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Rompiendo el molde perfecto

Sus hijos son personas únicas que tienen características especiales que deben ser valoradas y fomentadas por los padres. No insista en convertirlos en quienes no son, descubra qué los hace singulares.

14 de enero de 2009

“¿Es mi hijo inteligente?”, es la eterna pregunta de cualquier padre o madre cuando observan el desarrollo de sus pequeños. Los papás quieren que su hijo sobresalga en el colegio y la universidad, para que posteriormente se destaque en su trabajo como un profesional exitoso.

Sin embargo, el psicólogo Howard Gardner de la Universidad de Harvard, creador de la teoría de inteligencias múltiples en los niños, señala que existen siete tipos de ellas y sólo tres son evaluadas en los tradicionales exámenes de coeficiente intelectual. La inteligencia como un concepto único es cosa del pasado, según los planteamientos de Gardner. “Gracias a la evolución que se ha presenciado en la sociedad y por lo tanto en la familia, los padres han aprendido a reconocer y aceptar las fortalezas y dificultades de sus hijos”, comenta María Clara Arboleda, psicóloga especialista en desarrollo infantil.

La terapeuta explica que los padres deben buscar en sus hijos la singularidad, para lo cual es necesario fomentar sus características únicas que les permiten construirse, aceptarse y fortalecerse para así desarrollar una mayor autoestima. A su vez, Arboleda enfatiza en que el hecho de que el niño no sea bueno en matemáticas o en la memorización, no quiere decir que no sea inteligente o no tenga otras habilidades.

La tarea de los padres es descubrirlas, puesto que cada niño aprende con diferentes estilos, estímulos y formas de enseñanza. A continuación se presentan las siete formas de inteligencia según Gardner. Explore cuáles características se asemejan más a las de sus hijos y trabaje en los aspectos claves para estimularlas.

Inteligencia Lingüística. Este tipo de inteligencia tiene que ver con las palabras. En especial, con las que cuentan escritores, abogados y periodistas. Ofrece las bases para informar, persuadir, argumentar, enseñar y entretener.

Los niños con este tipo de inteligencia son buenos para los juegos de palabras y trabalenguas. Muestran un ávido interés por la lectura y facilidad para la escritura.

Inteligencia Espacial. En este caso, sobresale la capacidad de visualizar imágenes mentales y dibujos. Son personas que se interesan por el arte y la fotografía. Los niños que la poseen visualizan fácilmente los detalles y son buenos para dibujar imágenes a pesar de su edad. Cuentan con la habilidad de plasmar aquello que ven en su mente.

Inteligencia Corporal-Cinestésica. Estos niños poseen una destreza y movilidad corporal superior para manejar o manipular objetos, pues tienen una alta facultad motora. Quienes cuentan con ella serán buenos cirujanos, mecánicos, carpinteros o artesanos pues son personas con facilidades en las manualidades y actividades deportivas.

Inteligencia Musical. Como su nombre lo indica, se encuentra en aquellas personas que pueden aprender fácilmente melodías o componer ritmos. Si el niño es capaz de percibir sutilezas en piezas musicales similares es porque tiene esta facilidad. Es probable que el niño tenga mucha disposición para aprender música o para apreciarla.

Inteligencia Interpersonal. Esta distinción se establece para quienes tienen la habilidad de trabajar fácilmente con otros. Estos niños se relacionan bien con sus compañeros, tienen la capacidad de reconocer el estado de ánimo, entender diferentes comportamientos y necesidades de otros, incluso los de los adultos.

Inteligencia Intrapersonal. Es la capacidad de entender de manera profunda el ser interior. Son niños que identifican sus sentimientos, diferencian diversos niveles emocionales y se comprenden a sí mismos. Estas cualidades fomentan la introspección, la disciplina, la independencia y la tendencia a establecer metas en la vida.

Inteligencia Lógico-Matemática. Se trata de la habilidad de la mente para trabajar con números y secuencias lógicas. Los niños que tienen dicha inteligencia son buenos para entender patrones y razonamientos numéricos, el concepto de causa y efecto, abstracciones y proposiciones.