Salud Laboral

¿Sentado? ¿Parado? El dilema de las nuevas oficinas

Varios estudios sugieren que estar permanentemente sentado cuando trabajamos es malo para la salud. El periodista de la BBC Chris Bowlby buscó la respuesta en su propia experiencia y entre especialistas y fabricantes de escritorios.

28 de abril de 2014

Varias investigaciones médicas que han estado circulando desde hace un tiempo indican que estar constantemente sentados podría causar problemas cardiovasculares y hacernos vulnerables a la diabetes.

Se trata de algo que no podemos solucionar con sólo ir al gimnasio.

Esto tiene implicaciones tanto para los hogares, donde a muchas familias se les culpa de pasar muchas horas frente al televisor, como para los puestos de trabajo sedentarios, especialmente en las oficinas modernas.

Pero cuando hablamos de una oficina promedio, reducir aquellos lugares en los que es necesario sentarse es un gran desafío. Significa repensar la arquitectura, gastar más dinero, cambiar la rutina de la oficina. Los escritorios que se ajustan para que su usuario esté de pie pueden costar muchos cientos de dólares.

La actual estructura de rígidas filas de escritorios, muy apreciada por negocios que quieren reducir gastos de alquiler de espacios, no le conviene a los empleados que quieren tener una opción física sobre cómo trabajan.

Entre beneficios y costos
Los que apuestan por oficinas en las que se reduzca la necesidad de estar sentados aseguran que no sólo habría un beneficio para la salud de los trabajadores, sino también una mejora en la energía y creatividad de los empleados.

Algunas compañías grandes ya empezaron a ver el cambio con seriedad.

La planta británica de la empresa estadounidense General Electric (GE), ubicada en Leicestershire, está considerando darle al personal la opción de decidir cómo quiere trabajar.

"Se está documentando cada vez más que largos periodos de sedentarismo tienen un efecto adverso en la salud, por eso estamos explorando la posibilidad de traer escritorios para trabajar de pie", señaló el ingeniero de GE, Jonathan McGregor.

Los precios varían de acuerdo con el diseño, pero en general los escritorios alternativos cuestan más que los convencionales.

La empresa británica Elite Office Furniture fabrica escritorios para trabajar de las dos maneras y cobra unos US$800 por escritorio para órdenes de 50 y más.

Uno de sus clientes principales es Google, que ha incorporado un número grande de estos escritorios en su oficina de Londres, aunque no divulga cuántos ha comprado.

Otra empresa, Back Care Solutions, cobra poco menos de US$670. Un escritorio convencional cuesta unos US$280.

Para cualquiera que quiera cambiar, por ejemplo, 1.000 escritorios, es fácil ver que el costo podría ser un obstáculo.

Historia
Pero hay otro problema. La gente tiene que tomar la decisión de trabajar parada. Forzar a que todos se paren podría dañar la moral colectiva.

El experto en ergonometría Alan Hedge es escéptico sobre cuánto realmente los trabajadores pueden cambiar. Algunos simplemente no querrán estar de pie, asegura. Y aquellos con escritorios ajustables no se integrarán apropiadamente con los que están sentados.

Pero Hedge piensa que los empleados deberían ser estimulados a moverse alrededor de sus sitios de trabajo mucho más.

"Necesitamos pensar que estar sentados es como conducir", indicó. "Hay que tomar un receso regularmente". Pequeños ajustes –eliminar el carrito que reparte el café por los pisos, por ejemplo- pueden motivar a la gente a que se pare y camine.

El concepto de sentarse en los lugares de trabajo es una innovación reciente, explica Jeremy Myerson, profesor de diseño del Royal College of Art en el Reino Unido. "Si vemos la última parte del siglo XIX", dice, los empleados victorianos podían pararse en sus escritorios y "moverse más alrededor".

Lo que cambió todo en el siglo XX fue el llamado "Taylorismo", el sistema de organización del trabajo diseñado por el estadounidense Frederick Winslow Taylor en el siglo XIX. Estos principios de división del proceso de producción y estudios de tiempo y movimiento para aumentar la productividad se aplicaron a la oficina. "Es mucho más fácil supervisar y controlar a la gente cuando está sentada", dice Myerson.

En Estados Unidos y Reino Unido "hay una tendencia de tratar el diseño del lugar del trabajo como un costo y no como una inversión", sugiere el experto. "Dinamarca acaba de hacer obligatorio para los empleadores ofrecerle al personal escritorios para estar de pie o para estar sentado".

Y mientras que ofrecer la opción de trabajar de pie parece una buena idea, obligar a todo el mundo a renunciar a su silla giratoria podría tener consecuencias. "Muchas personas sienten que tener su propio escritorio y silla es un símbolo de seguridad laboral y estatus", afirma Myerson.

Evidencia
Lo que podría finalmente cambiar el panorama es que la evidencia se vuelva abrumadora: que los costos por problemas de salud aumenten y que impedir a los empleados sentarse demasiado tiempo se convierta en una obligación legal de los empleadores.

Fred Turok fundó la cadena de gimnasios LA Fitness en Inglaterra y es presidente de la red de actividad física del Ministerio de Salud del Reino Unido.

"La mejor forma de obtener los mayores retornos es hacer que aquellas personas que no se ejercitan hagan algún tipo de ejercicio. Incluso 10 minutos diarios de ejercicio que eleve el ritmo cardiaco garantiza mayores retornos financieros a la economía y beneficios a la salud física y emocional del individuo", dijo Turok a la BBC.

Pero ese mensaje, añade, "no ha sido internalizado por las personas encargadas de diseñar nuestros espacios".

¿Qué pasó cuando empecé a reducir el tiempo que pasaba sentado? Me encontré de pie, pero a un lado lejano de mi oficina, en un escritorio más alto que no estaba diseñado para el trabajo regular que hago. Sólo pude encontrar un escritorio que se ajustaba a mi altura, pero es usualmente utilizado para trabajos técnicos especializados. La conexión de la computadora era mala y no había teléfono. Cambiarlo, me dijeron, sería costoso.

Los gurús del diseño hablan mucho sobre cómo la tecnología móvil libera a los trabajadores. Pero para muchos, la necesidad de una computadora y un teléfono de línea fija es un hábito perjudicial.

"Si lo que estamos creando son ambientes en los que la gente no va a ser extremadamente saludable y sufrirá de enfermedades cardiovasculares y diabetes, es altamente improbable que la organización se beneficie de alguna manera", explica el profesor Alexi Marmot, especialista en diseño de espacios laborales.

¿Cómo me sentí tras días de estar más tiempo parado? Después de unos dolores y molestias iniciales por estar de pie por periodos largos, empecé a acostumbrarme. Cuando volví a trabajar sentado, me sentí más contraído, apretado.

Cuando estuve parado, permanecí alejado de mis colegas. La mayoría se preguntaba qué rayos estaba haciendo.