| Foto: Archivo Semana

Trabajo

Jefes, ¡qué miedo!

El temor hacia el jefe –fundado o no–, puede frenar su desarrollo laboral. Ocho recomendaciones de expertos para reducir las tensiones y superar esta situación.

11 de octubre de 2012

Mente en blanco, tartamudeo, palpitaciones y sudoración excesiva en las manos son los síntomas más conocidos del denominado ‘pánico escénico’, un estado anímico que se relaciona casi siempre con cantantes, actores o artistas del espectáculo.

Pero estos síntomas también le pueden resultar familiares en su oficina si enfrenta una típica situación de miedo al jefe. Las tensiones en el trabajo, la falta de comunicación fluida o los desencuentros con los superiores jerárquicos pueden generarle esta desagradable situación en la oficina y, peor aún, pasarle una cuenta de cobro laboral.

Para muchos ejecutivos que buscan escalar posiciones dentro de la organización, el temor hacia el jefe llega a convertirse en pan diario. Ya sea porque el jefe maneja un estilo de dirección de mando –control (autoritario)–, o porque el subalterno padece de un caso típico de temor reverencial –porque puede despedirlo–, el miedo es el peor consejero en la vida laboral, asegura el experto Roberto Rabouin, vicepresidente académico de Aden, la escuela argentina de negocios.

La consecuencia de no enfrentar esta situación y mantener un ambiente de tensión frente al superior no solo lleva a ejecutivos talentosos al aburrimiento permanente, al freno en sus expectativas de ascenso e, incluso, al despido, sino que además le restan a la empresa la posibilidad de desarrollar el potencial de colaboradores clave, asegura Francisco Piquero, socio de Horton International Colombia.

Por eso, si ya tiene claro que padece un caso severo de temor por el jefe, estos ocho consejos de expertos le ayudarán a superar la situación y tomar decisiones que potencien su carrera.

Ocho claves para enfrentar tensiones


1- El diagnóstico

La primera recomendación de los expertos es analizar la situación actual para saber por qué se producen las tensiones. Muchas veces el problema es de simple percepción, o por aplazar una conversación pendiente con su jefe.

2- Escenarios

¿Qué pasa si las cosas continúan como hasta ahora? ¿Qué efecto generará un cambio? Las respuestas le permitirán conocer la verdadera dimensión del problema; además, le marcan el camino para resolverlo. Si un escenario de cambio le resulta más beneficioso, no lo piense dos veces.

3- El Plan B

Si por anticipado sabe que su jefe puede tomar mal las inquietudes que va a plantearle, mejor comience a buscar oportunidades laborales en otros lados. Así podrá llegar más relajado a la reunión con su superior y enfrentar las consecuencias sin temor a perder su puesto.

4- Al pan, pan

Si ya decidió tener la charla pendiente con su jefe y quiere plantearle los temores –o inconformidades– que lo asaltan, no deje nada al azar. Defina cuánto tiempo va a tomar, en dónde, cuándo y, sobre todo, fije una prioridad en los temas. Roberto Rabouin, de Aden Business School, sostiene que lo mejor es hacer esta reunión fuera de la oficina, para tener un ambiente más relajado.

5- La meta

Tener claridad en cuanto a qué persigue para su vida laboral y cuáles son las alternativas de desarrollo en la organización le ayudarán a tomar buenas decisiones. Antes de hablar con el jefe aclare si lo que busca es un aumento de sueldo, un trato distinto o una oportunidad en otra área.

6- No se compare

Para un jefe no hay nada más decepcionante que recibir reclamos de un subalterno que le exige un trato similar al de otros colaboradores. Compararse con los demás no le ayudará, antes bien, le generará una imagen de envidioso y provocará resquemores en el jefe, quien pensará que lo está calificando de injusto.

7- Crítica en baja

Si empieza la charla con su jefe criticando decisiones o conductas, no conseguirá nada. Una buena estrategia es plantear la inconformidad no como una crítica sino como una necesidad de mejorar su desempeño –“no eres tú, soy yo”–, que además de hacerlo ver interesado en la compañía, le permitirá disminuir las posibilidades de confrontación.

8- Coequiperos

Si bien los equipos de trabajo deben funcionar por encima de las relaciones personales, la vida en la oficina es más entretenida cuando el colaborador conoce claramente las expectativas de su jefe. Compartir las metas y, en especial, saber el valor que le genera a la empresa el trabajo del colaborador, reduce tensiones y mejora los resultados, asegura Piquero.

CASOS DE ÉXITO
Cómo superar las situaciones de tensión.

María Lucía Roa
Directora de Ashoka
“En mi caso, soy muy irreverente y he contado con la confianza de mis jefes. Frente a mis subalternos, creo que siempre hay que mirar primero al ser humano antes que al colaborador, interesarse por sus problemas, miedos e inseguridades,
para ayudarlo y lograr que cumpla sus metas”.

Yolanda Auza
Presidente Unisys
“La verdad es que yo nunca temí a mis jefes. En general tuve excelentes
jefes, mentores, coaches que vieron habilidades en mí y me dieron oportunidades
de crecimiento. Ellos creyeron en mí y confiaron algunas veces más de lo que yo misma hubiese creído”.

María Clara Martínez
Gerente Gtech Colombia
“Para mi fortuna, siempre he tenido jefes con los que he podido hacer equipo y disfrutar mi trabajo. Creo que la receta para no temerle jamás al jefe es hablar siempre con sinceridad, dar opiniones objetivas y tener una comunicación transparente en todas las circunstancias de la vida laboral”.