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Empleo

¿Qué tan bueno es aceptar una contraoferta laboral?

Si usted es muy bueno, desempeña bien sus labores y lo quieren en la oficina, es muy probable que si llega a decir que quiere renunciar, le hagan una contraoferta laboral para no dejarlo ir. Pero, ¿cómo actuar al respecto y qué decidir?

Katherinn Cuervo
28 de junio de 2016

Después de llevar un buen tiempo en una empresa lo que puede pasar es que usted comience a sentirse tranquilo, conociendo su entorno, con un ambiente agradable o, por el contrario, un poco desmotivado o cansado. Entonces, puede que esté pidiendo a gritos un cambio y, ¿por qué no? un nuevo trabajo podría ser la solución, así que decide enviar hojas de vida postulándose a cargos más altos o con una mejor remuneración salarial.

Y sucede: usted está trabajando en su oficina, recibe una llamada y le hablan de una oferta laboral en la que le ofrecen esos beneficios que tanto había estado esperando. Le dicen que les llama su perfil y que harán una entrevista, a lo cual usted accede. Y, siendo muy de buenas, durante la misma, le dicen que usted era la persona que querían para esa vacante.

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Entonces usted habla con su jefe y resulta que él no lo toma muy bien. Incluso, se interesa por saber qué es lo que tendrá en su nuevo trabajo que actualmente no tiene y se pone en la mesa la posibilidad de una contraoferta laboral, para que usted decida quedarse. El tema es que esto sólo sucede con aquellos empleados a quienes se les reconoce sus capacidades y su labor dentro de la empresa.

Y es allí donde surge la duda: no sabe qué hacer si aceptar o mejor irse. Teniendo en cuenta esta situación, lo primero que usted debe hacer es ‘recapitular’, recuerde sus motivaciones y proyecto profesional, ya sea las razones por las que quería irse o por qué le llama tanto la atención el otro trabajo.

Según un estudio realizado por Trabajando.com las principales causas por las que los empleados deciden renunciar a su trabajo actual son porque encontraron una mejor oportunidad laboral y una mejor oferta económica (24%), un mal ambiente laboral (otro 24%), la falta de oportunidades de desarrollo en su actual trabajo (18%), por altos índices de estrés (14%) y por tener un mejor balance en su vida personal y familiar (11%).

¿Qué debe incluir la contraoferta?

Por un lado, para una empresa puede resultar mucho más económico hacer una contraoferta laboral que iniciar un nuevo proceso de selección con otra persona. Entonces, este tipo de propuestas suelen hacerlas las empresas para empleados de cargos mayores, puestos que son representativos y relevantes dentro de la organización.

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Según el Senior Senior Consultant de la División Sales & Marketing de Michael Page, Nicolás Jaramillo, hay diferentes formas de presentar una contraoferta:

  1. Un factor económico: con la primera oferta con la que se puede encontrar es un incremento salarial que debería ser entre un 20% y un 50% de su sueldo actual. Aunque solo le hablen de dinero, muchos empleados buscan que sean reconocidos y que les den responsabilidades que les generen reconocimientos ante los demás, por eso, no sólo se debe tratar del dinero sino también de un ascenso. Esto le generará reputación y estatus dentro de la organización.
  2. Diferentes actividades: para que cambie de ambiente y tenga nuevas tareas que transformen su rutina,  sus jefes le pueden ofrecer la oportunidad de trabajar en nuevos proyectos, cambiarlo de equipo de trabajo, brindarle  una responsabilidad nacional o regional con sus labores o también le puede  llegar a ofrecer una proyección dentro de la organización a largo plazo.
  3. Salarios emocionales: según el experto Jaramillo, cuando la empresa no tiene la capacidad de brindar una mejor oferta salarial, es decir, un aumento económico, deberían preocuparse por mejorar su comodidad dentro de la organización con cosas, como por ejemplo, darle la posibilidad de tener un horario flexible, irse a trabajar a otra ciudad u otra sede de la empresa y aportarle con una mejor calidad de vida, es decir, que lo hagan sentirse mucho  mejor en su oficina. A esto es a lo que se le llaman salarios emocionales que implican variables cualitativas que generan un  bienestar.

Cuándo no aceptarla

Hay que tener precauciones al respecto, pues un estudio de Hays, consultora en reclutamiento especializado citado por Forbes México, señala que después de que un empleado acepta una contraoferta laboral, lo más probable es que en seis meses sienta la necesidad de ponerse en la tarea de buscar empleo.

Seguramente esto llegue a suceder porque los factores que lo llevaron a renunciar siguen siendo latentes, así que lo mejor es tener en cuenta esto:

  1. ¿Afecta su proyección a largo plazo? puede que dejen de tenerlo en el ‘pedestal’ que ya  lo tenían.  El tema es que esto tiene unas repercusiones en la actitud que usted tenga respecto a su trabajo y ya no exista la misma satisfacción o lealtad. Y, como consecuencia de ello, el ambiente laboral puede complicarse. Para el experto de Michael Page este antecedente suyo genera zozobra y podría quedar marcado de tal manera que su proyección a largo plazo allí se verá afectado.
  2. ¿Mensaje de amenaza? más que para usted como empleado, esta desventaja es para la compañía. El hecho de que haya presentado su renuncia y la empresa no lo haya dejado  ir por sus capacidades y le haya aumentado beneficios, demostrará a los otros empleados que es posible que ellos hagan lo mismo, considerando que es una buena estrategia para ser tenido en cuenta. Ahora, el recelo de sus compañeros hacia usted es otra cara de la moneda, por el hecho de que usted estuvo sobre los demás. Fue “el preferido”.
  3. ¿Cierra otras puertas? antes de que aceptara la oferta laboral, usted renunció a su trabajo porque efectivamente lo habían aceptado en otra organización y al decidirse por aceptar la contraoferta,  automáticamente rechazó el nuevo trabajo y, lo más probable, como afirman los expertos de Hays, es que sea muy difícil que le vuelvan a considerar en un futuro. Esto significa que en vez de mantener una puerta abierta a un trabajo que aspira, usted la puede estar cerrando por un tiempo mucho mayor.