Encontrarse al jefe o a un conocido en las vacaciones no es tan raro como parece.

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Irse de vacaciones y encontrarse al jefe, una pesadilla probable

La última persona a la que uno desea encontrarse cuando está de vacaciones es, probablemente, el jefe. ¿Pero cuáles son las posibilidades reales de que eso pase?

Alianza BBC
18 de junio de 2012

Parecería una coincidencia enorme ver a alguien conocido durante un viaje. Pero a mucha gente le ha pasado.


Por ejemplo, Katherine, una joven británica que aprovechó el verano para irse de viaje con sus amigos.

"El problema es que no tenía suficientes días libres para tomarme, así que llamé a la oficina diciendo que estaba enferma", confiesa.

Pero cuando llegó al hotel, Katherin salió a la terraza a comprobar las vistas y ahí mismo se topó con su jefa.

"Obviamente se sorprendió al verme ya que se suponía que estaba enferma", comenta.

No es tan raro

¿Cuál era la probabilidad de que sucediera tamaña coincidencia? Katie Chicot, matemática de la Universidad Abierta del Reino Unido, ha hecho los cálculos.

Comenzó por calcular las posibilidades de que ambos reservaran hospedaje en el mismo hotel.

"Asumamos que son eventos independientes, que ambos buscan un lugar soleado y barato, no tienen hijos así que evitan las vacaciones escolares", explica Chicot, que señala que entonces quedan para elegir sólo siete semanas en el verano.

Además, España es el destino más popular para los británicos. "Uno de cada tres elige España, así que las posibilidades de elegir la misma semana y España son de una entre 20".

Pero resulta que hay un agente de viajes cerca de donde Katherine y su jefe trabajaban. "Esa empresa lleva 800.000 personas al año a España, de las que 20.000 van a Magaluf, el lugar en el que Katherine fue pillada.

"Con estos números, la probabilidad relativa de que una persona elija Magaluf es de 2%".

"Así pues, la probabilidad de que Katherine y Magaluf, con todo, son de unas ocho entre mil", afirma Chicot.

Aunque como se ha dicho, ambos tienen entre siete semanas para elegir. "La posibilidad de que opten por la misma fecha es de una entre mil".

Eso asumiendo que son hechos completamente independientes. Pero Chicot sospecha que no son totalmente independientes en tanto que es probable que contrataran al mismo agente de viaje.

"De una vez, un agente de viajes tendrá la mejor oferta para dar. Así que si dos personas entran a dar con el mismo agente en un periodo similar, es probable que les traten de vender las mismas vacaciones", afirma Chicot.

Como una lotería

Las coincidencias atraen la atención de la gente. Pueden creer que es el destino, pero estadísticos como Byron Jones prefieren hablar de "la verdad de la ley de los grandes números".

"Tendemos a personalizar las coincidencias y cuando nos encontramos con un amigo en un lugar remoto, creemos que es algo sorprendente", comenta.

"Las personas que se detienen a estudiar el fenómeno verán una explicación, y de lo que no nos damos cuenta es que es algo que pasa constantemente por todo el mundo".

De alguna manera es como la lotería: puede ser una sorpresa que le pase a uno, pero no lo es que le pase a alguien.

Pero no sólo hay "coincidencias" pasando todo el rato. Según Byron Jones, los seres humanos suelen malentender las estadísticas y las probabilidades asumiendo que los eventos son más extraños de lo que en realidad son.

En 1986, The New York Times contó la historia de una mujer de New Jersey que ganó la lotería dos veces. Sus posibilidades eran de una en 17 billones.

Junto a Robb Muirhead, Jones ha calculado que mientras las posibilidades de ganar la lotería dos veces son extremadamente bajas, la de alguien repetir en un periodo de siete años eran de 50-50, un acontecimiento más probable de lo que se puede asumir.