Archivo Semana. Una reforma propone acabar en Colombia con el aborto en cualquier circunstancia. | Foto: Archivo Semana

Familia

Por qué en Colombia buscan prohibir el aborto "en cualquier circunstancia"

Con cinco millones de firmas piden reformar la Constitución para impedir el aborto incluso cuando el embarazo pone en riesgo la vida de la madre.

Alianza BBC
3 de agosto de 2011

Este miércoles, el Partido Conservador de Colombia presentará un proyecto de reforma constitucional que está acompañado por más de cinco millones de firmas, recogidas con el apoyo de la Iglesia Católica y otras iglesias cristianas.

En la práctica, la reforma pretende dejar sin efecto una sentencia emitida en el año 2006 por la Corte Constitucional que autoriza la interrupción voluntaria del embarazo en tres circunstancias: cuando el embarazo pone en peligro la vida de la madre, cuando es producto de una violación o cuando el feto presenta malformaciones que son incompatibles con la vida.

Se trata del más reciente capítulo en la lucha por el aborto en Colombia. Y BBC Mundo conversó sobre el tema con el Senador José Darío Salazar, presidente del Partido Conservador colombiano.

¿Cuál es el objetivo de la moción?


Busca preservar el derecho a la vida como un derecho inviolable desde la fecundación hasta la muerte natural. En la práctica acabar con el aborto en cualquier circunstancia.

¿Pero no estarían imponiendo así sus propias concepciones sobre el inicio de la vida a todo un país?

La vida comienza científicamente desde el momento de la fecundación. Desde ese momento ese ser humano tiene derecho a ser protegido por el Estado. Ese fue el espíritu de la Asamblea Nacional Constituyente, así lo ratificó la Corte Constitucional en varias ocasiones, y así lo ratificó el Congreso de la República, que lo que hizo fue atenuar un poco la pena en el caso de la violación, de la malformación o del riesgo de muerte de la mujer. Pero jamás el Congreso de la República trató de desproteger ese bien jurídico de la vida, desde el momento en que inicia la vida. Y eso es lo que queremos hacer, volver las cosas a su sitio, como lo concibió el Congreso y la Asamblea Nacional Constituyente.

Yo le diría a las personas que creen que esto viola las libertades, que no hay mayor libertad que la que tiene un niño de vivir. Ese ser humano concebido tiene derecho a la vida, ese es un derecho inviolable y hay que protegerlo a ultranza.

¿Pero qué pasa con el derecho a la vida de la madre? Un caso emblemático en Colombia es el de Martha Solay González, una mujer de Pereira que falleció en 2007 por un cáncer de matriz, luego de que se le negara el tratamiento para no dañar al feto que llevaba en su vientre…

Eso habla del amor que puede tener la madre por un hijo, que es un amor inconmensurable. Yo creo que cualquier madre daría la vida por su hijo. Pero independientemente de eso creo que hoy la ciencia ha avanzado tanto que lo que la ciencia tiene que hacer es todos los esfuerzos habidos y por haber para salvar las dos vidas…

Pero en el caso de Marta Solay no fue ella quien decidió dar la vida por el niño no nacido. Fue el Estado el que eligió por ella. Y dejó tres hijas huérfanas…

No conozco ese caso, pero el Estado debe hacer todo lo posible por poner la ciencia en manos de sus asociados, a través de los médicos, para que esos médicos hagan todo lo posible por salvar las dos vidas.

En cualquier caso, si uno de los dos muere en uno de los procedimientos es diferente a matar a uno con la justificación de que así se va a salvar al otro.

¿Y no lo incomoda la posibilidad de que la reforma también se traduzca en penalizaciones para quienes decidan no tener hijos concebidos como resultado de una violación?

La violación debe combatirse por parte del Estado ofreciendo plenas garantías a sus asociadas y asociados. El Estado no le puede decir a las mujeres: ‘como no puedo protegerte en tu integridad, en tu honra, entonces vámonos por el camino fácil de matar a los niños porque nosotros no podemos impedir una violación’. El Estado tiene la obligación de darle a sus asociados esa protección.

¿Pero debe tener la potestad para obligar a una mujer a llevar a término un embarazo que no fue producto de un acto consensual sino el resultado de un acto de violencia?

En el mundo hay mil millones de familias, en Inglaterra, en España, en Canadá, en EE.UU., y aquí también en Colombia, que gustosos reclaman la oportunidad de darle techo, educación, vida digna, desarrollo, futuro a un niño porque ellos no lo han podido tener. El Estado no va a obligar a una madre a mantener un niño si no lo quiere mantener. Lo que el Estado debe es proteger el bien jurídico de la vida.

Al eliminar también la tercera excepción, que permite el aborto en caso de malformaciones congénitas incompatibles con la vida, se estaría obligando a las mujeres a llevar a término embarazos que nunca van a tener un resultado feliz…

Primero hay que ver las causas de por qué estas malformaciones. Si son malformaciones congénitas yo creo que las familias deberían optar por no correr esos riesgos, pero en la mayoría de los casos hay malformaciones por falta de nutrición, que la debe dar el Estado a las mujeres, por falta de unas condiciones laborales éticas y morales, con responsabilidad social, para que la mujer no esté sometida a trabajos forzados, a trabajos inhumanos que podrían dañar al bebé, o por falta de una buena orientación en el campo psicológico, para que la madre no se someta por ejemplo al consumo permanentes de estupefacientes o de drogas. El Estado ahí tiene mucho que trabajar.

Pero si definitivamente ese ser humano viene mal formado, si ese ser humano va a morir, lo primero que hay que hacer en mi opinión es permitir que nazca. Si va a morir, pues va a morir, y entonces cuando nazca, si es tan acertada la ciencia pues ese niño va a morir y no hay necesidad de cortarle la vida, sino de permitir que el niño si va a morir pues muera, pues ya no hubo nada que hacer y ya no se pudo salvar. Pero todos los días hay nuevos procedimientos, nuevos medicamentos, para poder no solamente salvar sino corregir las malformaciones con las que vienen muchos niños.

¿Pero no piensa que es demasiado cruel para la madre? Leía por ejemplo sobre el caso de Maribel Paniagua, una colombiana que resultó embarazada y los doctores detectaron desde el inicio que tenía muy poco líquido amniótico en la matriz. Ella tuvo que esperar nueve meses a que el feto muriera dentro de suyo. ¿No le parece que, en cualquier caso, esa debería ser una decisión de ella?

Yo pienso que a partir de estos casos que son excepcionalísimos se están cometiendo miles y millones de abortos en el mundo, precisamente porque tenemos esa puerta abierta. En Colombia en los últimos años, según los reportes que tenemos, ha habido 450 mil abortos, de los cuales nos reportan los amigos que llevan el control, solo 950 han tenido que ver con las excepciones. Yo creo que esta legislación es una legislación bastante laxa, se está prestando para que se justifiquen miles de abortos que están por fuera de los que hoy consiente la corte constitucional.

La otra forma de verlo, sin embargo, es que la prohibición no evita los abortos, que lo único que logra es que se hagan de forma clandestina, poniendo en mayor peligro la vida de las mujeres que deciden no llevar a término un embarazo…

Me parece que es una justificación absolutamente absurda: ‘legalicemos la muerte de estos niños porque de cualquier manera se va a hacer". Eso no es propio de un Estado de Derecho y de una manera consecuente de ver las cosas. Y le voy a poner un ejemplo, dicen que en Islandia era despenalizado el aborto y después se penalizó y como resultado se redujeron los abortos de una manera dramática. Y entiendo que lo mismo está sucediendo en Chile.

Pero en el caso colombiano hablamos de abortos que sólo son permitidos en condiciones muy específicas, de tres excepciones que son muy extremas y bastante dramáticas. De hecho, de aprobarse la reforma, Colombia pasaría a ser parte de una lista bastante reducida: son muy pocos los países en el mundo que no permiten el aborto en casos extremos. ¿Por qué Colombia sí y el resto del mundo no?

En Colombia, además de las tres excepciones, ya la Corte Constitucional ha emitido fallos, ha dicho que es un derecho fundamental de las mujeres el aborto. Hay casos específicos donde la Corte Constitucional ha justificado, en las salas de tutela, abortos que están por fuera de esas tres excepciones. O sea que hemos dejado abierta una puerta enorme para que lo excepcional se vuelva general. Y nosotros estamos convencidos de la importancia de la defensa del derecho a la vida desde la fecundación y vamos a dar esa batalla.