Millones de datos circulan a diario por la red. | Foto: Archivo Semana

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¿Qué hacemos con tanto dato?

Aparentemente, universo real y digital tienen poco en común. Sin embargo, hay un aspecto en el que no son tan diferentes: su inmensidad escapa a nuestra imaginación.

28 de marzo de 2012

En las dos últimas décadas el universo digital ha experimentado un crecimiento espectacular. Actualmente circulan por él tantos bits de información como estrellas hay en el cielo. Las cifras son elocuentes: cada dos años el volumen de datos se multiplica por dos.

Se prevé que solo en 2011 la cifra de producción y almacenamiento alcance los 1.8 zettabytes (unidad de magnitud considerablemente mayor al megabyte, con el que estamos más familiarizados). A esa conclusión ha llegado un reciente estudio realizado por una empresa de investigación de mercados por encargo de EMC, especialista en almacenamiento.

Volumen de datos inimaginable

Resulta difícil hacerse una idea de lo que supone la unidad zettabyte. Si la convirtiéramos en bytes, obtendríamos un guarismo con veinte ceros.

En declaraciones a dw-world.de, la directora de EMC Alemania compara esta cifra con “200 mil millones de películas en alta resolución. Una sola persona tardaría 47 millones de años en verlas todas, y eso si se dedicara a ello de forma ininterrumpida”.

El incesante crecimiento de datos se debe a muy diversos factores. Uno de ellos es el constante avance de la tecnología: antes la música, la fotografía y el cine se grababan y conservaban de forma analógica. Hoy, solo en Youtube se cuelgan cada hora nada menos que 35 horas de imágenes.

Por otra parte, cada vez resulta más barato guardar información de forma digital. El precio por guardar un gigabyte de información ha bajado entre 2005 y 2011 de unos 18 dólares hasta los tres que cuesta ahora y el volumen de datos almacenados no disminuirá en el futuro. Todo lo contrario, hasta 2015 la expansión puede llegar hasta los 7.9 zettabytes, de acuerdo con las previsiones de los especialistas de EMC.

Nubes virtuales

Últimamente se habla en informática de nube virtual. “Tan deprisa tiene lugar el crecimiento de volumen de datos, que ni personas ni empresas tienen capacidad para almacenarlos en sus ordenadores o en servidores propios”, dice Sabine Bendienk. Por ello hemos desarrollado una aplicación que ofrece soluciones de almacenaje en la nube virtual. Ponemos a disposición un lugar para acceder a esa información de forma asequible y cómoda”.

Tras la nube virtual se halla la necesidad de poner a disposición del usuario recursos como software, optimización de redes, capacidad de cálculo y almacenaje.

Estrictamente, no se trata de algo muy reciente. Los usuarios de internet se sirven habitualmente de algunas de estas posibilidades, ya que, al colgar fotos o subir vídeos, utilizan los servicios de almacenaje de un servidor externo.

Muchas posibilidades, pero no exentas de riegos

La nube virtual tiene la ventaja para las empresas de que pueden prescindir de grandes inversiones en licencias de software. Solo pagan por aquellos servicios que necesitan en cada momento, por lo que optimizan su dinero.

Además pueden acceder y modificar sus datos siempre que lo necesiten, pues se puede conectar de forma sencilla con el “almacén”. Lo cierto es que en esta época de ordenadores portátiles, smartphones e iPads, algo hay que hacer para que la información quede a buen recaudo.

Dentro de unos años, es posible que la nube virtual sustituya por completo a los ordenadores y que las empresas no necesiten los servidores.

La Cámara Alemana de Tecnología de la Información apunta a la nube informática como la nueva tendencia del sector, capaz de cambiar la forma en que actualmente trabajamos. Ello no quita que también existan riesgos. Uno de ellos es el tratamiento de información sensible, que debe quedar a salvo de virus, sabotajes y otros peligros.