Foto: Archivo Semana.

Se presta un sofá...

Las redes sociales para intercambiar hospitalidad permiten a sus usuarios ahorrar dinero en alojamiento y conocer otras partes del mundo a través de sus respectivos habitantes.

16 de septiembre de 2010

Encontrar un buen sitio para hospedarse suele ser uno de los grandes retos para cualquier persona que decide viajar al extranjero: además de los altos precios del alojamiento (especialmente en países europeos), los turistas se enfrentan al desconocimiento de las ciudades, de la cultura y de los idiomas, lo que termina llevándolos a lugares muy lejanos a sus expectativas.

Estos inconvenientes ayudaron a crear el concepto de 'intercambio de hospitalidad', comunidades en internet en las cuales sus miembros ofrecen posibilidades de hospedaje en todas partes del mundo de forma gratuita. Por ejemplo, un usuario en Colombia ofrece su casa para recibir a turistas de otras partes del mundo por algunos días y, a cambio, podría quedarse en la casa de algún miembro de la red en cualquier país del mundo.

La sencillez de la idea parece contrastar con su éxito. De hecho, Couchsurfing.com, la red social más popular de intercambio de hospitalidad, cuenta con cerca de 2,2 millones de usuarios, en más de 77.000 ciudades alrededor del planeta, en apenas un par de años de existencia.

El funcionamiento de estas comunidades es muy simple. Cuando una persona decide ingresar, solo debe llenar un perfil similar al de Facebook, en el cual entrega algunos datos personales, describe sus gustos y la ciudad donde se encuentra. Para este caso, también tiene que describir el tipo de alojamiento que ofrece, el tamaño de la casa o apartamento, y las distancias a zonas turísticas.

De acuerdo con Iván Luzardo, usuario frecuente de Couchsurfing.com, la seguridad de los participantes depende de la misma comunidad, que fiscaliza el comportamiento de cada miembro. Todos los perfiles tienen un sistema de calificación y comentarios, gracias al cual se garantiza la seguridad de la comunidad: "Tanto huéspedes como anfitriones pueden manifestar su experiencia para recomendar a un visitante o alertar sobre comportamientos extraños".

Algunos sitios permiten simplemente 'tomarse un café o una copa', con lo cual el miembro no ofrece su casa para alojar visitantes pero, a cambio, acepta conversar con quienes visiten su ciudad para asesorarlos o recomendarles opciones.

Más allá del ahorro en dinero, la principal ganancia para los usuarios de estas redes sociales está en conocer una ciudad a través de los ojos de sus habitantes y en acercarse a culturas diferentes.