La ropa económica puede venir con sorpresas. | Foto: DW

Consumo

Los residuos tóxicos en ropa de marcas reconocidas

Estudio asegura que una buena parte de las creaciones de grandes cadenas de moda podrían resultar nocivas para el ser humano. ¿Cómo protegerse?

Alianza DW
26 de noviembre de 2012

Un paseo para ir de compras es una de las actividades favoritas de muchos alemanes en su tiempo libre.

Las grandes cadenas se han adaptado a esa tendencia y cambian sus colecciones rápidamente para mantener activo el mercado. El "Fast Fashion" ofrece productos de bajo costo a precios económicos para un público joven que quiere siempre estar a la moda. Solo la cadena Zara, perteneciente al grupo español Inditex, produce anualmente 850 millones de prendas.

El viernes (23.11.2012), un grupo de activistas de la organización medio ambientalista Greenpeace intervino en la fachada de una tienda Zara desplegando un enorme cartel que decía "¿Conoce usted el sucio secreto de Zara?". Con acciones similares en distintas ciudades, Greenpeace quiere dar a conocer los resultados de un estudio donde 141 prendas de marcas famosas como Zara, Benetton, Tommy Hilfinger, Gap, C&A y H&M fueron analizadas, con sorprendentes resultados.

Sustancias cancerígenas

Christiane Huxdorff, química que trabaja para Greenpeace, dijo a Deutsche Welle que "hemos encontrado restos de detergente, como eletoxilato de nonilfenol (NPE), que afecta a las hormonas del ser humano, residuos de plásticos, que se sospecha producen esterilidad en el hombre, y, además, sustancias colorantes potencialmente cancerígenas".

Algunos de esos colorantes sintéticos están prohibidos en Alemania, aunque en muchos países los controles distan de ser estrictos. Quizás por estas razones muchos de los productores de ropa cambiaron sus fábricas a Asia, supone Huxdorff. "No sólo se fueron a Asia porque allá producir ropa es más barato, sino también por las estrictas exigencias medioambientales que se imponen a las empresas en Europa".

Daño colateral

Hasta ahora no existe evidencia alguna de que vestir la ropa que presuntamente tiene esa carga tóxica provoque efectos en las personas, reconoce Christiane Huxdorff. El peligro es más bien indirecto. "Si Alemania y Europa suman todo el lavado de esa ropa, podemos hacernos una idea de la cantidad de residuos que podría llegar a los ríos".

Los riesgos para la salud son, en realidad, directos para las personas que trabajan en Asia, quienes tienen, de facto, un contacto con los tóxicos. Además, muchas de esas fábricas que se encuentran en India o China lanzan los líquidos sin darles el adecuado tratamiento. "Las personas talvez se alimentan de los peces que viven en esos afluentes, y entonces también pueden ver afectada su salud".

Los fabricantes responden

No responderles a los defensores del medio ambiente es un lujo que las grandes empresas no pueden darse. "Estas cosas afectan la imagen de las empresas", dice la experta. También en redes sociales como Facebook o Twitter la presión sobre los fabricantes puede tornarse más pesada. "Los consumidores y usuarios dicen 'queremos comprar ropa, obvio, pero sin productos tóxicos'".

Inditex, la empresa dueña de Zara y otras marcas de moda, dice a Deutsche Welle que ellos se ocupan del tema y, de hecho, tienen sus propios controles de calidad y laboratorios, lo que les asegura que toda su ropa "cumple con los estándares sanitarios, respeta la seguridad de los clientes y resguarda el medio ambiente".

No obstante, Inditex aclaró estar abierto a revisar sus procedimientos. "Reiteramos nuestra disposición a tomar las medidas necesarias para alcanzar el mismo objetivo que todos buscamos, en el más breve plazo: ausencia total de residuos peligrosos en nuestras prendas". Ese compromiso de eliminar, de acá al año 2020, las sustancias nocivas en la producción de textiles ya había sido expresado antes por empresas como Puma, Adidas o Nike.

¿Cómo se pueden proteger los usuarios?

No existe una protección absoluta contra los productos nocivos presentas en la ropa, dice Christiane Huxdorff. Quien como consumidor quiera sentirse seguro, quizás deba recurrir a las ecoetiquetas.

También la ropa usada, y por lo tanto lavada en reiteradas ocasiones, puede ser más segura. Darse una vuelta por las tiendas de segunda mano es, entonces, una buena idea. Y para el medio ambiente también es mejor si el consumidor no recurre a la ropa de última moda, rápidamente desechable, sino cuando el cliente adquiere menos ropa, pero de mejor calidad.