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Casos de éxito

¿Qué hizo Kobe Bryant que lo convirtió en una leyenda?

El jugador leyenda de la NBA dijo adiós a su carrera. ¿Qué fue lo que hizo tan especial durante su ejercicio deportivo que logró tener tanto éxito? Conozca su metodología de pasión y entrega a su oficio.

30 de noviembre de 2015

Una de las noticias más importantes en el mundo del deporte, el pasado fin de semana, fue el adiós de Kobe Bryant a la NBA, dejando un lugar que ocupó toda la vida en el equipo Los Angeles Lakers y varios récords impuestos, luego de 20 temporadas.

Y aunque usted no conozca mucho del tema o poco le interesen los deportes, hoy se habrá despertado leyendo o escuchando mucho sobre él, dado que se trató de uno de los jugadores más importantes no sólo por su talento sino por las tácticas que tenía de pasión y amor por su profesión, destacándose por su buena conducta, su ética y su entrega total.

  • Tenía un propósito

Este basquetbolista se dio a conocer por el mundo entero por su entrega total a su pasión, lo que lo llevaba a practicar intensamente para obtener mejores resultados durante sus partidos. De acuerdo con una publicación del Huffington Post sus jornadas de entrenamiento eran bastante intensas, pero no porque su coach lo exigiera ni porque quisiera demostrar mucho, sino porque se exigía a él mismo.

Esto, porque tenía un propósito: siempre debía lograr 800 saltos de tiro, centrándose en su habilidad para lograr encestar por lo que, con el paso del tiempo, la tarea se iba convirtiendo en algo sencillo y como parte de su vida diaria.

La mayoría de gente cuando habla de ‘trabajar duro’ se concentra en la cantidad de tiempo que le dedican a sus tareas, pero cuando no hay un verdadero motivo y un resultado específico, personal, el desempeño siempre será el mismo. En sí, la “práctica deliberada” o el tener una intención específica a la hora de ejercer su profesión, puede hacer que toda la visión sobre su trabajo cambie, logrando tener mejores resultados y que, el compromiso mismo, sea con usted y no con su empresa.

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  • Exigencia personal

Dado que tenía claro a dónde quería ir, se exigía bastante a sí mismo para llegar allí. En su campo, esto representaba madrugar bastante, tener una rutina de ejercicios bastante fuerte y ponerse metas cada vez más altas. Claro, también tuvo momentos en los que su motivación decayó y tuvo que levantarse de nuevo, pero lo lograba no porque alguien se lo dijera, sino por él mismo.

Según Business Insider su ética de trabajo era implacable y a pesar de las críticas que podía recibir de medios o de expertos deportivos, siempre tenía en mente un propio objetivo, dándole a ése importancia por encima de los demás. Bryant es de esas personas que en temporada practicaba bastante, pero fuera de ella, practicaba el doble. Su compromiso era con él mismo.

  • Cuidar su salud

No sólo como deportista sino como persona. Este basquetbolista sabe que una de las claves fundamentales para un buen desempeño requiere de ser consciente de que su cuerpo es “humano” y que no hay que sobre esforzarlo más allá de los límites. Incluso, esta es la misma razón por la que anunció que dejaría su carrera, porque aunque sabe que puede manejar las tácticas, seguir con las rutinas, sabe que su cuerpo ya necesita un descanso y a eso es a lo que quiere darle prioridad.

  • Sumamente competitivo

Muchas veces se le reconoció por su “instinto asesino”, pero no por lo agresivo sino por el comportamiento que llegaba a tener cuando ingresaba en la cancha y quería ganar. No obstante, de acuerdo con Elite Daily, cualquier lugar donde estuviera siempre se destacaba por ser tan competitivo, estudiando muy bien qué hacían otras personas que también pudieran estar en su nivel y conociendo muy bien sus jugadas, con lo que se preparaba para armar estrategias que pudiera poner en práctica durante el partido.

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  • Trato a los ‘enemigos’

A lo largo de su vida Bryant tuvo que ser objeto de críticas porque sí y porque no. Tanto de los mismos deportistas de su campo como de aquellos expertos deportivos. Pero la estrategia de este basquetbolista era que aquello negativo siempre le funcionaba como ese ‘combustible extra’ para llegar al éxito. Su táctica era básica: los límites no se los impone los demás, sino usted mismo. Así que si sabía que no podía alcanzar algo no era por las condiciones o por los demás, sino porque el mismo no había querido lograrlo.

No se trata de demostrar a los demás lo equivocados que pueden llegar a estar, sino sobresalir de forma distinta de ese pensamiento que le han querido imponer.

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