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Manejo del dinero

Frases que debe usar cuando va a cobrar una deuda

¿Le ha pasado que prestó $50 mil o $1’000.000 y esa persona, que era su amigo de toda la vida o un familiar a quien apreciaba mucho, se le pasó el tiempo y no ha cumplido con el pago de su deuda?

20 de abril de 2016

Decirle a alguien que le gusta, confesarle al jefe que cometió un error, terminar una relación, contarle a sus padres que cometió un delito o hasta comentarle a su compañero que debería usar un mejor desodorante, son algunos de esos momentos incómodos que existen en la vida y por los que una persona siempre se verá obligado a pasar o, al menos, en muchos de ellos.

Quizá también se puede incluir una situación como cuando usted presta dinero y, después de un tiempo, la persona que tanto lo molestó e insistió en que le hiciera el préstamo ahora ni siquiera se aparece para decirle “todavía no la tengo”. Incluso, hay casos en los que realmente deja de contestarle llamadas o mensajes para “hacerse el loco”.

Entonces, por su cabeza empiezan a darse una serie de escenarios no sólo sobre cómo cobrar ese dinero sino también cómo seguir con esa relación, especialmente, porque era una persona muy cercana que apreciaba bastante y que ahora, como las cosas están tan raras, puede perderse por completo esa relación.

Lo primero que haremos en FP, para ser sinceros, es que si usted nunca hizo una promesa o firmó una letra porque confió en la otra persona; será regañarlo. No se queje, porque ahora no tendrá ningún tipo de mecanismo ni prueba para hacer valer la palabra de la otra persona. Por más confianza que haya, dinero es dinero, lo que hace que la situación se deba tratar de forma distinta.

FP le recomienda “Lo que debe hacer si prestó dinero y no le quieren pagar”.

Y peor aún si usted es de esas personas que aseguran “les da pena cobrar”, porque no se siente en una situación cómoda y porque usted es éticamente correcto y cree que la conciencia de la otra persona es la que debe pesar más que sus reclamos.

Querido lector, cuando se trata de dinero, las personas se transforman y pueden llegar a cambiar completamente. Así que si usted no toma medidas al respecto, lo mejor es que piense que hizo una buena obra y le regaló ese dinero a una persona que lo necesitaba. Pero si es de quienes realmente quiere ponerse el cinturón en la situación, siga leyendo.

Lo primero es que, ante un reclamo de su dinero, usted no debe perder la cordura y mucho menos la decencia para hablar. Recuerde que también es parte de su personalidad y su imagen, así que tener una actitud conciliadora, desde el inicio, es lo más conveniente.

Con esto, aquí le damos unas sugerencias para traer el tema a colación con su querido deudor, sin que sea grosero, según Money, Credit Cards y Life Hack :

  • Un alma bondadosa: si la compasión y amabilidad es lo suyo, la frase adecuada que puede usar es “yo siempre estaré encantado de ayudarte, al fin y al cabo para eso estamos los amigos, ¿no? Para apoyarlos en situaciones difíciles y por eso confío demasiado en ti”. El tema se puede traer a colación si usted habla de cómo otro día ayudó a un amigo que se quedó por fuera de la casa y le dio posada o cómo le ayudó con el hijo cuando tenía que hacer unas vueltas.
  • Ofrezca flexibilidad: si definitivamente ve que la persona está en una situación complicada, dígale “si quieres me pagar la mitad este mes y la otra, el próximo, para que te quede más fácil”. Esto le da a usted el control de la situación y muestra cómo está abierto a las alternativas para el pago.
  • La mala chanza: aunque esta no sea agradable, puede tomarse como una medida extrema y es útil para quienes, especialmente, gozan de un rico sentido del humor. La idea es que usted aprovechará una situación con más personas para decir algo así como “como Juan, que desde hace dos meses le presté y luego se desapareció”, o algo similar, con el fin de hacer que la persona pueda sentirse un poco culpable y, por simple remordimiento, le pague.

Le sugerimos “Las reglas para prestar dinero a sus amigos o familiares”.

  • Nada mejor que ser directo: esta la sugerimos para quienes se caracterizan por ser de una personalidad tipo “las cuentas claras y el chocolate espeso”. Eso sí, salude primero, pregunte por cómo va y en seguida mencione el tema “oye, ¿recuerdas el dinero que te presté? ¿Me lo pagarás la próxima semana?”. La idea es que usted no deje un espacio para que la persona diga “luego”, sino que usted busque la forma de establecer la fecha exacta.
  • Disimuladamente: si cada vez que se ve o habla con la persona lo único que hace es quejarse de la situación y que no ha podido conseguir trabajo o que ya no tiene nada de dinero, háblele de las alternativas de negocio o cómo hacer un dinero extra fácil, agregando al final “y con eso me pagas lo que me debes, para no enojarme contigo”, lo que reitera su preocupación de que le paguen el dinero.

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  • La excusa perfecta: como la situación es incómoda y si ya ha pasado un par de semanas y nada, la frase “oye necesito que me pagues porque pronto debo cancelar un préstamo que pedí y contaba con ese dinero”, será la adecuada. Ya sea porque sea verdad o no, cuando usted muestra la urgencia de ese dinero, puede mover un poquito el corazón de la otra persona, para que le pague.
  • El buen hijo vuelve a casa: si usted sabe que es de esas personas que le volverá a pedir prestado, tarde o temprano, tenga confianza y cuando suceda, recuérdele la deuda anterior: “claro, con todo gusto te vuelvo a prestar, cuando me pagues lo que te presté hace un mes”.

Cuando se complica la cosa

Quizá el peor de los momentos que puede vivir una persona en una situación de esta es cuando presta su nombre como fiador o codeudor, lo que hace que se ponga en juego su reputación crediticia y hasta puedan resultar embargadas sus propiedades o su sueldo por asumir la cuenta que otra persona no pudo. Al respecto, usted debe protegerse muy bien, porque poner su firma en un documento de estos, puede representar su misma sentencia.

No se pierda “El gran riesgo de ser fiador”.