La mayoría de las pensiones que se otorgan son inferiores a 10 dólares al día.

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América Latina se raja en pensiones

El Banco Interamericano de Desarrollo, presentó el estudio, “Mejores pensiones, mejores trabajos”, en el que describe la mala situación de las pensiones en la región y el modo de volcar esa tendencia.

16 de octubre de 2013

De acuerdo a la Unidad de Mercados Laborales y Seguridad Social del Banco Interamericano de Desarrollo, América Latina y el Caribe ha hecho avances recientes en cobertura de pensiones mediante beneficios no contributivos (es decir, que no provienen de lo que ha ahorrado el trabajador durante su vida laboral). Aún así, 4 de cada 10 latinoamericanos mayores de 65 años no reciben ninguna pensión.

La mayoría de las pensiones que se otorgan son inferiores a 10 dólares al día, de manera que los sistemas de pensiones no pueden erradicar efectivamente la pobreza, ni mantener el nivel de vida de los trabajadores cuando se jubilan.

Y es que si se establece la causa de este fenómeno, se descubre que 6 de cada 10 trabajadores no están ahorrando nada para su pensión. Ello supone que 130 millones de trabajadores no aportan a la seguridad social, es decir, son informales. La informalidad se concentra en los trabajadores no asalariados (como cuenta propia y patrones), asalariados de pequeñas empresas y trabajadores de menor ingreso. La informalidad también alcanza a las emergentes clases medias.

Pero la informalidad no es una enfermedad incurable. Viene determinada por los diseños originales de los sistemas de previsión social, los incentivos que el Estado proporciona en los mercados de trabajo, y la valoración de trabajadores y empresas de los beneficios de la formalidad. Y todo ello se puede modificar.

El avance pasa, por una parte, por establecer pensiones antipobreza sostenibles y eficientes, y, simultáneamente, apostar por un crecimiento del empleo formal, por ejemplo con subsidios a los aportes previsionales.


Además, si no se hace nada, el estudio prevé que la población de más de 65 años en América Latina y el Caribe se triplicará en el futuro, hasta alcanzar los 140 millones de personas. Habrá más adultos mayores, que vivirán más años, con menos hijos para sustentarles. Entre la mitad y el 60% de estas personas llegarán a adultos mayores sin haber contribuido lo suficiente para recibir una pensión, lo cual implica entre 66 y 83 millones de personas descubiertas.

Ello pondrá en riesgo los avances en materia de reducción de la desigualdad y de la pobreza observados en los últimos años en la región. E introducirá notables retos en materia social y política, ante la presión creciente de personas desprotegidas, que constituirán más del 20% del electorado.

No obstante, el avance hacia la cobertura universal en pensiones es posible, y bajo ciertas condiciones es financiable ahora y en el futuro. Para ello, las reformas deben ser globales, integrales, eficientes, transparentes e innovadoras, recomienda el informe.