Archivo particular | Foto: Archivo particular

Coworking

¿Qué es el coworking y por qué está teniendo tanto auge?

Cambiar el chip a la tecnología digital ha hecho que muchas empresas y emprendimientos busquen nuevas formas de relacionar a su capital humano. Vea aquí de qué se trata este ‘boom’ y consejos sobre cómo sacarle el mejor provecho.

Paula Moya
15 de marzo de 2018

Desde que la transformación digital tomó tanta importancia para el mundo laboral, los espacios de trabajo han cambiado drásticamente. Atrás quedaron los días en que los trabajadores eran unos pequeños alfiles que ni se acercaban a la oficina del jefe y donde la comunicación era casi nula. Y aunque muchas empresas todavía siguen teniendo un estilo de esquema jerárquico, los espacios colaborativos nacieron para cambiar totalmente las dinámicas de trabajo.

La gente es lo que importa

Según el estudio “Trillones de dólares que Hacen la Diferencia” (Crandell y otros 2016) de Korn Ferry, organización consultora de gestión humana y liderazgo, las personas no sólo no se volverán obsoletas en el futuro del trabajo, sino que también tendrán un papel esencial en el éxito. El verdadero valor del capital humano, según ellos es $1.215 trillones de dólares, es decir, 2,33 veces más que el valor del capital físico, incluyendo la tecnología. Esto quiere decir que las personas constituyen el núcleo principal de la sustentabilidad digital, más allá de las técnicas y los aparatos tecnológicos.

Le puede interesar: ComidaenlaU, un emprendimiento universitario que se levantó contra la adversidad

Según el Índice de Sustentabilidad Digital de la misma organización, realizado a 362 organizaciones pertenecientes a cinco sectores industriales de 14 países, las cinco dimensiones de la sustentabilidad digital son la sinceridad y transparencia, agilidad, conectividad, disciplina y foco, empoderamiento y alineamiento. Así que aunque suene obvio y sobreestimado, las personas siempre serán el aspecto más importante en un ámbito laboral.

Ahora adivinen qué espacios son los más propicios para que las personas puedan lograr estos cinco aspectos clave. Así es, los espacios colaborativos. ¿Por qué? Porque en ellos se pasa de organizaciones jerárquicas y estructuradas a unas organizaciones más interconectadas y orgánicas. En estos espacios, las decisiones no son tomadas desde la cúspide de la pirámide, sino que hay inclusividad, flujos de información y toma de decisiones inmediatas gracias a que en un mismo espacio convergen jóvenes y adultos de muchos sectores por igual.

Un tema de diseño

Según el arquitecto y diseñador experto en espacios colaborativos, Carlos Hernández, esto pasa porque “no son como las oficinas normales donde el jefe está aislado y la gente está regada en hileras bajo unas luces blancas agresivas y homogéneas que hacen trabajar en estilo lineal y hacen perder la noción de tiempo. En los espacios colaborativos se rompe ese esquema, hay luces cálidas y se le da prioridad al tema de la circulación. Lo que antes era un pasillo se convierte en el punto de encuentro. Se ponen tableros, sofás y salas que permiten circulación fuera del ámbito de producción, donde la gente puede charlar mucho más allá de una charla de pasillo”.

Según el experto, este tipo de distribución del espacio trae muchos beneficios en la producción de los trabajadores. “Está muy basado en el modelo Google donde son muy dinámicos y lúdicos. Hay cafeterías, café gratis, y otro tipo de cosas que hacen sentir al trabajador en un ámbito de creatividad y colaboración mucho más cómodo”.

En los espacios colaborativos, hay paisajes, terrazas y vegetación que buscan darle aire a las personas, para que no pasen todo su día encerrados en su cubículo con los ojos enterrados en la pantalla y un café a su lado. Es una dinámica mucho más ligera y que en últimas termina logrando una producción de mayor calidad.

Si alguna vez ha entrado a algún edificio de WeWork o HubBOG, se dará cuenta que todo el mobiliario, la decoración, los espacios, los bares y cafeterías e incluso los sillones invitan a que los colaboradores se sientan como en casa, todo esto para agregarle el factor experiencial y quitarle el tedio de ir a la oficina.

Además, como no hay horarios fijos ni oficinas de rango, todas las conversaciones y encuentros ocurren a un mismo nivel. Para Jaime Bárcenas, consultor senior de eficiencia organizacional de Korn Ferry, lo interesante es que “se empodera a las personas para poder decidir, le da voz a la gente y no es un tema de ahora tienes que hacer esto porque mi jerarquía lo dice sino de abramos los espacios”.

Siga leyendo: ¿Cómo emprender sin fracasar en el intento?

Espacios de Inversión

Pedro Tobar, Gerente de Somos Legal, un emprendimiento que resuelve dudas legales a través de Facebook Messenger, escogió a WeWork (la quinta startup más valiosa del mundo con presencia en más de 20 países) para tener su sede y afirma que este espacio le ha permitido un gana-gana por las alianzas que ha podido generar gracias a las posibilidades de negocio en el proceso.

“Eso cuesta mucho más que cualquier otra cosa. Hay muchas personas haciendo temas o relacionados a los míos (tecnología) donde es muy fácil encontrar posibilidades de trabajo, alianzas o incluso clientes porque todos están en la misma posición o postura de lo que quieren hacer”.

En los espacios colaborativos la inversión se da de una forma muy fácil y natural porque las personas se encuentran y se asocian, entonces hay personas que están dispuestas a invertir en ideas innovadoras, que quieren ser socias del gran próximo proyecto.

HubBOG, una organización experta en emprendimientos y pionera en espacios de coworking en Latinoamérica desde hace 10 años, ha demostrado que este tipo de espacios ayudan a que emprendimientos y startups tengan lugares donde tener sus conversaciones iniciales, buscar inversores y desarrollar al máximo el potencial de sus empresas.

René Mauricio Rojas, gerente de HubBOG, dice que aunque muchos pensamos que la interacción digital es suficiente, se requiere que haya espacialidad e integración energética y física para que eso realmente se concrete en la creación de una comunidad sólida.

“A diferencia del espacio tradicional en lo que se busca es más la independencia y la privacidad, aquí se prioriza la comunidad. Son espacios donde se puede interactuar permanentemente, se propicia eventos especializados porque no basta con poner a las personas juntas, como si al ponerlas juntas inmediatamente se conocieran, no. Hay que provocar que eso suceda, que esos espacios tengan esa dinámica a través de eventos y actividades lúdicas y temáticas especializadas que propicien inversión, negocios, creatividad y talento”.

Le puede interesar: Así funciona el cerebro de las personas creativas según Roger Beaty, experto en neurociencia cognitiva de la Universidad de Harvard

A continuación, le damos estos cinco consejos para que usted le saque el mayor provecho a un espacio colaborativo.