La próxima vez que usted le de una excusa a su jefe sobre alguna tarea o un nuevo reto en la empresa, piénselo dos veces. Foto Corbis. | Foto: Foto Corbis

Productividad

Cinco excusas que frenan su crecimiento

El desarrollo profesional no sólo depende de las capacidades intelectuales del trabajador, sino también de la actitud y el compromiso que éste tenga.

28 de mayo de 2013

Las limitaciones que usted mismo se imponga, se convierten en las peores enemigas para su desarrollo profesional al interior de cualquier organización.

Por esto, la próxima vez que usted le de una excusa a su jefe sobre alguna tarea o un nuevo reto en la empresa, piénselo dos veces porque puede estar condicionando su crecimiento en la compañía.

Identifique cuál es su excusa más frecuente y evalúe si de verdad es justificada o en cambio le está afectando su desempeño sin que se esté dando cuenta.

1. No gano lo suficiente para esforzarme tanto

Aunque sienta que su salario es bajo para la responsabilidad que tiene en su trabajo, trate de dar lo mejor de usted porque muy probablemente será recompensado. Recuerde que muchas personas a su alrededor analizan su comportamiento, por lo que su jefe puede ascenderlo o pueden ofrecerle un mejor puesto en otra compañía.

2. No me alcanza el tiempo

Es cierto que puede tener mucho trabajo y habrá días en que no pueda ni almorzar. Sin embargo, la clave es organizarse y hacer una lista de las tareas pendientes. Después de esto, priorice el orden en que va adelantando cada una de éstas. Con esto, le rendirá el tiempo y logrará llevar todas sus obligaciones a cabo.

No sobra llegar uno o dos días más temprano o quedarse un poco más tarde de la jornada para adelantar trabajo. Esto demostrará el grado de compromiso que tiene para sacar el proyecto
adelante.

3. Falta dirección

Para algunos empleados es difícil conseguir su desarrollo profesional sin contar con el direccionamiento de un superior. Anímese y tome la iniciativa de crear estrategias que lo lleven a lograr mayores resultados en su departamento. Con esto, sólo necesitará la orientación de su jefe cuando sea estrictamente necesario.

4. No hay nada que hacer

Ni siquiera se ha detenido un momento para pensar en cómo solucionar un problema, cuando usted ya sabe que no se puede hacer nada frente al tema. Cambie de actitud y atrévase a salir de su zona de confort para encontrar una solución, que puede estar más cerca o más sencilla de lo que imagina.

5. La culpa no es mía

Asumir la responsabilidad en menor o mayor grado de un error no es fácil, pero hay momentos en que debe reconocer que la culpa fue suya (al menos en una parte). Muchos empleados se escudan al señalar a otro miembro del equipo como el responsable de una equivocación, cuando por dentro sabe que también era su obligación. Esto puede hace que los demás (incluido su jefe) pierdan la confianza en usted al no asumir sus responsabilidades.