Existen varios tipos de jefes, que, aunque con buenas intenciones, son poco queridos por los trabajadores.

Laboral

Los ocho jefes que nadie quiere

Existen algunos jefes que los empleados no quisieran tener en su trabajo. Si usted está dirigiendo un departamento o empresa, fíjese en las características que debe dejar pasar para no convertirse en un jefe que nadie quiere tener.

10 de febrero de 2015

Según un listado realizado por Inc, estos son los jefes que las personas preferirían no tener en su ámbito laboral. Conozca cuáles son:

1) El perdido:

Este jefe tiene un objetivo específico que quiere que los miembros de su equipo logren, pero no puede definirlo con precisión. Por este motivo siempre quiere que todos trabajen para él y lo ayuden a desdeñar en qué consiste aquello que tanto anhela.


2) El jefe papá:
Este tipo de jefe quiere pensar a esta empresa como una familia. Por ende, prioriza las relaciones por sobre la eficiencia y la efectividad de los empleados. Además, es conocido por hacer regalos, y ayudar a los funcionarios que tengan problemas y precisen solucionarlos.

En empresas lideradas por este tipo de jefes, la tolerancia al error es muy alta, incluso cuando los trabajadores no están preparados para ese puesto. Aunque las personas que trabajan en este lugar se sienten comprendidas y queridas, no sienten que están trabajando en un ámbito profesional.


3) El ocupado:
Este jefe tiene una necesidad importante de justificar su valía mostrando sus habilidades. Siempre busca problemas para encontrarle soluciones y da consejos al resto, incluso cuando no hay necesidad de motivar su ego. Puede llegar a crear una situación problemática solo para resolverla y sentirse bien por ello. Sus empleados, por lo general, terminan teniendo la impresión de que no pueden trabajar de manera independiente ni tomar sus propias decisiones.

4) ¿El incluyente?:
Este jefe es el que organiza reuniones largas, sabiendo desde un principio a dónde quiere llegar, pero que igual invita a todos los participantes a dar su opinión. Escuchará a todos y a cada uno de los presentes, pero luego dirá “Gracias a todos por sus ideas, esto es lo que haremos”. Esto provocará frustración por el tiempo perdido y hará que la próxima vez prefieran no contribuir en una causa en la que no cumplen ningún rol.

5) El jefe bomba:
Algunos jefes suelen ser simpáticos y amables en la mayoría de los casos, pero cuando alguien comete un error o hay dificultades en la comunicación, la situación explota: habla de mala manera, grita y deja en evidencia a quien cometió la infracción.


6) El reservado:

Estos jefes se caracterizan por no salir casi nunca de su oficina. Llegan, cierran la puerta y no son accesibles en lo más mínimo. Solo son conocidos por todos los empleados por que su nombre aparece en los e-mails y cartas que envía a los clientes, pero nunca sabrán con precisión cuál es su personalidad, ni sus características.

7) El ‘demasiado’ cálido:

Estas personas tienen la costumbre de tocar a otros en demasía. En algunos casos te golpean la espalda de una manera amigable o te tocan el hombro, pero nunca piensan en cuán bien recibido puede ser este gesto por la otra persona. No consideran los espacios personales de los demás y esto puede generar problemas.

8) El conciliador:
Estos jefes quieren ser bien vistos y considerados por todos y cada uno de los empleados. Por este motivo, odian las emociones negativas, más aún cuando éstas están relacionadas con ellos, y evitan los enfrentamientos y las discusiones acaloradas. Su prioridad consiste en permanecer en buenos términos con todos los miembros de la empresa en vez de trabajar para el desarrollo del negocio.