Préstamos a la fija

Todo lo que usted debe saber al solicitar un crédito de consumo. Cómo evalúan los bancos el riesgo de una solicitud.

26 de octubre de 2007

La forma en que se analiza un crédito de consumo ha cambiado sustancialmente en los últimos seis años. Hoy, la mayor parte del proceso de análisis la realizan computadores con modelos estadísticos. La aprobación ya no depende tanto de la capacidad de pago, sino de la historia del manejo de préstamos anteriores y de características sociodemográficas del solicitante. Así, la amistad con el gerente de la sucursal de un banco, que hace años era la llave maravillosa para obtener un crédito de consumo, tendrá que reservarse para mejores propósitos.

Para evaluar los créditos de consumo, las entidades financieras usan tres familias de datos: la historia de cumplimiento en las obligaciones financieras, las características sociodemográficas del solicitante y las condiciones del crédito (monto, plazo y destino, entre otras). Además, verifican la capacidad de pago del solicitante, una herramienta que hace seis años era virtualmente la única que usaban para aprobar o negar un préstamo, y que hoy es apenas un pequeño dato de apoyo al estudio.

La mirada al récord
La puerta de entrada a los créditos de consumo son los reportes de las centrales de riesgo Cifin y Datacrédito, que muestran los hábitos de pago.

En confianza, los bancos admiten que difícilmente les otorgan préstamos a personas que muestren moras de más de 90 días en los últimos 24 meses y que es todavía más complicado para quienes presenten moras de 90 días en el último año. Y aunque siempre hay posibilidades de apelar la decisión aportando datos que muestren las razones de la mora y que los convenzan de que no ocurrirá de nuevo, el cambio de opinión es incierto porque los bancos tienen evidencia estadística que los induce a actuar de esa forma.

No tener historia a veces también es malo. El 20% de las personas que solicitan préstamos de consumo no tiene registros en las centrales de riesgo, un factor que juega en su contra. Los expertos recomiendan pedir un pequeño crédito que se pague oportunamente para generar una historia con buen comienzo.

Algunos bancos usan datos de empresas del sector real, como las compañías de celulares o de televisión por cable para evaluar los hábitos de pago. En el Banco de Bogotá, por ejemplo, los retrasos en las cuentas de celular son una alerta temprana de problemas futuros.

Retrato del buen pagador
Otra parte de la evaluación toma datos que parecerían más útiles en una entrevista de trabajo. El cliente informa su lugar de nacimiento, edad, estado civil, número de hijos, lugar de residencia y entre seis y diez variables más con las cuales conforma un perfil personal bastante completo.

En una especie de alquimia matemática, un modelo estadístico convierte las características personales en una cifra: la probabilidad de que una persona cumpla a tiempo sus obligaciones. Este proceso se conoce como scoring de crédito y es, junto con los reportes de las centrales de riesgo, el corazón del procedimiento de aprobación.

En la actualidad, cerca del 95% del millón y medio de créditos de consumo para personas naturales que se tramitan al año se evalúa con scoring.

Los bancos ya tienen suficiente experiencia para identificar quiénes son sus mejores clientes. Un grupo de bancos consultados por dice, por ejemplo, que los antioqueños pagan bien, lo mismo que los médicos y los empleados del sector financiero. Que el género y el ingreso no importan: ni las mujeres ni los ricos son más juiciosos en la atención de sus acreencias de consumo.

La verificación de referencias personales se usa para comprobar las características sociodemográficas del solicitante. Los expertos recomiendan no ser imprecisos y menos tratar de acomodar alguna mentirita blanca en estos datos, porque son una de las mejores razones para suspender el estudio.

Los computadores y probabilidades son ideales para este análisis porque agilizan el estudio. Hace seis años, una solicitud se aprobaba en una semana y hoy en 24 horas. Además, estandarizan el método de aprobación para que no dependa del buen o mal genio del analista o del gerente. El banco solo tiene que decidir el nivel de riesgo que quiere tolerar y descabezar las solicitudes que lo superen. Según un funcionario del Bancafé, el sistema financiero colombiano aprueba créditos cuando el score (probabilidad de incumplimiento) no sobrepasa el 20 ó 30%.

Destino del crédito
Los scorings más sofisticados consideran el destino de los préstamos. Se ha visto que la gente paga mejor los préstamos de consumo cuando se trata de cosas importantes. Así, cancelan con más oportunidad los de vehículos, educación, salud, muebles y electrodomésticos. En cambio pagan mal cuando se financian vacaciones, viajes, bienes suntuarios y motocicletas.

Pero hay una categoría peor. Los préstamos que entran en mora con mayor facilidad son los que no tienen una destinación específica ("otros destinos") o se emplean para refinanciar pasivos. En esas operaciones, los clientes pueden esperar una respuesta más bien fría de los banqueros.

La capacidad de pago
La capacidad financiera del solicitante es el último factor que los computadores evalúan. Con el monto de los ingresos, de las cuotas de créditos ya contratados y el número de personas a cargo, se estima el dinero que queda disponible y el préstamo se aprueba si lo disponible supera el monto de la cuota del crédito solicitado. Otros bancos aprueban cuando el pago de deuda no supera el 60% del ingreso, como máximo.

Pero la capacidad de pago no siempre es un factor favorable. Los modelos demuestran que cuando el disponible supera en más de 10 veces el valor de la cuota de crédito que solicita, aumenta la morosidad.