¿El estancamiento laboral anda suelto?

El llamado síndrome del estancamiento laboral afecta en mayor medida a aquellos  trabajadores que son más valiosos para las empresas, porque muestran un perfil enfocado a los retos ambiciosos y a cumplirlos en plazos menores, según un informe de la Red de Universidades, Universia.

La situación genera un doble esfuerzo por mantener la motivación, ya que irá de la mano de los objetivos que se le asignen y la importancia para la organización en recuperar al empleado que se cree estancado.

¡La rutina!

El fenómeno también se presenta en personas que llevan tiempo en el mismo cargo, por lo que la labor se vuelve rutinaria,  que hacen que el trabajador pierda interés en progresar.

En la mayoría de los casos, quienes dan muestra de estancamiento son profesionales que en un primer momento se mostraron como innovadores y proactivos pero que con el paso del tiempo terminan por acomodarse sin reflejar el mismo interés de antes por su trabajo.

Esta disminución en el ritmo e intensidad de trabajo provoca la desilusión de las jefaturas que esperaban del empleado.

El problema de caer en esta actitud es que se pone en riesgo el empleo, pues un mercado actual tan competitivo no se puede dar este tipo de ventajas a la posible competencia, más aún si se piensa que los recién egresados salen de las aulas con la misma fuerza y ganas por ser un aporte a las empresas que la que el sujeto en cuestión perdió con los años.

Más dedicación

El primero de todos es la perdida de motivación, seguido por falta de actualización y poca dedicación por aprender, temor constante por la inestabilidad del mercado y la competencia, problemas para relacionarse con su equipo o compañeros, poco interés por participar en proyectos a largo plazo, ausencia de confianza en los jefes y caída de la identificación que se tenía con la empresa.

Soluciones

Para revertir este proceso, una de las alternativas recomendadas es acercarse a sus superiores y dialogar sobre la situación, explicando que se espera y cuáles pueden ser los aportes a futuros proyectos que le devuelvan la motivación.

En el corto plazo lo más fácil es modificar rutinas y autoimponerse metas, actitud que debe venir acompañada de la opción de obtener capacitación con la idea de que en el futuro se le puedan asignar nuevo retos y que cuente con las herramientas para asumirlos.

Otra alternativa son las actividades extra laborales, pues puede volver a crear una relación entre la persona y la compañía. Equipos deportivos, grupos de trabajo para mejorar el clima laboral o brigadas de emergencia son algunos ejemplos en los que puede participar si se siente desmotivado.