No se ahogue en deudas

Cómo reconocer cuándo se tienen más préstamos de los que conviene. Fórmulas para salir de ese problema.

29 de octubre de 2007

¿Cómo saber hasta qué punto conviene endeudarse? ¿Cuándo parar? Las deudas no son malas en sí mismas, pero cuando se tienen, necesitan una buena administración, porque se pueden llevar una parte creciente del ingreso personal y, en casos más graves, activos valiosos que se deben vender para pagarlas.

 

Cuando el exceso de deuda no se identifica a tiempo, será difícil revertirlo sin esfuerzos heroicos o costos enormes. Aunque se tengan ingresos altos y mucho dinero en la billetera, las deudas pueden ocultar o generar situaciones financieras terriblemente endebles.

 

Si bien el nivel adecuado de deuda depende de las condiciones de cada individuo, en general hay algunas señales que sirven como 'alerta temprana' de problemas de endeudamiento.

Se reduce el ingreso disponible. Una primera señal de sobreendeudamiento aparece en la cantidad de dinero disponible para gastos. Se reduce porque aumenta la proporción que se usa para pagar las cuotas de los préstamos. Los bancos, por lo general, consideran que una persona puede recibir préstamos nuevos siempre que destine el 70% del ingreso a las necesidades de hogar (alimentación, educación y salud) y como máximo 30% al pago de cuotas de crédito. Es un criterio arbitrario, pero útil para limitar las deudas.

Preparado para lo imprevisto. Para verificar qué tan elevado es el endeudamiento de un hogar, pregúntese qué ocurriría si tiene que atender el copago de una cirugía o los gastos de un robo, un incendio o los honorarios de un abogado. Salvo que tenga un ahorro para emergencias, los cupos de crédito deberían ser suficientes para salir de un problema de ese tipo. Si no lo son, convendría bajar un poco las deudas. El dicho de la calle es sensato: en estos casos, más que tener la plata, lo importante es tener el crédito.

Al tope. Un comportamiento típico de las personas que tienden a sobreendeudarse es que agotan los cupos de las tarjetas de crédito rápidamente después de pagar la cuota mensual. El caso es más serio cuando pagan el mercado o la gasolina con tarjeta o con avances en efectivo.

Pegado al mínimo. Otra actitud usual en los deudores que van por la vía de tener problemas es que usan el dinero en consumo antes de cancelar sus préstamos. Muchos de ellos pagan estrictamente la cuota mínima en sus préstamos, una práctica que no es necesariamente mala si se tiene un plan bien establecido, pero es un mal síntoma cuando el ingreso apenas alcanza para cubrir ese monto.

Mire su perfil. En experiencia de los banqueros, los abogados, los médicos y otros profesionales independientes con ingresos elevados tienden a subir sus deudas con mayor rapidez que otros. Tienen cupos de crédito amplios y los usan sin mesura. También son más propensos a exagerar el monto de las deudas las personas que tienen muchos cupos o varias tarjetas de crédito, pero el caso es francamente peligroso cuando toma dinero de unos cupos para pagar las cuotas de los otros.

Qué hacer
Deber no es malo, siempre que se tenga claridad sobre cómo se atienden las deudas. Para evitar el sobreendeudamiento, hay muchas recetas. Desde el feroz tratamiento de cero deuda -que no siempre tiene sentido financiero-, hasta el de controlar las cuentas con madurez.

La segunda estrategia exige verificar las deudas y los gastos. Tal vez la mejor forma es escribir en una hoja de cálculo los ingresos, los egresos y los pagos de deuda mes a mes y asegurarse de que se pueden cubrir todos los pagos a tiempo, sin necesidad de recurrir a nuevas deudas.

No se endeude para consumir. "Aprenda a vivir con lo que tiene", es una de las recomendaciones más frecuentes de los asesores financieros. Por eso, sugieren usar tan poco crédito como sea posible para consumir. Les parecen bien los préstamos para educación, vivienda, vehículo y para algunos bienes de consumo durable, pero también aconsejan pensar bien antes de usar la tarjeta en un restaurante y mucho más en un supermercado. Si paga con tarjeta para conseguir millas de aerolíneas o puntos, debería prever la forma en que pagará al final del mes.

Registrar los gastos ayuda a verificar que no se gaste más de lo que gana. En general, los restaurantes, la ropa y los regalos son los factores que más descuadran los presupuestos.

Fondo para emergencias. Todos los hogares deberían tener un fondo de emergencia que valga al menos seis meses de gastos. El fondo debe estar representado en activos líquidos y seguros, es decir, más en cuentas de ahorro y CDT que en acciones. Podría también estar representado en un carro, siempre que sea fácil de vender por marca y modelo. Además, se debe tratar de conservar libre un cupo de crédito equivalente a un mes de gastos.

Pague a tiempo. Las moras frecuentes cierran el paso de nuevos préstamos. Atienda primero las deudas que tienen una tasa de interés más alta. Por lo general, las tasas de tarjetas de crédito son las más elevadas, (alrededor de 28%). Le siguen los impuestos, que tienen multas y una tasa de 24,58%. Asigne una cuota fija mensual para pagar deudas y gírela incluso si supera el valor de la cuota mínima.

Refinancie. Cuando prevea que no va a poder atender a tiempo sus obligaciones financieras, refinancie sus deudas. Lleve a su banco la hoja de cálculo con la propuesta de pago en la que sea claro de dónde saldrán los ingresos para atender la cuota deseada. Sin embargo, no es bueno hacerse ilusiones. En épocas de auge como las actuales, los bancos son menos amigos de refinanciar que en las crisis.