Cada vez más gente acude a Internet para reunir dinero para causas personales. | Foto: Corbis

Finanzas

¿Dónde está el límite para el crowdfunding?

Sharon Chayra se alegró de saber que dos conocidos de negocios se habían casado, pero su entusiasmo se enfrió cuando la novia le envió un correo con un enlace a su campaña de crowdfunding o financiación colectiva como recién casados.

Alianza BBC
12 de mayo de 2014

La próspera pareja estaba recaudando dinero para su luna de miel, unas vacaciones de safari de US$10.000 en África.

No eran los primeros viajeros en solicitar esta clase de donaciones: se trata de una tendencia creciente. Pero para Chayra era demasiado.

"Pensé: '¿en serio? Ni siquiera estoy invitada a la boda. ¿Y quieres que desembolse dinero para tu safari africano?'", dice la ejecutiva, presidenta de Chayracom, una empresa de relaciones públicas de Las Vegas.

Convocando a la multitud

La financiación colectiva permite que las personas recauden dinero proveniente de propios y extraños para una causa personal a través de plataformas como Kickstarter, Indiegogo y Giveforward.

Muchas campañas son sin fines de lucro, pero algunos utilizan el crowdfunding para pagar cuentas personales, como autos deportivos y vacaciones, a través de sitios como GoFundMe y GoGetFunding.

Para evitar una situación incómoda, Chayra aportó US$50. Después se dio cuenta de que otros habían contribuido con hasta US$500. "Entonces pensé: 'Por Dios, solamente di $50'. Seguramente están pensando: 'Qué tacaña'. ¡Bueno, pues qué lástima!", afirma, con una carcajada.

La financiación colectiva ha recaudado dinero para causas sociales dignas y para personas que enfrentan tiempos difíciles. Pero la tentación del dinero fácil hace que cada vez más personas, especialmente estadounidenses, les pidan a sus amigos, familiares y extraños aporten para objetivos menos elevados, tales como renovaciones domésticas, autos deportivos, vacaciones y hasta gastos de viaje para audiciones en reality shows.

Chayra ya había recibido antes solicitudes extravagantes, como las vacaciones prenupciales de otra pareja y la petición de implantes mamarios para el cumpleaños de un amiga.

"Sentí ganas de decir 'quiero una abdominoplastia para mi cumpleaños; no tendrás tus implantes de senos hasta que yo tenga mi cirugía de abdomen'", relata. "Es decir, ¿dónde acaba eso?"

GoFundMe, que fue creado específicamente para solicitudes personales, ha visto crecer el monto anual recaudado por sus campañas de $5,65 millones en 2011 a $128 millones en 2013.

En opinión de Jeff Yeager, un experto en finanzas personales radicado en Virginia que ha publicado cuatro libros sobre la vida frugal, la tecnología ha permitido que las personas sucumban a sus impulsos más poderosos y más perezosos.

"Antes las cosas se tenían que hacer de la manera tradicional; es decir, trabajar, ahorrar y gastar menos para conseguir lo que uno quiere. Para muchas personas se ha convertido en la opción por defecto", señala.

¿Fin de la sociedad civilizada?
Aunque algunos consideran las solicitudes financiación colectiva para deseos personales como una señal de la desaparición de la sociedad civilizada, Ethan Mollick, profesor de Administración de la Escuela Wharton de la Universidad Pensilvania, dice que se trata de algo pasajero.

"Con el tiempo, las personas que buscan recaudar dinero para un Ferrari, a menos que sean divertidas y buenas, van a desaparecer", sostiene Mollick. "Piense en la disminución del número de chistes enviados por familiares que recibe desde el año 2000 hasta el día de hoy".

Ya que estas campañas son tan públicas, Mollick cree que el mercado finalmente castigará a los abusadores.

Una de las grandes preguntas tiene que ver con cómo los sitios de financiación colectiva garantizan la honestidad de quienes los usan. ¿Qué impide, por ejemplo, que la pareja que está de luna de miel compre un automóvil nuevo en vez de hacer senderismo en Tanzania?

Los sitios que procesan solicitudes empresariales o benéficas las evalúan con frecuencia, asegura Gordon Burtch, profesor de Administración de la Universidad de Minnesota. "Sin embargo, en la mayoría de los casos… no se realiza mucha vigilancia".

Otro elemento es que la financiación colectiva puede ser una forma costosa de conseguir lo que se quiere. La mayoría de los sitios retienen entre el 4% y el 5% de las donaciones y entre un 3% y un 5% adicional se destina a un procesador, como PayPal o Stripe.

Incómodo para ambas partes

Para recién graduados y artistas que tienen dificultades, la financiación colectiva ofrece la posibilidad de obtener algo que de otro modo sería económicamente inalcanzable.

Christopher Ott -un estudiante de Murfreesboro, Tennessee, que se acaba de graduar de la universidad- estaba nervioso al momento de lanzar una campaña para la compra de una computadora usada por un valor de US$800. "Casi no oprimo el botón final. Unos se siente demasiado autoindulgente y complaciente", dice.

Ott es ingeniero de audio y fotógrafo principiante. Por ahora, sin embargo, trabaja en una pizzería. La computadora portátil, totalmente equipada con el software que necesita, sería una ayuda importante para avanzar en su carrera. Para evitar sentirse un aprovechado, también ofreció algo a cambio: tiras de prueba, sesiones de fotos e impresiones para donantes de distintos niveles.

Esperaba y, en efecto, recibió algunas críticas. ¿Por qué no usó su declaración de impuestos? ¿Por qué no ahorró para eso? ¿Va a dejar de enviarme spam? Pero logró recaudar los $800 completos en una semana y obtuvo varias donaciones de personas que nunca había conocido.

Este supervisor de valets de hotel de 25 años había recaudado US$640 al cierre de este artículo, muy por debajo de su meta de $5.000, pero también había logrado algunos pequeños papeles en televisión.

"Si usted desea donar, siéntase libre de hacerlo. Si no, no hay problema. Entiendo que todo el mundo tiene que pagar cuentas propias", dice.

Extralimitaciones
Sin embargo, muchas veces el dinero va a parar a las manos de los menos necesitados. Jean, una ejecutiva de medios de Nueva York que pidió ser identificada solo por su nombre, se sorprendió cuando una amiga envió mensajes masivos en los que pedía dinero para pagar la cuenta veterinaria de su gato enfermo. Su amiga ganaba más de $75.000 en su trabajo en la industria del entretenimiento y era de las que gastaría US$140 en un par de zapatos sin dudarlo.

En menos de 48 horas, la dueña de la mascota obtuvo los $3.000 que necesitaba para pagar la cuenta del veterinario. Jean explica que la mayoría de los donantes eran personas que tenían la esperanza de entrar en la industria del entretenimiento: "Básicamente estaban tratando de besarle los pies", dice.

"Me preguntó si podía compartir su petición en Facebook. Me sentía tan incómoda con eso que simplemente fingí que nunca había visto su correo electrónico", añade. "Ni siquiera sabía cómo responder. Estaba horrorizada".