Educación

Los pros y los contras de la educación virtual

Gracias a la evolución de las tecnologías, la distancia y los tiempos ya no son una barrera para que las personas puedan estudiar. Pero existen circunstancias que hay que tener en cuenta antes de optar por este tipo de educación.

14 de julio de 2015

Décadas atrás la educación presencial y tradicional era la única forma en la que niños, jóvenes y adultos podían acceder para obtener una formación que les permitiera tener los conocimientos y desarrollar las habilidades necesarias para desempeñarse en alguna profesión a futuro.

Pero gracias a la evolución de la tecnología, desde hace algunos años esto ha venido cambiando. Ahora, la enseñanza usa herramientas que permiten tener una disponibilidad de cualquier tipo de contenidos cuando se quiera, en el momento que sea. Esto elimina cualquier tipo de barrera y excusa para que una persona pueda iniciar su proceso de aprendizaje, en cualquier etapa de su vida.

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Por supuesto, la tendencia de educación virtual empezó a nivel mundial y luego aterrizó en el país. De acuerdo con Luis Fernando Correa, gerente de Operaciones e Innovación de Universia, en Colombia se empezó a hablar de educación virtual finalizando década del 90. “Quizás los últimos 4 o 5 años algunas pocas universidades empezaron con ese tema. Ahí fue cuando se fundó por ejemplo la Universidad Católica del Norte que funciona desde santa rosa de osos y su vocación desde el comienzo fue ofrecer educación virtual”.

Luego de eso, empezó a darse un gran desarrollo con otras universidades que empezaron “a ofrecer programas en modalidad virtual, primero más diplomados y a partir de ahí empezaron a crear programas académicos a modalidad distancia pero apoyado por tecnología” añadió Correa.

Las diferencias

Aunque pareciera que la diferencia entre lo tradicional y lo virtual sólo es el espacio y las herramientas, “la gran diferencia está en el acceso casi ilimitado a océanos de conocimiento disponibles en Internet a costos bajos, a menudo gratis. Esto le permite a cualquier aprendiz desarrollar habilidades en las áreas del saber de su interés sin depender de un profesor como proveedor del conocimiento sino más bien apoyándose en este como un guía o tutor para guiarlo en su proceso de aprendizaje”, dijo Carlos Hurtado, gerente del programa de educación de Intel para Latinoamérica.

Esto hace que tanto el “ambiente” como el estudiante y el profesor, tengan unas condiciones distintas para ejercer sus roles, especialmente porque la interacción y la comunicación se convierten en una parte fundamental en esta educación.

Según Alexander Hernández, Gerente AZUL Innovación, el e-learning se fundamenta en cinco elementos básicos:

1. La personalización: El e-learning es flexible, no importan tanto los horarios de trabajo del estudiante, o dónde viva, o los medios o plataformas que prefiera usar para acceder al contenido, podrán estudiar y formarse.

2. La asincronía, que ha permitido a cada estudiante adaptar el estudio a sus ritmos vitales y profesionales.

3. La interactividad, entre estudiantes, docentes y contenidos.

4. Los materiales didácticos, son un elemento muy importante, ya que permiten el acceso a conocimientos muy especializados y de calidad.

5. Un sistema de evaluación continua, en el que el estudiante es consciente y responsable de su proceso de aprendizaje, a la vez que tiene mecanismos alternativos de evaluación diferentes al examen final tradicional.

Sin embargo, no toda la educación virtual es igual, pues desde el punto de vista metodológico existen grandes diferencias dependiendo de la entidad que la ofrezca, explica el experto de Universia. “Algunas pueden ser más centrada en contenidos; otras, más centradas en el estudiante y también existen otras que dan un papel importante al profesor”, concluyó.

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Los costos

Dependiendo de la institución educativa que ofrezca este tipo de educación, los precios por tomar una educación de este tipo pueden variar pero, por lo general, los costos son más bajos y esto, por distintos motivos: costos de infraestructura, los de los recursos (porque, por ejemplo, no requiere de comprar libros), entre otros factores.

Según Correa, por términos debería ser más barata, “sin embargo cuando uno mira oferta que hay a veces encuentra que mismo programa tiene costo igual presencial y virtual y eso no es razonable”.

Esto hace que el estudiante realmente pueda obtener un ahorro de casi el 80% de los gastos que tendría si asistiera a la educación tradicional.

No obstante, el experto de Intel explica que hay quienes aseguran que el conocimiento tiende a ser “commodity”, es decir, “cada vez cuesta menos o llega a ser gratis, por lo tanto lo que realmente importa es cómo aplicarlo, o cómo enseñar a aplicarlo, de una manera creativa e innovadora”.

Con lo que hay que tener cuidado

Y aunque todo parece ser positivo, existen otros factores que se deben tener en cuenta antes de optar por este modelo de educación: primero, se trata de un sistema que requiere de unas habilidades particulares de parte del estudiante, pues la autonomía y la independencia son los factores fundamentales que le permiten a una persona avanzar en sus estudios sin un “policía” detrás de él.

Otro factor es la calidad, pues no todas ofrecen los mismos contenidos y las mismas formas de aprendizaje. Es por eso que si bien se tiene una falsa percepción sobre la calidad, “progresivamente va mejorando en calidad y llegando cada vez a más usuarios y finalmente se convierten en el nuevo normal. Así ocurrió con los PCs, con la música y la fotografía digital y está ocurriendo con la educación en su transición hacia los contenidos digitales”, explicó Carlos Hurtado.

Un tercer elemento es que, dentro de lo posible, este modelo debería ser acompañado por un factor de práctica, que sí tiene la educación presencial “en el entrenamiento real en campo y no solo en la transmisión de conocimiento. Así mismo, permiten aplicar herramientas lúdicas, creativas y experienciales, cuyo potencial ya comprobado, se puede aprovechar en su totalidad en modelos presenciales”, sugirió Alexander Hernández.

Finalmente, existe una recomendación fundamental al respecto, especialmente cuando se trata de programas de educación de universidades extranjeras: “sobre todo con instituciones españolas que ofrecen títulos que llaman ellos “master” y allá, ese concepto no es el mismo de acá que traduce en “maestría” y menos en algunos casos donde hay máster que no son regulados por ministerio de educación allá”, advirtió el experto de Universia.

Es por eso que es necesario hacer una evaluación previa de los programas a los cuales busca acceder, pues en Colombia puede que ese estudio no sea validado como usted espera y la inversión, por lo general, puede ser mucho más alta.

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