Invertir en empresas, no en acciones

Cuando las señales del mercado son confusas lo mejor que un inversionista puede hacer es identificar las fuentes de valor de una empresa.

4 de abril de 2008

Dado el buen momento que atraviesa la economía colombiana, donde el crecimiento del PIB se estima superior a un 6% y donde los dividendos a pagar por parte de las empresas, consecuencia de un buen desempeño en 2007, van a ser muy atractivos, el pobre desempeño de las acciones parece insólito.

En lo corrido del presente año la Bolsa de Colombia, y su desempeño medido por el IGBC, ya acumula una desvalorización de 15.47%. Ante esta contradicción mucho se dice sobre la relación entre dicho comportamiento y el comportamiento de los mercados externos.

Al observar el comportamiento de las acciones en otros países, desarrollados y emergentes, vemos que en el caso colombiano aplicaría el dicho que reza que “si por allá llueve, por acá tampoco escampa”. Los índices accionarios Dow Jones y S&P500 de Estados Unidos acumulan desvalorizaciones de 4.76% y 7.33%, respectivamente.

Los índices europeos como el FTSE y el EuroStoxx retroceden 12.64% y 16.66% respectivamente respecto a su nivel de apertura en enero y el Nikkei de Japón marca un descenso de 13.51%. Por el lado de los mercados emergentes el panorama no es para nada alentador si tenemos en cuenta que los índices BOVESPA, IPSA y MERVAL han perdido 2.23%, 5.12% y 3.88%, respectivamente, de su valor inicial.

Solo la bolsa mexicana medida por el MEXBOL se valoriza con un 4.73%. Por si fuera poco el índice VIX, que estima la volatilidad futura de los mercados, ha manifestado una tendencia creciente acumulando un aumento anual superior al 12%.

En un ejercicio sencillo se puede estimar el coeficiente de correlación entre el Índice IGBG y los índices accionarios en mercados desarrollados y en otros mercados emergentes. Al analizar una serie con los datos del presente año se obtiene una correlación entre el IGBC y los índices estadounidenses Dow Jones y S&P500 superior al 70%.

Igualmente sucede al estimar la correlación entre el IGBC y los mercados europeos y el mercado japonés. A pesar de ser una serie relativamente corta, nos deja ver una característica fundamental de nuestro mercado: el tamaño reducido y la poca profundidad genera una dependencia importante con mercados más desarrollados.

Esto no debe sorprendernos en una era en que los mercados financieros globales están integrados y los inversionistas tienen un alto grado de libertad en la movilización de sus recursos. Lo que si preocupa es que nuestra característica de economía emergente nos sitúa como un mercado riesgoso y por tanto objeto de mayor volatilidad. Lo que salva la noche en ese aspecto es que los mercados emergentes el año pasado mostraron tendencias crecientes en sus ingresos superando ampliamente el desempeño de las empresas en países desarrollados.

Qué hacer con las acciones
Mucha gente se pregunta acerca de cual es la mejor manera de enfrentar la situación actual del mercado accionario colombiano teniendo en cuenta la delicada situación de los mercados externos. La respuesta depende de varias cosas. Para empezar, antes de tomar una decisión de inversión, una persona debe definir un portafolio adecuado para su perfil de riesgo y su retorno esperado.

Las acciones son inversiones con algún grado de riesgo y en algunos periodos de tiempo el precio de mercado puede alejarse del precio objetivo esperado por el inversionista. Por eso antes de invertir es importante que la persona piense que va a invertir en una empresa y no en una acción.

En ese sentido hay que escoger empresas con un negocio que se proyecte sólido y creciente a futuro. Un accionista es en cierta medida un socio estratégico de la empresa que incentiva a sus directivos a generar valor por la vía de hacer crecer el negocio.

El día a día de los mercados se afecta por desequilibrios de corto plazo entre la oferta y la demanda y por sucesos coyunturales, rumores y noticias. La historia ha demostrado que el mercado accionario en algunos momentos del tiempo puede no ser un indicador confiable sobre el valor de una empresa (un ejemplo de esto es el boom y la posterior crisis de las acciones de empresas dotcom a principios de esta década).

Cuando las señales del mercado son confusas lo mejor que un inversionista puede hacer es identificar las fuentes de valor de una empresa. Si estas fuentes son ajenas a la situación del mercado: relájese, el tema es pasajero y en el largo plazo el retorno se hará ver y la inversión crecerá tanto como crezca la empresa.

Si no se hizo bien el ejercicio, este puede ser un buen momento para hacerlo y recomponer portafolios, si se tiene en cuenta que los precios de las acciones están bajos y los niveles de entrada son interesantes.

Lo que no se puede descuidares que los fundamentales de las empresas cambian en el tiempo y el seguimiento a la situación financiera y al entorno competitivo del negocio debe ser permanente. Esta estrategia permite identificar tanto la creación como la destrucción de valor y anticiparse a comprar o a liquidar cuando sea el momento justo.

 

 

Por Estefanía León

Analista Acciones Correval