Las cuatro personalidades financieras: Dime cómo manejas tu dinero y te diré quién eres

FinanzasPersonales.com.co
18 de septiembre de 2012

La personalidad es definida por la Real Academia de la Lengua Española como el conjunto de características que constituyen a cada persona y la diferencian de otra. Partiendo de esta descripción podemos percatarnos de la existencia de diferentes comportamientos en la forma de administrar el dinero y en su manera de interpretarlo: para algunos está relacionado con esfuerzo y trabajo, para otros es su herramienta de la felicidad, muchos lo ven como símbolo de éxito y otros quizá le teman.

 

Los grandes gurús de las finanzas personales nos aconsejan las mejores formas de administrar nuestros ingresos, las más acertadas prácticas para controlar nuestros gastos y recomiendan como incrementar nuestra  riqueza a través de apropiadas inversiones, pero todo esto puede quedar solamente en palabras si no tomamos en cuenta nuestra  personalidad y estilo de vida. Las personalidades financieras indican las reacciones que una persona tiene frente al manejo de sus finanzas y nos ayudan a identificar las dificultades relacionadas con la administración del dinero que pueden presentarse con cada una de estas para encontrar soluciones apropiadas a los problemas que tenemos con nuestra economía.

 

Los comportamientos financieros de los seres humanos pueden resumirse en cuatro personalidades ¿Con cuál de ellas se identifica?

 

1.      El Analítico: se caracterizan por cuidar de los detalles y tener un agudo sentido de responsabilidad. Son el tipo de personas que no se dejan llevar por engañosos planes de inversión ni por las tendencias del mercado; son personajes que sienten más temor que avaricia y por lo tanto no dan prioridad al consumo y las compras. Esta personalidad financiera es amante de la planificación, del conocimiento minucioso y del control de su dinero. Su capacidad de análisis los puede llevar a la indecisión debido al temor e inseguridad que les produce pasar por alto algún detalle. Este tipo de personas por lo general son enemigos de tomar riesgos al momento de invertir y prefieren su seguridad financiera por encima de todo. Por lo general suelen arrepentirse de lo que pudieron haber hecho.

 

Recomendación: ser menos controladores, más seguros en sus decisiones y decididos al momento de comprar, vender o invertir ya que pueden perder excelentes oportunidades  por temor a tomar riesgos y equivocarse. 

 

2.      El impulsivo: esta personalidad se destaca por su capacidad de decisión y su ambición al momento de lograr objetivos y metas; son quienes más conocimiento tienen de los productos que están In en el mercado. Se caracterizan por ser entregados a su trabajo y buscan siempre sobresalir en los grupos sociales a los que pertenecen. Son precipitados en sus acciones y por lo general recurren al gasto cuando la frustración y la depresión los invaden. La ansiedad los lleva muchas veces a tomar decisiones más emotivas y menos racionales y suelen gastar elevadas sumas de dinero gracias a que siempre tienen consigo sus tarjetas de crédito ¡ellos no se cohíben! Suelen justificar sus gastos con frases como “me lo merezco” “para eso trabajo” “es un gustico” “yo lo valgo”; sin embargo al final de cada mes siempre van a decir “Yo no sé a dónde se va mi dinero” “Lo que gano no alcanza para nada” “para mi es imposible ahorrar”

 

Recomendación: destinar un porcentaje del salario al ahorro. Lo más favorable para este tipo de personas es realizar deducciones automáticas con el fin de evitar que todo el dinero recibido por ingresos sea destinado al consumo. Igualmente es recomendable tener una cuenta de ahorros destinada ÚNICAMENTE a este fin y no mezclarla con el dinero que se va a utilizar mes a mes para cubrir  los gastos estipulados dentro del presupuesto.

 

3.      El temeroso: estos personajes no tienen deudas, son muy estrictos con sus gastos y están dedicados al ahorro. Les preocupa mucho tener a salvo su dinero y evitan a toda costa incurrir en gastos “extra”.  Esta personalidad financiera es característica de aquellos que se preocupan EXAGERADAMENTE por su seguridad económica y la de su familia. Tienen un evidente miedo a perder el control y sienten un inmenso temor por la escasez. Muchas veces el dinero que tanto guardan con recelo puede no generarles rendimientos debido a que les da pavor invertir o a buscar alternativas de ahorro. Nunca han considerado tener una tarjeta de crédito ni acceder a préstamos para educación o vivienda ¡son sus enemigos! La palabra banco les produce desconfianza y prefieren ser ellos mismos quienes controlen sus ahorros.

 

Recomendación: es importante establecer metas y objetivos puntuales ya que de nada sirve acumular y acumular dinero sin tener un horizonte claro. Si bien el ahorro es indispensable para las finanzas de cualquier individuo, hay que disfrutar del dinero mediante un gasto responsable e inteligente.  Fijar  metas les ayudará a continuar pensando en el futuro sin olvidar el presente.

 

4.      El derrochador: se caracterizan por estar rodeado de muchas personas y ser los anfitriones de cada festejo. Estos personajes disfrutan gastando y esta es la razón por la cual siempre son quienes invitan y pagan cuanta actividad realicen con sus amigos. Este tipo de personalidad se distingue por dejar todo para más tarde y evadir las responsabilidades en lo que a dinero se refiere. Su “amplitud” con los demás les impide controlar sus gastos por lo que terminan acumulando deudas. Son amantes de los productos exclusivos y costosos y nunca se intimidan por los precios porque ellos cuentan con una increíble bendición: el crédito. Generalmente cuentan con más de dos tarjetas de crédito y no establecen un presupuesto ni llevan cuentas del dinero que gastan. Son fanáticos de los avances y por lo general gastan mucho más de lo que ganan, aunque ellos no son conscientes de esto.

 

Recomendación: para frenar el desequilibrado comportamiento financiero es recomendable empezar a ser cuidadosos con el uso de las tarjetas de crédito; una buena táctica es no llevar las tarjetas de crédito o solamente llevar una y dejar las otras en casa cuando se va a ir de compras.  Al momento de realizar una compra evaluar si esta es necesaria y si se justifica el incurrir en pago de intereses por su adquisición.