Que su viaje soñado no se convierta en una pesadilla

Supongamos que usted es Lina, una joven profesional, casada y con dos niños pequeños. Ya tiene la maleta lista para viajar a Cancún y tomarse esos cinco días y cuatro noches del viaje que tiene programado desde mitad de mayo o junio. Sale con la familia, llega al aeropuerto, se despide de sus padres, les recomienda la casa y pasar de vez en cuando a alimentar a la mascota. Y al llegar al mostrador de la aerolínea con sus datos le dicen ‘No tenemos reserva a su nombre’.

De repente comienza un malestar en el cuerpo, una especie de ‘electricidad’ que viene con el pensamiento de ‘algo no suena bien’. Pero digamos que es una persona comprensiva, que no tiene razones para desconfiar del agente de viajes y la agencia que le vendió el paquete turístico. Se toma la situación con algo de calma aunque, claro, si la espera se prolonga puede perder el vuelo o la conexión de su viaje. Llama, no le contestan, vuelve a internar y le responden. Le dicen “tranquilo todo es un error, debe estar caído el sistema”.

Pero de todas maneras, por si las dudas usted llama a Cancún para verificar en el hotel si está reservado. Entrega la información y la sorpresa es desagradable. Y así comienza su pelea con la agencia que le insiste que se vaya y que en el camino le resuelven ¿Se iría de todas maneras? ¿Mejor se devuelve no sea que por allá termine sin hotel, sin plata y con un problema enorme?

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Pues bien. Nos enteramos que en Bucaramanga varias personas vivieron una pesadilla y renunciaron a su sueño de disfrutar del viaje que tanto habían esperado. Una de ellas, que nos pidió llamarla como Paola iba saliendo para Cancún con escala a Bogotá. Apareció sin tiquete y le resolvieron, pero al ver que algo no estaba bien, se comunicó con el hotel donde le respondieron que no tenía reserva de alojamiento. Rápidamente se dio cuenta que podría ser una víctima y desde Bogotá tuvo que acudir a la ayuda de un familiar que vive en Ibagué para recoger dinero y poder regresar a Bucaramanga. Alcanzó a pagar $5 millones. Y ese caso no es el único.

Otro grupo de personas, adultos mayores, casi viajan y estuvieron a punto de correr la misma suerte. Su paquete era reprogramado porque hacían parte de un grupo grande que pasó unos días en el destino mexicano. Lo dejaron para este noviembre de 2016 y antes de salir al aeropuerto Palonegro de Bucaramanga les avisaron que la agencia entró en quiebra y que no podrían salir. Eran seis personas que pagaron $1.450.000 cada una por un paquete de ida y regreso, con hotel por cinco días y cuatro noches.

A su turno, una quinceañera no pudo cumplir su deseo de irse con sus papás y su hermano al balneario azteca. Su padre, que nos pidió llamarlo como Juan, pagó $11 millones y empezaron las excusas, las razones y cualquier tipo de reparo para que no pudiera hacer el viaje.

Y estos son solo tres casos de personas que hablaron con Finanzas Personas sobre lo mal que la pasaron con la agencia Golden Vacations Club, que tiene su registro de Cámara de Comercio en Bucaramanga y su NIT y, aunque ayer se reunieron con unos afectados para devolver la plata, ya están de nuevo operando como si nada de eso hubiera pasado, porque de un momento a otro, alguna entidad o socio, les resolvió el problema de liquidez para volver a funcionar.

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¿De la quiebra a la operación normal en 24 horas?

Lo cierto es que nos pusimos en contacto con la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) donde hasta el momento se han presentado 4 reclamaciones contra esta firma, aunque no tiene investigaciones. Tampoco aparecen denuncias en la Fiscalía, porque las personas que han recibido su dinero prefieren ‘dejar así’ y olvidarse del tema, ya que plata en mano, lo mejor es voltear la página, pasar el mal momento y dejar atrás  El viaje, tendrá que esperar a cuadrar de nuevo tiempos y todo lo necesario para organizarlo en otra ocasión.

Tratamos de ponernos en contacto con sus representantes por todos los medios, correos, a través de la página web y de tres celulares, dos de los cuales eran personales y uno era el corporativo, además de tres líneas fijas, sin poder conseguir alguna explicación de los responsables.

Sin embargo, en época de vacaciones, es mejor que evite ser víctima de ‘agencias de garage’ o de avivatos que lo único que buscan es aprovecharse de su buena fe y ganas de viajar. No estamos señalando a alguien en particular, pero sí le decimos que tome las precauciones necesarias. Para eso, acudimos a ANATO, la agremiación de las agencias de viaje colombianas, de qué se puede hacer para escoger una agencia de viajes responsable y seria, si esa es la alternativa que usted como cliente, quiere tener para programar su siguiente viaje.

Consejos para no ser estafado

• Verificar que la agencia de viajes tenga Registro Nacional del Turismo (RNT), y que esté vigente, es el primer paso.

• Ser desconfiados con ofertas “demasiado buenas o asombrosas” y a verificar el nombre de cuenta de la Agencia en el momento de realizar transacciones bancarias. Como consumidor exija siempre la factura de venta, la cual debe llevar el logo, NIT de la empresa y datos como teléfono y dirección.

• Infórmese y no tema preguntarle al asesor de viajes cuáles son las condiciones propias del producto que está comprando, sobre todo lo relacionado con las cancelaciones. Lea, además, todo lo descrito en el documento de servicios contratados.

• Finalmente, conocer las instalaciones y ver la organización de la Agencia, es también una forma de limitar las posibilidades de fraude.

• Jamás consignar el dinero de su paquete turístico a cuentas que estén a nombre de una persona natural, siempre hacerlo en las que estén registradas a nombre de la Agencia de Viajes.

• Averiguar por la reputación de la empresa.

• Para denunciar una irregularidad el trámite es a través de la Superintendencia de Industria y Comercio.

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