Transporte

Uber o taxi ¿cuál es más rentable?

Las dos formas de transporte se pelean por unos usuarios que piden flexibilidad y mejoras en la calidad del servicio. Finanzas Personales salió a manejar Uber y habló con las partes para evidenciar sus costos y saber si son viables.

Francisco Javier Gómez Villamizar
25 de enero de 2017

El enfrentamiento entre estas dos formas de transporte, una ilegal pero avalada por su servicio, y la otra ajustada a la normatividad pero cada vez más alejada de las necesidades de la persona de a pie sigue escalando, sin que las autoridades hagan un mayor esfuerzo por detener la situación. Mientras tanto ronda la pregunta ¿estamos a punto que la pelea entre Uber y taxis cobre la vida de un conductor o un usuario?

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Ojalá eso no pase. Finanzas Personales se dio a la tarea de conducir como Uber, descargando la aplicación y haciendo dos turnos, uno el martes y otro el jueves. El resultado está en este video:

No podíamos quedarnos con la duda de cómo es el día a día de un taxista y por eso, hablamos con Ferman González, quien considera que esta actividad es una manera de terminar sus estudios universitarios en administración pública. Este es su testimonio.

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El cara y cruz

Como conducir Uber para Finanzas Personales no fue rentable, consultamos a una persona que desde el 2016 se metió como conductor, nos pidió cambiar el nombre porque considera que podría ver comprometida su seguridad. Lo llamaremos Pablo. Según él, desde marzo de 2016, cuando inició, ha visto que Uber es una manera de obtener ingresos cuando de un momento a otro se queda sin empleo. “Más que escampadero, es una manera de generar dinero, en especial cuando hay una familia que mantener. Considero una manera rápida de llevar un sustento porque encontrar trabajo, de un día para otro, no es fácil”.

Empezó sin moverse muy bien por la ciudad y dice que por cada $100.000 de ganancias, unos $20.000 son para la gasolina, y otro porcentaje es para la aplicación. Conduce un Chevrolet Spark y por la economía del vehículo dice que en la semana obtiene libres unos $600.000, los cuales pueden llegar a $1.000.000 semanales si se dedica por entero los fines de semana. “Pero trato de no salir tanto porque los domingos hay que descansar. Además, los incidentes se presentan más los viernes y sábados por la noche, pero si hay necesidad de trabajar, toca”, explica.

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Entre sus gastos también está la lavada del vehículo, el cambio mensual de aceite, que cuesta $80.000 y un buen plan de celular que sale a $80.000 mensuales. “No recomendaría a alguien que tiene otras deudas, sacar un carro a crédito y ponerse a manejar Uber. Pero sé que otras personas han pedido un préstamo para vehículo y se han puesto a trabajar en esto”,  manifestó Pablo.

Por su parte, González dice que la estructura de costos de un taxi los obliga a generar más de $16.000 por hora en sus 8 horas al volante. El cupo, la gasolina, las aplicaciones, la comida, los aceites, la lavada, impuestos, el salario, las prestaciones, todos los gastos llevan a que la situación del taxista se traslade al usuario final, quien es el que tiene que pagar con el famoso “para dónde va”.

“Las condiciones de trabajo que tenemos los conductores de taxi no son muy buenas. Hoy en día hay muchos factores que afectan los costos y gastos además del ingreso en esta actividad. El hecho de que los conductores de taxi ganemos a destajo limita la capacidad de ahorro que tenemos”, indica González.

En su experiencia, la cual está estudiando como parte de una investigación que desarrolla para su carrera, hay que agregarle el problema de que trabajan como independientes. Además, para acceder a la operación del servicio lo hacen bajo un “arrendamiento del vehículo”, con lo cual no tienen un respaldo contractual que garantice un periodo de permanencia mínimo en el trabajo, la seguridad social es pagada por los propios conductores,  pues no hay solidaridad por parte de las empresas y propietarios de los vehículos.

Pensar en vacaciones es un despropósito, porque normalmente hay que pagar los producidos de los días que se descansa, la jornada laboral no es digna, no hay prima de servicios, tampoco cesantías y mucho menos bonos o auxilios de transporte o de vestuario.

“La mayoría de personas piensan y opinan que el problema del servicio de taxi somos los conductores, pero la realidad es otra. Esta percepción se da porque somos nosotros los que visibilizamos las problemáticas aun cuando estas se originan con otros actores o en otras circunstancias que nos son ajenas”, dice.

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