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Relaciones laborales

Cinco cosas que hacen los jefes y que llevan a que un buen empleado renuncie

A un mal ambiente laboral, la remuneración y la cantidad de trabajo como razones para renunciar, también se le suma el trato y apoyo de un jefe a sus empleados. ¿Qué es lo que más odia un empleado de su jefe, en este sentido?

21 de julio de 2016

¿Se le hace familiar la expresión, “si usted no quiere este trabajo, hay una fila detrás suyo que sí lo está necesitando”? Pues bien, esta suele ser una de esas frases que tienen aquellos jefes o directivos que, cuando no les agrada el trabajo de sus empleados, usan supuestamente para motivar, cuando en realidad están haciendo el efecto contrario.

Y es que la importancia de la relación entre jefe y empleado es tal que, en sí, varios estudios han determinado que más allá de la remuneración laboral, el ambiente o los problemas, la verdadera razón por la que una persona renuncia a su trabajo es por su jefe, lo que es tanto como persona como profesional y líder.

Incluso, a pesar de que se tengan buenas relaciones, muchas veces depende del mismo jefe el mejoramiento de las condiciones de trabajo, como los horarios o las flexibilidades que puedan llegar a tener a la hora de hacer sus tareas; así como también cuando se están buscando opciones de crecimiento profesional y el empleado no recibe el apoyo que quisiera.

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Pero bueno, jefes perfectos no hay y es por eso mismos que usted también, como empleado, tiene que saber valorar aquellas cosas que, cuando cambia de jefe, se da cuenta que tenía. Y es que quejas sobre jefes abundan en internet y en redes sociales, pero también están incrementando en número aquellas de jefes que se quejan porque los buenos empleados abandonan sus trabajos.

Es así como aquí le dejamos una lista de aquellas formas de actuar o de pensar que hacen que definitivamente una persona se aburra, especialmente, cuando es un buen empleado.

  1. Cuando dicen “cualquiera puede hacer su trabajo”

Esto lo que se refiere, específicamente, es cuando un jefe no sabe darle el verdadero valor del trabajo a sus empleados y demostrarles cómo lo que hacen generan contribuciones significativas al desarrollo de la compañía. Al respecto, un estudio de Career Builder señala cómo más de la mitad de las personas encuestaban decían que se irían a una empresa sin pensarlo, siempre y cuando ésta les reconociera lo que hacen.

Esto no significa que se espere de un jefe que esté diciendo a toda hora “felicitaciones por hacer bien su trabajo” porque, al fin y al cabo, a un empleado le pagan para que lo haga bien. Pero quiere decir este numeral es sobre esos esfuerzos, aplicación de conocimientos y estrategias que la persona misma inventa y crea para hacer todo más eficiente y mejor, sin que esto esté como responsabilidad en su contrato.

  1. Contratan y ascienden a los equivocados

Suele ser bastante común especialmente en las industrias en las que “la rosca” se ve regularmente. Entonces, puede que una persona demuestre compromiso, responsabilidad y ganas de aprender para recibir luego de un tiempo una remuneración o reconocimiento pero, lo que sucede, es que a cambio se les subvalora y contratan una persona por encima suyo o le dan el cargo a alguien que ni siquiera sabe del funcionamiento del puesto o del área; como explica Travis Badverry, influenciador de LinkedIn.

  1. No hay retos intelectuales

Cuando una persona sabe que tiene que cumplir metas y que tiene que desarrollar habilidades o estar actualizándose o aprendiendo para lograrlo, es alguien que desarrolla un fuerte compromiso con su trabajo. Pero cuando se trata de un cargo que tiene una monotonía, en el que siempre se hace lo mismo y que rara vez demanda de aprender algo nuevo, los empleados se aburren y buscan seguir creciendo profesionalmente en otros espacios.

Esto también incluye la flexibilidad que pocas empresas pueden llegar a ofrecen cuando la persona decide aumentar sus estudios académicos y no encuentran el apoyo en la facilidad de horarios y también económica para hacerlo.

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  1. Sin expectativas claras

Cameron Morrisey, influenciador en LinkedIn, señala que esta razón hace que un buen empleado renuncie porque no hay un líder que sepa decir cuál camino tomar o qué acciones hacer para alcanzar el objetivo que se tiene planteado. Pero también se trata de esos jefes indecisos que mientras un día dicen que la prioridad es X proceso, al día siguiente está regañando a sus empleados por haber descuidado la prioridad Y.

Un jefe debe establecer parámetros, límites y cronogramas, con lo que el equipo que tiene puede llegar a apuntarle, claramente, a unas acciones para lograr las metas. Pero cuando se trata de alguien variable, que no toma las decisiones a tiempo o las procrastina y que, incluso, ni siquiera participa de las decisiones tomadas a nivel gerencial; genera un ambiente de desmotivación.

  1. No confían en su trabajo

No hay nada más incómodo que un jefe que, a pesar de que usted haya recibido capacitación y ya lleve un tiempo en el cargo, esté detrás suyo diciéndole ‘cómo lo hubiera hecho él’, a diferencia suya. Esto implica una falta de confianza en sus capacidades como profesional, lo que lo puede estar limitando al ser independiente en su puesto y, especialmente, en la toma de decisiones en las situaciones difíciles.

 

Así, si usted se siente identificado con alguna de estas razones o frases, puede que ya haya tomado la decisión de renunciar, pero si no, recuerde que así como las empresas buscan empleados buenos, también hay mejores empresas que pueden llegar a valorar, aún más, su trabajo y sus cualidades, sólo se trata de encontrar el espacio adecuado para demostrarlo.

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