Música que transforma

La músicoterapia es una disciplina que permite utilizar la música como un recurso para superar los problemas emocionales y físicos.

18 de diciembre de 2008

En algún momento de su vida, casi todo el mundo ha escuchado música para relajarse o, en ocasiones, llenarse de energía. Pero la música es tan poderosa que, utilizada por expertos, puede jugar un papel profundo en la obtención de cambios emocionales y en resultados terapéuticos. Por eso nació la músicoterapia, una disciplina que, según el músico terapeuta Kenneth Bruscia, es el proceso sistemático de intervención a través del cual el terapeuta ayuda al usuario a promover la salud, usando experiencias musicales y las relaciones que se generan a través de ellas como fuerzas dinámicas de cambio.

"La músicoterapia ayuda a crear metáforas musicales que le sirven al paciente para entender el problema y utilizar esos elementos musicales para encontrar una resolución del conflicto", explica Juanita Eslava, músico, magíster en músicoterapia de la Universidad de Temple de Filadelfia, EE.UU. y representante de Colombia ante el Comité Latinoamericano de Músicoterapia. Eslava señala que la persona debe identificar el rol de la música en su vida, combinarlo con el aspecto personal y actuar a partir de aquello que le genere bienestar. La experta hace énfasis en que, como la música no tiene el mismo efecto en todas las personas, puesto que varía a partir de sus referentes personales y culturales, es necesario buscar la relación que se tiene con ésta.

La músicoterapia es diferente a la estimulación musical. La primera requiere de un terapeuta que guíe el proceso, mientras que en la segunda la persona puede individualmente escuchar la música que la haga sentir mejor, aclara Juanita Eslava.

Cualquier persona puede utilizar la músicoterapia para resolver problemas de tipo personal, como depresión, ansiedad, estrés laboral y emocional. En la actualidad, la músicoterapia se utiliza en personas con estrés post-traumático generado a partir del conflicto armado, problemas psiquiátricos, adicciones, niños con discapacidad mental y física y autismo, entre otros.

La sesión de músicoterapia
Eslava explica que con recursos musicales y con conocimientos en los mismos, la musicoterapia usa cuatro métodos, de los cuales tres son activos y uno es receptivo. Los primeros tres son la composición, la re-creación y la improvisación. En el primero el paciente puede componer su propia música, en el segundo reinterpretarla, es decir, cantar o tocar al son de canciones conocidas y el tercer aspecto es la improvisación, en el cual se ejecuta la música de forma espontánea y sin preparación. El cuarto método es receptivo, es decir, el paciente se encarga de escuchar y experimentar con lo que siente al oír la música.

"Por medio de estos métodos y con la ayuda del terapeuta, el paciente puede determinar qué le está ocurriendo y encontrar qué significado tiene para sí mismo. La músicoterapia trasciende la estética, es decir, no importa si es afinado o no, si la canción es buena o mala, ya que es una forma de expresión propia y personal del paciente, no es para divulgar", precisa Eslava. En la terapia, el terapeuta realiza acompañamientos rítmicos, melódicos y armónicos; además, hay una labor de escucha, para así experimentar una comunicación tanto verbal como no verbal con el paciente y encontrar los resultados físicos y emocionales que se buscan. Durante la terapia surge una serie de aspectos llamados elementos emergentes, a partir de los cuales se continúa trabajando, como son lo que siente la persona y se usan estos estímulos para que esta entienda sus problemas.

El resultado de la terapia está en el interés del paciente en encontrar un bienestar por medio del instrumento que representa la música. "Confíe en la música, pues es un medio que la ayudará a realizar estos cambios", recomienda Eslava.