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Tecnología

¿Qué pasa con nuestro patrimonio digital cuando nos morimos?

Pagó de una sola vez la suscripción a esa costosa revista, tiene un vasto crédito en iTunes y las fotos de premio internacional que tomó en su último viaje están únicamente en una red social. ¿Qué le pasa a todo eso si se muere?

Alianza BBC
15 de octubre de 2011

Imagínese la escena. Un cuarto a media luz. Un abogado sobrio, lo rodean personas vestidas de negro. A algunas se les caen las lágrimas. La ocasión: la lectura del testamento del querido tío Pablo… "Y a mi muy amado sobrino, le dejo el acceso a mis cuentas de póker y bingo online y a mi nieto Alfonso, le dejó mis créditos disponibles en iTunes".

Podría parecer una escena un tanto exagerada y hasta artificial, pero al ritmo que estamos acumulando activos digitales, así será el testamento que deberíamos estar considerando escribir.

El abogado Matthew Strain, quien ya ha asesorado a clientes sobre sus herencias digitales, señaló que tomar en cuenta esos bienes en un testamento es "relativamente sencillo".

"Con más fotos, libros, música y elementos que se guardan en internet y en el formato digital, la pregunta de lo que les pasará cuando su propietario se haya ido, se ha vuelto, hoy en día, más y más importante", indicó Strain.

Las posesiones online, desde fotos digitales y videos hasta música y aplicaciones, tienen un valor financiero y emocional para sus dueños y, potencialmente, para sus seres queridos".

La gente que no cuida de sus posesiones digitales ponen en riesgo que se pierdan cuando mueran e, incluso, podrían dejarles deudas a sus familiares.

"Podrían ser responsables por suscripciones a revistas y periódicos en internet", explicó el abogado.

"Guardianes"

iCroak es un servicio en internet que busca ayudar a los cibernautas a planear cómo quieren que sus activos digitales sean administrado cuando mueran.

Por un pago anual de entre US$15 a US$20 o una membresía de US$230, el usuario puede clasificar sus activos y crear cuentas para personas que designe como "guardianes" de las propiedades virtuales que quiere preservar o dejar.

El guardián va a recibir un correo electrónico con un único nombre de usuario, una contraseña y un vínculo al iCroak.
Cuando la persona que los ha designado muera y una vez sea verificado su deceso con un certificado de defunción, el guardián será capaz de ver lo que ha dejado.

Personas que tengan cuentas de naturaleza polémica o embarazosa, no querrán que nadie tenga acceso a ellas. Para ellos, hay una opción que permitirá que sean borradas una vez muera.

Tesoros digitales

La empresa RackSpace, que pone en práctica la computación en la "nube", está convencida de que, a medida de que guardamos nuestros bienes en internet, enfrentamos el dilema sobre qué hacer cuando nos vayamos no sólo del mundo digital, sino del físico.

La compañía comisionó un estudio en asociación con el Centro para la Tecnología Creativa y Social de la Universidad Goldsmiths de Londres y encontró que estamos sentados en una mina de oro de activos digitales.

De acuerdo con el estudio, los británicos cuentan con música, películas, aplicaciones y suscripciones en internet que ascienden a US$3.600 millones.

La investigación halló que una de cada 10 personas ha puesto sus contraseñas en sus testamentos para que sus familiares puedan acceder a sus tesoros digitales.

Cerca de un tercio de los 2.000 encuestados dijo que habían pensado en su herencia digital, mientras que más de la mitad cree que sus más queridas posesiones virtuales están en redes sociales como Facebook, YouTube y Flickr.

Acción

Una de los entrevistadas, Kelly Harmer, indicó que había sido forzada a pensar en su patrimonio tras sufrir un accidente de tránsito.

"Guardo muchos de mis recuerdos más memorables en internet. Ya no suelo imprimir las fotos. También tengo cosas en internet que tienen valor monetario, como mi colección de música y suscripciones a revistas".

"Quería estar segura que, si algo me pasa, mi familia y mis amigos puedan acceder a esas posesiones digitales", señaló.
Harmer ha escrito en un documento toda la información relevante para acceder a sus cuentas en internet.

"Se lo di a mi madre para que lo guarde en un lugar seguro y ahora estoy dando un paso hacia delante y estoy dejando instrucciones en mi testamento sobre mis activos digitales", indicó.

Es un ejemplo que muchos podríamos seguir. Yo tendría que empezar a pensar a quién le voy a dejar mi vasta colección de armaduras de World of Warcraft.