| Foto: Alejandro Acosta

Opinión

Yo sí olvido el año viejo

Sin duda alguna, enfrentar el regreso a las actividades laborales, una vez terminada la temporada de fin de año, para quienes tuvieron o no vacaciones, es bastante difícil de enfrentar.

Sandra Liliana Miranda Forero
14 de enero de 2013

La adaptación a la rutina en el trabajo, el hecho de tener que ajustarse nuevamente a los horarios estrictos y en sí, el volver a relacionarse con los compañeros de trabajo, sacrificando el tiempo que se destina a otras actividades en las vacaciones y el espacio que se comparte con familiares y amigos, es motivo incluso de depresiones menores para algunas personas.

Y esta situación se puede comparar incluso, con la que enfrentan niños y jóvenes al tener que regresar a las actividades académicas, después de las vacaciones.

Aunque sabemos que las vacaciones son limitadas y que es inevitable regresar al trabajo, es claro que cuando estamos en temporadas de descanso solemos dormir y comer más, destinar el tiempo a actividades más relajantes y placenteras y olvidarnos por unos días, del estrés que acarrea el trabajo. Quisiéramos tal vez, prolongar esta temporada y poder descansar más.

Pero el día de regresar llega y ante esto, es conveniente tener en cuenta algunas recomendaciones, no solamente para hacer menos traumático el proceso, sino para enfocar el nuevo año y este nuevo ciclo, de tal forma que podamos volvernos más productivos sin sacrificar la felicidad.

En otras palabras, sin dejar a un lado las responsabilidades del trabajo, sin evadir los compromisos laborales y sin desconocer que el estrés puede aparecer, podemos ser felices y darle un enfoque diferente a la actividad que llevamos a cabo. Esto no solo nos garantizará una mejor calidad de vida en el campo laboral, sino que además, nos permitirá ver mejores maneras de hacer las cosas y porque no, un ascenso.

Haga una lista de propósitos laborales y de tareas a realizar

El tiempo que se destina a planear las actividades jamás será un tiempo perdido. Aunque es común que en ocasiones no queramos hacer listas de tareas o propósitos, para no tener que recordar la realidad del regreso al trabajo y del comienzo de un nuevo año, hacerlo nos permitirá a mi modo de ver dos importantes logros: primero, darnos cuenta que tal vez al separar un gran problema (o lo que consideramos como tal), en varias partes, nos dejará ver soluciones más fácilmente.

Tal vez, notemos incluso, que el problema o problemas que tenemos que resolver en nuestro oficio al regresar de las vacaciones, no es o no son tan terribles como lo creíamos y que podamos diseñar soluciones más eficientes y óptimas.

Segundo: no todo podemos dejárselo a la memoria. Hacer una lista de propósitos y tareas es necesario para ir revisando que está pendiente, que es lo más prioritario y cómo podemos pedir ayuda en caso de ser función de otras personas dentro de la empresa. Adicionalmente, hacer una lista relacionada con las actividades laborales está estrechamente relacionado con nuestros proyectos personales.

Por ejemplo, podemos estimar cual sería el momento más adecuado para programar un viaje, para iniciar estudios de pregrado o posgrado y hasta para poder pedir algún permiso para citas médicas nuestras o de algún familiar. También nos deja saber, que tan eficientes estamos siendo en el uso del tiempo y de los recursos que tenemos asignados en nuestras labores.

Por dónde empezar: vea su trabajo desde una nueva óptica

Es posible que las personas que llevan mucho tiempo en un mismo empleo y en una misma compañía, trabajando con las mismas personas y cumpliendo un mismo horario, sientan que su productividad es marginalmente decreciente; es decir, que a medida que pasa el tiempo, la productividad en su labor aumenta cada vez menos.

Esto en parte se puede atribuir al desgaste y falta de motivación que se siente con los años, pero también al hecho de haber caído en la rutina. No se preocupe por ello; ocúpese de ello. Piense que el trabajo es la actividad a la que le dedicamos la mayor parte del tiempo, por lo que estar a gusto en él, no solo garantiza que seamos mejores trabajadores, sino que nos hará más felices.

No importa si usted cuenta con un jefe que lo motiva o no. Usted puede crear un mejor entorno que hará que su trabajo sea más creativo y hasta divertido. Y esto no solo lo notará usted, sino su equipo de trabajo. Piense que es una situación similar a la que enfrenta un matrimonio de muchos años de establecido. Si se cae en la rutina, se pierde el interés. Algunas recomendaciones:

• Trate de buscar algún posgrado o curso nuevo, que le aporte nuevas herramientas. Siempre habrá cosas nuevas, pero la cuestión es que no se nos ocurren siempre.

• Trate de ir a foros, congresos y eventos relacionados con su trabajo, ya esto le dará la oportunidad de conocer a personas importantes para su desarrollo profesional y le permitirá escuchar conferencias o charlas de nuevas tendencias.

• Intente ver cuáles son las cosas que más le molestan de su trabajo y de las personas con las que trabaja. Revise qué está en sus manos para poder mejorar total o parcialmente estos aspectos y haga un honesto autoexamen de su relación con los demás. Usted también puede estar teniendo una actitud que es molesta para los demás. Si usted empieza el cambio, tal vez note que al poco tiempo los demás también cambiarán de manera positiva.

• Renueve su espacio de trabajo. No importa si su oficina es grande o pequeña, si es para usted solo o si debe compartirla. Realice una nueva decoración, coloque fotos de sus seres queridos, trate de escuchar música, sin que esto altere el desempeño laboral suyo o de los demás.

• Dese pausas en el trabajo. Trate de levantarse de su puesto de trabajo para caminar un poco o para tomar un café. Recuerde que el sedentarismo no es conveniente y es perjudicial para la salud física y mental.

• Destine de la mejor manera el tiempo libre, haciendo ejercicio, compartiendo con su familia y amigos, haciendo actividades que usualmente no puede realizar y trate a como de lugar de llevar el trabajo a la casa.

En conclusión, trate de que el ánimo positivo con el que la mayoría de personas iniciamos el nuevo año, también beneficie la vida que lleva en su ámbito laboral. No vea el trabajo jamás como un castigo, como una rutina, esperando a que lleguen las próximas vacaciones. Trate de optimizar los procesos laborales: es decir, haga lo mejor que pueda con lo que tiene.

Recuerde que además de su felicidad, su salud también se pone en juego cuando no se están llevando buenos hábitos y actitudes en el trabajo. Tenga en cuenta que está bien exigirse, pero usted es un ser humano no una máquina, por lo que a veces, reconocer que el trabajo se extralimita y que se necesita la ayuda de otras personas, no es sinónimo de debilidad, sino de responsabilidad con su propia estabilidad emocional.

Si usted trabaja en algo que lo apasiona, es en verdad afortunado, pero si no es así actualmente, empiece a adoptar estrategias que hagan lo hagan sentirse apasionado con lo que hace. Tal vez no sea ahora, pero será pronto si empieza desde hoy, o antes de que llegue el trabajo de sus sueños.

Piense por último, que ningún empleo le garantizará el no enfrentar problemas y a personas problemáticas. Lo importante es que el problema no esté en usted. Así será más feliz y dejará de ser un trabajador del común para pasar a ser un líder, sin importar el cargo que ocupe.
                                                               
Sandra Liliana Miranda Forero
Magistra en Economía y Economista, Pontificia Universidad Javeriana
Profesora Departamento de Economía y Posgrados en Administración en Salud
Coordinadora de Posgrados, Pontificia Universidad Javeriana
Twitter: @salimifo