Cómo ser un gerente con liderazgo social

Esta práctica adoptada por un número creciente de empresas requiere de la capacidad para atender de manera simultánea y congruente los objetivos económicos y sociales de la organización.

El emprendimiento social exige un reto de liderazgo. A lo largo del proceso hay características, habilidades, capacidades y roles que predominan y pueden definirse en los estilos: carismático, directivo, participativo y político.

El carismático tiene habilidad emprendedora y de diagnóstico, que le permite tomar acción, analizar el entorno, movilizar recursos y capitalizar la posición jerárquica o red de contactos.

El directivo posee habilidad de armonizar, habilidad para motivar, además de visión y compromiso social, lo que le permite desarrollar estructura, políticas y sistemas. Forma un equipo de trabajo con emprendimiento social y asegura sostenibilidad económica. Además, armoniza con la estrategia de negocio y concilia diferencias entre públicos de interés y la misión de la organización.

El participativo es hábil para delegar y se encarga de ampliar acciones sociales, descentralizar en unidades autónomas y empoderar a otros líderes dentro de la organización.

El político tiene capacidad política y negociadora, además de la capacidad de coordinación. Concilia intereses y coordina diferentes emprendimientos bajo una misma estructura, también desarrolla alianzas estratégicas y promueve visibilidad del emprendimiento social.

En este sentido, Incae Business School, ha encontrado que estos procesos, generalmente, se desarrollan en cuatro etapas que constituyen el proceso de evolución.

No todo emprendimiento social pasa por todas las etapas o sigue un orden secuencial. En los emprendimientos sociales cada líder desarrolla su propia mezcla de estilos para ejecutar los roles correspondientes a las distintas etapas. No hay recetas.

Sin embargo, según Incae Business School, en cada etapa, un estilo particular de liderazgo parece ser más efectivo que otro para satisfacer las necesidades de gestión que presenta la organización en ese momento:

1. Iniciativa de un individuo: Un líder parte de un problema de orden social, económico o ambiental y desarrolla un proyecto para contribuir a su solución. Esta tarea se facilita si este líder tiene influencia personal, de tipo carismático.

2. Institucionalización: Para poder llevar a cabo la iniciativa individual, se necesita de la colaboración de un trabajo en equipo alineado con las expectativas de la empresa, por lo tanto, se convierte en parte integral de la operación de la organización. En esta etapa un liderazgo directivo es ventajoso para coordinar la estrategia.

Es generalmente aquí cuando los líderes desarrollan estructuras organizacionales, políticas, procedimientos y sistemas para que el emprendimiento social cuente con una buena administración, sea económicamente sostenible y exista una armonización estratégica entre éste y la misión de la organización.

3. Descentralización: Para facilitar el crecimiento de sus acciones sociales, los líderes sobresalientes asignan los emprendimientos a unidades autónomas que operan en forma descentralizada y que requieren un liderazgo participativo para alcanzar su eficiencia y eficacia, enfocado en el desarrollo de mecanismos de coordinación que permitan mantener un balance entre las actividades descentralizadas y la estrategia común de la organización

4. Conglomerado social: El liderazgo en el conglomerado social es de carácter político, manifestándose desde una unidad centralizada, que dicta lineamentos estratégicos comunes para los emprendimientos y coordina funciones críticas para que el conglomerado opere eficientemente.

La habilidad para armonizar y motivar, así como la visión y el compromiso social, son características complementarias de los líderes de emprendimientos sociales. La presencia de estas habilidades permite a los líderes entender de manera más integral los problemas sociales y aportar soluciones.