“Incremento desmedido en la demanda de motos podría estimular colapso en los sistemas de movilidad”

La lectura descontextualizada de la tasa de crecimiento de la demanda de motos impide identificar los verdaderos impactos ambientales, económicos y sociales que trae consigo un crecimiento desordenado del parque automotor.

3 de octubre de 2011

Lejos de generar optimismo, el crecimiento de 35,3% en la venta de motos en lo corrido del año debe generar profunda preocupación, pues evidencia los problemas de oferta de transporte público en las ciudades y se constituye en una amenaza directa para la movilidad, la productividad y la competitividad del país.

Celebrar el incremento en la demanda de motos aduciendo que este vehículo es la solución a los problemas de movilidad, confirma el imperativo de una política de Estado que defina los criterios básicos para organizar y articular racionalmente los diferentes modos de transporte. Lo anterior se basa en las siguientes consideraciones: Primero, un crecimiento desorganizado del volumen de automotores contribuye a reducir el nivel de servicio de las vías. Segundo, desde el punto de vista económico, el impacto es de todas las proporciones, pues la baja movilidad  incrementa los costos del transporte, haciendo a las ciudades menos competitivas y en consecuencia poco atractivas para los inversionistas. Tercero, solo para el caso de Bogotá, las motos expulsan media tonelada de contaminantes diarios, luego es incorrecto si quiera sugerir que son amigables con el medio ambiente.

Las motos han aumentado cifras de accidentalidad


Si bien es cierto que el aumento de la demanda de motos está relacionado con el incremento del poder adquisitivo de los colombianos, resulta equivocado suponer que representa una mejora en la calidad de vida de quienes las utilizan como medio de transporte. Basta con revisar las cifras de accidentalidad donde en aproximadamente el 50% de los accidentes de tránsito hay una moto involucrada. Adicionalmente, el aumento en la demanda de motos también se da por la falta de oferta de transporte público.  Ya es común el uso de estos vehículos en el transporte informal (mototaxismo) y los problemas de inseguridad en las ciudades se han aseverado por la utilización de estos vehículos en hurtos, actividades ilícitas y casos de “fleteo”.

Pese a lo anterior la tasa de motorización seguirá creciendo en los próximos años. De acuerdo con estudios realizados por la Universidad de Los Andes, para el año 2040, el número de motos se habrá quintuplicado y el de carros se habrá triplicado. Sin duda, estas proyecciones son un llamado de atención sobre la importancia de que el Gobierno Nacional lidere una política pública de movilidad urbana que permita responder adecuadamente a estos desafíos, con el fin de evitar que las elevadas tasas de motorización invadan en el mediano plazo a las ciudades colombianas y las sumerjan en el caos y el desorden.