Viajes

Esta es la razón científica por la que alguien ama viajar

A veces usted puede tener esa sensación de que no puede quedarse quieto y que le surge esa necesidad de estar buscando nuevos destinos y explorar nuevas aventuras. ¿Se ha preguntado por qué?

22 de julio de 2016

Entre las actividades más placenteras que existen en la vida, la de viajar puede estar ocupando uno de los primeros lugares para muchas personas, porque representa el rompimiento de una rutina y una manera efectiva de liberar el estrés, al tener otro panorama y relacionarse con ambientes distintos y situaciones desconocidas.

En sí, casi que el 99% de los seres humanos les gusta viajar, pero lo que pasa es que muchos se frenan de hacer realidad ese deseo en tanto que se escudan en que no tienen el dinero o los recursos suficientes para estar viajando, mientras hay otros que, aun teniendo el dinero, prefieren gastarlo en otro tipo de situaciones (como la rumba, la ropa o la comida). En sí, son pocos los que ahorran para un viaje, ya que la mayoría termina es endeudándose a la hora de considerar hacerlo.

Y es así como el factor económico es también decisivo, porque dependiendo del presupuesto o de la capacidad de endeudamiento se decide a dónde ir, cómo ir y qué hacer, limitando las experiencias de las personas. Quizá es por eso mismo que puede llegar a causar un poco de envidia y frustración el ver cómo otros sí logran lo que a usted se le dificulta o que no ha podido hacer.

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De hecho, aunque usted no lo crea, existe una expresión particular para expresar lo que es “la pasión por viajar”, una palabra: “wanderlust”, de las palabras ‘wandern’ que traduce “caminata” y ‘lust’ que significa “deseo”, palabra que fue luego trasladada al inglés en el año 1902. Incluso, en el español también está la expresión “dromomanía”, que vendría siendo su equivalente.

Pero, ¿por qué sucede esto con esta actividad, en particular? Pues bien, hay estudios científicos que se han encargado de ver lo que pasa en el cerebro, en el cuerpo y en el comportamiento humano el simple hecho de viajar.

Lo que dice la ciencia

Cuando usted ‘padece’ de esto, puede que la gente lo considere una persona inestable, que no le gusta ‘echar raíces’ o tener un lugar fijo. Incluso, muchos, lo ven como un simple capricho suyo y de la etapa por la que está cruzando. Pero dentro de usted sabe que esa sensación va mucho más allá de una etapa de “juventud loca” porque, incluso, es de quienes se imagina viajando por el mundo cuando llegue a los 50 años.

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Efectivamente, no se trata de una inmadurez, de que no le guste su hogar o de que no sea estable emocionalmente. La verdad es que según un blog de psicología, las personas que tienen esta pasión es porque tienen un componente particular en su ADN pues, en el gen DRD4, que se asocia con los niveles de dopamina en el cerebro y lo que hace es que aumenta dichos niveles ante situaciones de curiosidad y exploración.

Incluso, de acuerdo con el sitio Contiki, se dice que este gen empezó a surgir miles de años atrás  cuando los seres humanos estaban migrando hacia otros continentes y corrían riesgos, así como tenían la ambición de conocer nuevos sitios. No obstante, han pasado tantos años que se estima que sólo el 20% de la población mundial cuente con este gen.

Es así como este gen lleva y trasciende con una historia de evolución en la que usted puede estar inmerso. Pero además de esto, en otras investigaciones realizadas por la National Geographic también soporta los estudios, pero más relacionando cómo se ve desde los rasgos de personalidad en personas que les gusta tomar riesgos y explorar todo tipo de oportunidades desde cualquier contexto, atado a un sentido evolutivo.

¿Y el dinero?

Ahora, con esta misma condición también se determinan patrones y comportamientos financieros porque las personas que pueden llegar a tener esta pasión rara vez encuentran limitantes de dinero a la hora de viajar. En sí, la mayoría prefieren ahorrar e irse con la tranquilidad de disfrutar su viaje, especialmente, porque no les importa las condiciones en las que tengan que hospedarse (pueden dormir, incluso, en la calle), así como las comodidades de viaje.

Pero, además, también son quienes disfrutan no sólo de conocer nuevos lugares, sino también de repetir, ya que la experiencia previa les ha dado nuevas herramientas para poder disminuir los costos de viajes y, con ello, sacían esa ansiedad de exploración: siempre encontrarán algo distinto extraño, a pesar de que no sea su primera vez en el sitio.

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