Lydia Guthrie ha trabajado durante los últimos 15 años con hombres que cometieron crímenes sexuales. | Foto: BBC Mundo

Empleo

El dilema de trabajar con agresores sexuales

Ayudar a personas que han cometido crímenes sexuales es un trabajo complejo y polémico. La experta en el tema, Lydia Guthrie, habló con la BBC sobre su experiencia en este difícil campo.

Alianza BBC
28 de mayo de 2013

Mis rodillas temblaban a medida que bajaba las escaleras, mientras me preguntaba si sería capaz de lidiar con la situación y sentarme en una pequeña pieza con el hombre que había hecho esas cosas tan terribles.

Era la primera vez que me enfrentaba a un agresor sexual.

A pesar de estar horrorizada por los crímenes que había cometido contra menores, me armé de valor y lo llamé por su nombre.

La persona que se puso de pie era un tipo común. No tenía cuernos, ni una cola… era un tipo cualquiera.

Me presenté y le dije que me dijese qué creía que debía saber yo sobre él.

Me miró a los ojos y me dijo: "He hecho cosas realmente espantosas, y lo primero en lo que pienso a la mañana y lo último en lo que pienso a la noche es en el daño que he causado. Ahora estoy intentando reconstruir mi vida."

Alguien que pide ayuda

Por un lado me enfrentaba a los sentimientos que asaltan a cualquiera que se enfrenta a una persona que ha hecho daño a niños y a sus familias, pero por el otro estaba frente a alguien que pedía ayuda.

¿Debía responder con mis emociones y tratarlo con disgusto, o debía responder como una profesional y hacer lo posible por ayudarlo?

Elegí la segunda opción y trabajé con él a lo largo de dos años, hasta el punto de llegar a creerle cuando me dijo que no quería hacerle daño a nadie nunca más.

En los últimos 15 años seguí trabajando con hombres que cometieron crímenes horribles. Me formé como trabajadora social y, antes de convertirme en consultora, llevé el programa de tratamiento a delincuentes sexuales de la comunidad.

A veces la gente me pregunta: ¿Cómo puedes sentarte en la misma habitación que un delincuente sexual y no golpearlo? ¿Significa esto que realmente me gustan?

Puedo hacerlo porque reconozco el daño causado a las víctimas. Si hay cualquier cosa que pueda hacer para reducir las posibilidades de que eso vuelva a ocurrir entonces mi trabajo vale la pena.

Reincidencia

Las últimas cifras muestran que el 18,5% de los agresores sexuales adultos volvieron a cometer delitos sexuales en 2011 – unos números que se han mantenido constantes durante la última década.

Los trabajos de rehabilitación para algunos delincuentes sexuales y buenos programas de tratamiento consiguen marcar una diferencia.

Como sociedad estamos preparados para aceptar que gente con distintos tipos de problemas, como drogas o alcohol, son capaces de reformarse.

Pero somos escépticos en cuanto a las posibilidades de rehabilitación de los agresores sexuales.

El programa de rehabilitación tiene que ir de la mano de protección pública. La policía debe usar todas las herramientas a su alcance, como rastreo por satélite, para controlar a aquellas personas que suponen un riesgo alto.

La duración del tratamiento varía. Los individuos de alto riesgo tienen hasta 200 horas de tratamiento, generalmente en bloques de dos horas.

Durante el tratamiento deben considerar cómo quieren que sean sus vidas, cómo creen que es tener una buena vida y deben creer que hay una posibilidad de reinsertarse en la sociedad.

Duro de encajar

Esto puede ser duro de encajar. Yo soy madre de dos hijos y si alguien cometiese una agresión sexual contra ellos tendría sentimientos de ira, enfado y odio. Y querría venganza.

Pero como sociedad tenemos que ver lo que nos muestran los hechos en cuanto a la mejor manera de rehabilitar a los agresores sexuales.

Vivimos en una sociedad donde no existe la pena capital, y las condenas generalmente tienen un final: hay tan solo 30 o 40 personas en todo el país que morirán en prisión con una condena de por vida. La gran mayoría de agresores sexuales serán algún día liberados.

Todos hemos escuchados los casos extremos de gente que comete crímenes contra muchos niños. Esto forma la base del debate público, pero esta gente son la excepción.

El abuso sexual ha existido en todas las sociedades humanas desde que hay registro. Aunque esto no debe servir para restarle importancia, y siempre ha causado daño y traumas a aquellas personas que lo han sufrido.

Pero como sociedad debemos evolucionar hacia formas más inteligentes de lidiar con ello. Lo que se hace ahora es deshumanizar a los agresores.

Humanizar al agresor

En el registro de agresores figuran aproximadamente unos 40.000, ¿los vamos a poner a todos en un barco y olvidarnos de ellos para siempre?

Los seres humanos son complejos y capaces de ira, enfado y deseo de venganza. Somos muy capaces de encajar muy mal los problemas. Y no creo que la sociedad se pueda dividir fácilmente entre los que hacen cosas horribles y todos los demás.

Con esto no estoy intentando excusar a los agresores sexuales. Si trabajas en ese campo tienes que pensar en qué vas a decir cuando sale el tema del trabajo en una fiesta. Algunos se inventan cosas; yo elegí ser abierta.

Lo que explico es que mi parte humana siente dolor por las víctimas, enfado, pena y disgusto, pero mi parte profesional reconoce que no tenemos ninguna cura mágica.

Hace falta un grupo de profesionales, en las prisiones y a nivel local, que estén preparados para trabajar con un grupo de agresores sexuales, preparados para tratarlos como seres humanos con fortalezas y debilidades y problemas de carácter como cualquiera.

La única diferencia es que ellos han hecho algo realmente terrible.