¿Por qué el impuesto a las motos es otro golpe a las clases populares?

La reforma tributaria presentada por el Gobierno nacional propone un impuesto para las motocicletas que es regresivo porque afecta directamente el bolsillo de las personas que usan este transporte como herramienta de trabajo o medio para mejorar su movilidad en las ciudades.

Hasta el momento no se sabe cuál es el objetivo específico con la medida; si la intención es solo aumentar el recaudo de dinero para el Estado, no tiene porqué extraerse de los niveles socioeconómicos 1, 2 y 3, que son los mayores compradores de moto en Colombia. El aumento en el ingreso tributario nacional debe buscarse en otras fuentes y no en las clases trabajadoras con menos recursos.

Según la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ENCV), del DANE, aproximadamente uno de cada tres hogares posee moto, concentrados en los estratos 2 y 3; además, los usuarios se caracterizan porque el 70 % son jefe de hogar, el 36 % están casados y el 39 % viven en pareja hace dos años o más. La mayoría tiene un nivel de educación entre básica primaria y técnica o tecnológica; es decir, son familias que tienen la moto como parte de su patrimonio o de sus activos, y esta les ayuda a generar ingresos y movilizarse de forma económica y rápida.

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Otro dato para destacar es que el 71,2 % de las familias que cuenta con este medio de transporte tiene una buena percepción de su calidad de vida. En contraste, cuando se analizan los hogares en general, independiente de cómo se movilizan, la satisfacción se reduce al 64,8 %. Un aspecto importante a considerar es que en los estratos 2 y 3 cuando se adquiere una moto existe la percepción de que hay una mejora en las condiciones de bienestar. Por supuesto, lo anterior no eclipsa que los motociclistas son los más vulnerables después de los peatones y ciclistas en los eventos de accidentalidad.

Pareciera que el Gobierno nacional solo busca conseguir recursos sin analizar de dónde se extraen. Gravar las motocicletas impactaría económicamente a un sector importante de las clases con menos recursos económicos, las cuales encontrarían una barrera invisible a su aspiración de un mejor futuro.

El afán de recaudo es legítimo, pero en este caso si el objetivo es que los ciudadanos no compren motos se deben mejorar los sistemas de transporte público, y si lo que se quiere es optimizar el recaudo de impuestos para tener una mejor economía, es indispensable que el Estado propicie las condiciones para que las personas tengan herramientas de trabajo. Lo que se observa con la actual reforma es que se quiere mejorar las finanzas públicas sin importar quienes se afecten en ese propósito, es este caso las poblaciones más vulnerables.

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Tributación y movilidad pueden amarrarse con cargas a la contaminación; así mismo se pueden aprovechar los denominados impuestos verdes; esto, por ejemplo, no quedó claro en la propuesta de reforma tributaria. Formular políticas públicas sin conocer bien a quienes se afecta negativamente, puede producir efectos adversos en el bienestar.

^{Fuente: Elaboración propia. Observatorio de Logística, Movilidad y Tránsito. UNAL.}

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^{Profesor. Director del Observatorio de Logística, Movilidad y Territorio. Centro de Investigaciones para el Desarrollo (CID). Universidad Nacional de Colombia}