Emprendimiento

Amigo y socio: ¿arma de doble filo?

Usted debe tener en cuenta varios aspectos antes de crear una sociedad, para evitar un fracaso económico y la pérdida de su amigo del alma.

Carmiña Bernal
5 de julio de 2014

Elegir un socio, es como elegir con quién casarse. Existe un compromiso, unas responsabilidades mutuas y debe existir un entendimiento en muchos sentidos. Es por esto que la mayoría de las personas prefieren elegir a amigos como compañeros en su aventura empresarial, sin embargo, en este difícil proceso, usted debe tener en cuenta múltiples factores antes de lograr que un amigo comparta su escritorio.

La Revista Forbes, plantea cinco preguntas que usted debe hacerse antes de elegir a su amigo, como socio de su empresa. FP las comparte con usted.

1. ¿Cuánto confía en su amigo? Distinga varios aspectos: por ejemplo, si los potenciales elegidos son aquellos que son amigos solo para compartir fiestas y momentos de diversión, o aquellos que están con usted solo en “las buenas y no en las malas”, y son serios. Identifique su comportamiento en diferentes situaciones, con ello se evitará afrontar situaciones de incumplimiento, o peor aún, relacionadas con la ética e incluso la legalidad

2. ¿Su amigo se identifica con la marca que usted va a crear? ¿Cómo va a representarla? Es necesario que su compañero tenga una imagen personal que esté acorde con su marca, pues esto influye en la imagen de su empresa y en la percepción que tendrán sus clientes.

3. ¿Su socio potencial tiene una habilidad clave que usted no posee? Es importante que se complementen como socios, que unan sus fortalezas, para que así crezca el negocio. Busque las habilidades que puede aportar su amigo y evalúe si serán útiles para el proyecto que desean iniciar juntos.

4. ¿Su amigo es estable? Su negocio va a tener mayor probabilidad de éxito si su futuro socio goza de estabilidad emocional, familiar y económica, porque todo ello se proyectará en la actividad empresarial.

5. ¿Se puede hacer previamente un ensayo o prueba piloto? Tomar un período de prueba en el que trabajen juntos – usted y él- al inicio, sin involucrar dinero o comprometerse del todo, es una buena opción para comprobar si usted puede o no trabajar con su amigo. Este tiempo también de ensayo será útil para definir cuáles serán los roles de cada uno, en qué se desempeñan mejor y cuál será la forma de trabajo.

Una vez resueltas estas cinco preguntas claves y elegido el amigo que lo acompañará en su proyecto de creación de empresa, es el momento de dejar las cosas claras, para evitar problemas al momento de iniciar su negocio. Por lo que FP consultó varias fuentes y extractó algunos consejos útiles:

1. “No deje cabos sueltos”:
plasme desde el principio en un documento privado todas las reglas de la futura sociedad, por escrito. Para esto se debe celebrar un ‘pacto de socios’, donde se expresen todos los detalles sobre su funcionamiento tales como:

Quién será la persona a cargo de la gerencia.
Cuál será el aporte de cada socio.
Cómo se van a repartir las utilidades.

Cuál será el procedimiento para la toma de decisiones importantes o para la resolución de problemas.
Posteriormente se legaliza la empresa, con la formalización del compromiso a través de un documento notarial. Es prudente recurrir a un abogado asesor para evitar conflictos.

2. ¿Qué espera obtener el socio?: cada uno de los asociados debe expresar las expectativas que tiene frente al proyecto que inician, y concretamente preguntarse: ¿cuáles son las utilidades esperadas? Esto no solo se refiere al dinero, pues alguno podría estar interesado en adquirir por ejemplo conocimiento, experiencia y estabilidad laboral; así que conozca las expectativas suyas y las del otro, en profundidad.

3. Los aportes pueden ser en efectivo o en especie:
para la creación de una empresa es necesario que cada socio haga un aporte como base para iniciar el negocio, lo cual redunda en el porcentaje de las acciones de cada uno. Puede tratarse en aporte de trabajo personal o activos como equipo y maquinaria, todo lo cual debe establecerse con claridad y darle un precio, con el fin de lograr claridad sobre la participación que tiene cada socio en la empresa.

4. El porcentaje accionario: es fundamental definir previamente la participación en acciones de cada socio; deje de lado la idea de que todo es por mitades (50/50), evalúe los aportes y si alguien desea aumentar sus acciones, debe hacer los aportes necesarios.

5. No mezcle lo personal con lo profesional: las relaciones personales son de por si complicadas, por lo que se recomienda separar los problemas familiares o de amigos, de los conflictos del negocio. No permita que se confundan los espacios, trate los temas personales en un restaurante, en su casa o en cualquier lugar que no sea la empresa.

6. No cometa error garrafal de elegir a su socio con el corazón: piense en su negocio y no en su amigo, solo por ayudarlo, o porque es alguien de sus afectos; debe saber que el recurso más valioso dentro de una organización es el personal; todo aquel que entre debe aportar valor y más aún si será socio.