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Relaciones de pareja

¿Ya pasó por un divorcio? Ahora es más inteligente, financieramente

Una ruptura amorosa tiene una serie de consecuencias para las personas que tienen impacto en todos los aspectos de la vida. Y, a diferencia de lo que muchos piensan, la parte emocional no es la única que se ve fuertemente afectada.

24 de junio de 2016

Cuando usted siente que el amor toca a su puerta, existe todo un proceso no solamente físico sino también psicológico e incluso, de cambio de vida, que le ayuda a que todo se empiece a acomodar, poco a poco, a ese exceso de oxitocina  y dopamina que se produce. Pero dependiendo de qué tan fuertes sean las bases de esa relación, así como el cariño y respeto por la otra persona; puede darse el fin de ese amor.

En Colombia, según la Superintendencia de Registro y Notariado, los divorcios tuvieron un incremento del 13% durante el primer trimestre de 2016; mientras que los matrimonios civiles registraron una caída de más del 9% para el mismo periodo; lo que puede ser un indicio de que las personas no están tomando la decisión correcta a la hora de unir su vida para siempre con alguien más.

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En tanto, una ruptura puede asimilarse como una pérdida y un rechazo, que también tiene efectos físicos y emocionales, casi como una dependencia a las drogas y es por eso que puede llegar a doler tanto. Pero una vez se supera, empieza una nueva etapa en la que la autoestima, nuevos estilos de vida y la confianza pueden ser las herramientas adecuadas para ayudarle a perseguir sus sueños e, incluso, conseguir un nuevo amor.

Al respecto, uno de los factores favorables de una separación (cuando ya hubo una convivencia) o un divorcio, es el desarrollo de habilidades financieras que le ayudarán a ser más inteligente con el manejo de su dinero. ¿Por qué? De hecho, las razones son bastante curiosas.

Muchos de los matrimonios organizan sus finanzas pensando en dos ingresos, que cuando una parte no tiene, la otra puede llegar a respaldarlo; mientras los gastos, por lo general, también se dividen en partes iguales. Esto hace que, de cierta forma, usted empiece a ser un poco más “recostado” a nivel financiero, con su pareja, cuando conviven juntos en el mismo hogar.

A diferencia de los solteros, que se preocupan por sus necesidades inmediatas e ignoran tantas otras, vivir en pareja permite fortalecer acciones conjuntas financieras, pues mientras uno se encarga de recordar el pago de los servicios públicos, al otro le corresponde estar pendiente del mercado y del pago del arriendo; con lo que las responsabilidades se empiezan a dividir.

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El divorcio, una pérdida de dinero

Pero una vez se da el rompimiento, todo se cae al suelo. De acuerdo con estudios de la Universidad de Ohio, las personas que se divorcian tienen una pérdida de su riqueza en cerca del 77%, en parte porque implica que todo lo adquirido con la pareja debe dividirse en partes iguales y, aunque haya sido usted quien más dinero haya puesto, esto no importa a la hora de disolver un matrimonio.

Incluso, contrario a la que se cree, el impacto en las mujeres divorciadas no es mucho más fuerte que el de los hombres divorciados, en términos de dinero real. Según el estudio, esto se empieza a ver meses antes de que se dé la separación definitiva: "algunas personas también pueden trabajar menos y no esforzarse mucho para crear riqueza, ya que tienen problemas matrimoniales. El divorcio es a menudo un proceso largo y complicado y se puede ver reflejado en la disminución de la riqueza durante los próximos cuatro años”.

Es así como muchas personas entran en fuertes crisis económicas, se ven enfrentados a una nueva realidad en la que tienen que ser más conscientes del dinero que entra y que deben gastar en pagar cuentas, así como las responsabilidades financieras que adquieren. Y, aunque hasta aquí todo parece desastroso, lo cierto es que después de que se cae, sólo queda volver a subir.

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Con esto, lo que sucede es que las personas divorciadas empiezan a ver su realidad financiera de una forma totalmente distinta de como la veían antes, cuando convivían con su pareja: ya no hay cuentos de hadas, es más realista y cruel, muestra que si no se trabaja fuertemente, no se pueden pagar las cuentas y que sólo dependerá de usted ahorrar o invertir.

Además, también influye para desarrollar habilidades financieras: cuando se está en pareja se dividen las responsabilidades, pero ahora a la persona divorciada le toca asumir hacer un presupuesto, saber cuándo un producto está costoso o no, o si se puede dar el lujo de comprarse esos zapatos que tanto quiere y comer arroz y atún durante el próximo mes.

Es así como se empieza a generar una mayor conciencia financiera sobre la realidad y le permite usar el dinero de forma mucho más inteligente que aquellas personas que continúan casadas.

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¿A quién le va mejor?

Incluso, una investigación reportada en The Guardian señala los efectos del divorcio en la creación de riqueza: los hombres suelen enriquecerse más, luego del divorcio, incrementando sus ganancias en una tercera parte, mientras que las mujeres tienen una peor parte porque pueden reducir hasta en una quinta parte su riqueza; en lo que influyen factores de trabajo y sostenimiento del hogar (ellas suelen quedarse en la casa matrimonial).

Pero, por otro lado, las mujeres que deciden divorciarse logran ser mucho más felices o alcanzar ese estado de tranquilidad y felicidad más fácilmente, que los hombres, según estudios del Institute for American Values.

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