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Jefes

Llame la atención sin afectar el clima laboral

Poder efectuar adecuadamente un llamado de atención sin afectar el clima del lugar de trabajo, es el anhelo de todo buen jefe que se precie.

6 de septiembre de 2013

Todos los jefes en algún momento se han visto en la necesidad de otorgar una reprimenda a algunos de sus subordinados, el problema es que no sólo es un momento ingrato, sino que además es riesgoso, ya que dependiendo de cómo se realice puede afectar o no, el ambiente de trabajo en la compañía. Sin embargo es un momento que debe darse, ya que es la oportunidad para resolver el problema y mejorar los procesos de la compañía.

¿Cuál es el riesgo?
Bueno, puede ocurrir que el empleado que recibe la corrección reaccione de un modo disonante, atribuyendo a la personalidad de su jefe los motivos del llamado de atención.
Además hay que considerar que todo ‘regaño’ repercute, también, en quienes no son llamados al orden.

Es por esto que el llamado de atención debe ser entendido como una instancia de aprendizaje, y no como un reto amenazante hacia el futuro, sino como una oportunidad para cambiar y crecer laboralmente.

Llamar la atención sin romper el clima es todo un desafío, pero es un desafío posible.

¿Cómo llamar la atención?
1. Piense qué es lo que desea señalar
Si la amonestación es sobre la actitud del empleado hacia la tarea, lo que se cuestionará es que la persona no está aportando a la organización lo que la organización necesita de ella. En este caso, pregúntese si el empleado realmente conocía qué se esperaba de su función y de su conducta, revise las constancias que pueda tener al respecto, como manuales de inducción, contratos, etc.
Pero si la reprimenda es sobre los resultados obtenidos, se deben analizar exhaustivamente las causas y aportar soluciones.

Evalúe la instancia individual, pero no pierda de vista la instancia del trabajo en equipo que llevó a esa situación.

2. Escuche
Es un signo de respeto escuchar la versión de los hechos según el empleado. Pero no lo haga por ser respetuoso y nada más, hágalo para implicarlo en el análisis de la situación y en la búsqueda de las soluciones que él mismo deberá aplicar.

3. Cuide los detalles
Hable a solas, en privado. Tenga todo el cuidado necesario en el modo de transmitir lo que tiene que decir, use palabras conciliadoras y positivas. Evite las interrupciones por un llamado telefónico o una reunión ya agendada. Su gesto marcará el estilo de diálogo, no confunda la seriedad con el gesto adusto.

4. La razón
Precise el motivo de la charla desde el inicio, desde un punto objetivo, no lo haga personal, de este modo tendrá más chances de lograr una reacción positiva.

5. No se confunda y no confundirá

Recuerde que su intención no es valorar a la persona, sino analizar hechos y actitudes hacia la tarea que deben resolverse inmediatamente.

6. No es aniquilar
Su intención al llamar la atención es lograr una solución, para eso debe actuar con un sentido educativo, esto es: orientar, guiar, aportar sugerencias sobre procesos para mejorar.
Si el empleado observa que esa es su intención, podrá comprender la situación y ese será el primer paso para tener su apoyo y compromiso.

7. Sea justo
Sea equitativo y justo con todos sus empleados. Ya se ha mencionado que debe evaluar no sólo las instancias individuales, sino también los procesos grupales. La mayoría de los trabajos en la mayoría de las organizaciones, se realizan en equipo. Antes de llamarle la atención al empleado protagonista de esa corrección, evalúe si es realmente el único que necesita un llamado de atención.

8. El reconocimiento esperado
Cuando usted llama la atención, sugiere estrategias para la solución del inconveniente y espera el compromiso del personal implicado. Si esta se lleva a feliz término, recuerde que usted fue implacable para marcar la falta. Entonces sea igual de perspicaz para señalar el reconocimiento por el cambio que ha esperado.

Reconocer al empleado que ha enmendado su error, no sólo le hará bien a éste, también le hará bien al equipo todo y, por supuesto, le hará mucho bien a usted, después de todo quién tomó la decisión de llamar la atención y qué esperaba de esa decisión.