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123RF | Foto: Archivo Semana

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¿Cómo no quedar en mora con su tarjeta de crédito?

Este medio de pago se puede convertir en su mejor aliado si lo maneja bien. Pero, si comienza con excesos e impagos se puede volver en su peor pesadilla.

31 de mayo de 2017

Las cifras de la Superintendencia Financiera muestran que en el país circulan un total de 14,7 millones de tarjetas de crédito con las cuales se realizaron dentro del territorio nacional compras por $3.592 billones y se registraron avances por $1.427 billones. Eso quiere decir que en promedio, las compras por cada plástico llegan a $244.353, mientras que se hacen avances por $97.000, aproximadamente. Los datos corresponden al reporte con corte al 31 de marzo de este año.

Pero no son las únicas deudas que tienen los colombianos. El último reporte de estabilidad financiera que elabora el Banco de la República señala que a febrero de 2017 el endeudamiento de los hogares ascendió a $187,5 billones, de los cuales el 67,4% corresponde a préstamos de consumo y el restante 32,6% a vivienda. El crecimiento real anual de esta deuda conjunta se ubicó en 10,2%; la cartera de consumo creció 11% y la de vivienda 8,6%.

En la investigación se destaca los hogares destinan cada vez una menor porción de sus ingresos al pago de sus obligaciones financieras. A este indicador se le llama ‘carga financiera de los hogares’, y se calculó con base en la información de la central de crédito Transunión. El reporte indica que este indicador pasó de 22,2% en 2015 a 19,4% en 2016. Eso puede  deberse a que los responsables del sostenimiento económico de la familia prefieren reducir el monto para el pago de sus deudas y destinar dinero a sus otras necesidades como arriendo, pago de servicios, alimentación, vestuario o educación.

Por eso, se ve que los niveles de morosidad de la cartera de consumo registraron una tendencia al alza entre agosto de 2016 y febrero de 2017 en la mayoría de modalidades, por ejemplo, los préstamos de libre inversión tuvieron un incremento en la morosidad de 6% durante el periodo de análisis. La misma tendencia se observa en la mora de tarjetas de crédito.

“El mercado de crédito de consumo colombiano continúa en crecimiento, dado que más consumidores obtiene mayor acceso a productos de crédito y utilizan estos productos, empujando los saldos totales a un mayor nivel”, explicó a Finanzas Personales Hernando Osorio, presidente de Transunión Colombia, al presentar los resultados de su primer informe de ‘Tendencias y perspectivas del crédito en Colombia’.

El documento concluyó que se presenta un alto crecimiento en el número de consumidores para tarjetas de crédito y créditos de vivienda. En términos de los saldos totales, las tarjetas de crédito, créditos de vehículo, de vivienda y de libre inversión presentaron aumentos por encima del 10% en el primer trimestre de 2017, en comparación al mismo lapso del año anterior.

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Esto es el reflejo de la mayor adjudicación de tarjetas de crédito y créditos de vivienda en el segmento de la población más joven del país, en especial los millennials y los de la Generación X (entendida esta última como los colombianos que nacieron entre 1965 y 1979). En este informe se observa que la participación de estas personas en el total de créditos de vivienda llega al 75% y en el producto tarjetas de crédito, ellos tienen el 65% de este mercado.

En este informe también llama la atención que hay alrededor de 7,2 millones de personas con al menos un producto de tarjeta de crédito. Por simple aritmética se obtiene que un colombiano maneja en promedio 2 tarjetas de crédito. El saldo de sus tarjetas para compras a crédito llega a $4,1 millones, con un crecimiento de 5,3% en este indicador frente a lo registrado en el primer trimestre de 2016. Ahora bien, las tasas de mora más riesgosas (90 días o más) presentaron un incremento notorio, principalmente en productos de tarjetas de crédito y autos.

¿Cuándo hay que alarmarse?

Uno creen que las tarjetas son ‘un mal necesario’. Pero para nada tener este producto financiero se tiene que convertir en un mal. Simplemente hay que manejarlo de una manera muy prudente e inteligente para que se convierta en un aliado de sus finanzas. Cuando la utilización de las tarjetas se hace midiendo los ingresos y no por ‘darse gusto’ o por comprar algún capricho, ‘porque me lo merezco y para eso es que trabajo’, es ahí que se hace un uso racional y adecuado de este producto.

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Osorio, de Transunión, dio estas recomendaciones para evitar quedar en mora con sus tarjetas de crédito: 

  • Calcule bien el monto para el pago de su tarjeta: Un buen ejercicio es planear las cuentas con base en los ingresos fijos que percibe y no en los que son variables. Ejemplo, si el titular de la tarjeta es un trabajador del área de ventas, no puede hacer cuentas que hará el pago de la cuota cuando le entre esa comisión que se merece al lograr la meta del mes. Uno, porque la empresa, por flujo de caja, le puede decir que esa merecida comisión le llegará en la nómina del mes entrante. Lo otro, porque si eso pasa, empezará el círculo vicioso de trabajar-pagar tarjeta-hacer avance-trabajar-pagar tarjeta, que abrirá un agujero en sus finanzas. 
  • Maneje con cuidado el porcentaje para el pago: Osorio dice que el pago de la cuota de la tarjeta no puede sobrepasar el 20% de los ingresos que tiene la persona. Si este dinero que destina para esa obligación llega al 40% y 45% es cuando se deben encender las alarmas, porque ese dinero de más, debería de destinarse a tener ‘un colchón’ de dinero para cubrir aquellos gastos ocasionales que llegan sin avisar. 
  • Financie a solo una cuota: si bien ese es un escenario ideal para hacer sus consumos, es algo bien complicado de conseguir. La recomendación en ese caso es calcular el monto que usted puede pagar en el mes y hacer la cuenta en su cabeza antes de diferir su compra a varias cuotas. Por ejemplo, si compra algo de $90.000 y sabe que ese mes recibirá su prima y lo puede pagar de un solo ‘tarjetazo’, hágalo. Pero eso sí, recuerde que está gastando anticipadamente ese dinero extra que recibirá. 
  • No se exceda en tantas tarjetas: el experto dice que hace unos años, un colombiano en promedio tenía entre 4 o 5 tarjetas por sus diferentes beneficios. “Hoy con tener máximo 2 tarjetas, cada una de franquicias diferentes, es algo que tiene mucho sentido, porque manejan programas de fidelización distintos y tienen condiciones diferentes. Yo diría que hoy una persona en Colombia se autorregula más y tiene más educación financiera para usar mejor sus tarjetas”, señaló.