas pendientes que ameritan medidas contundentes y que sobre todo muestra necesidad de sobrepasar el estancamiento político e instalar una coalición creíble, que demuestre liderazgo para implementar reformas estructurales de fondo.