| Foto: BBC Mundo

Tecnología

¿Nos cobran diferente en internet?

¿Es posible que nos estén cobrando de forma distinta según qué computador usamos o dónde vivimos? Sepa por qué organismos internacionales estudian si iniciar una investigación sobre el caso.

Alianza BBC
23 de noviembre de 2012

Imagine ir a 'Doña Lolita', su restaurante favorito, y que la dueña, sin ni siquiera preguntar, le diga a la cocinera que prepare su plato favorito.

La dueña se acerca a usted sonriente y le ofrece un aperitivo gratis, porque es usted un cliente habitual.

Pero un día descubre que el local está cerrado por reformas, así que camina un poco más y entra en el restaurante 'Don Pepe'.

Cuál sería su sorpresa al ver que el dueño sabe exactamente cuál es su plato favorito, cuando en realidad usted nunca había estado allí.

Luego descubre que la razón es que ambos dueños han estado compartiendo información sobre sus gustos.

¿Cómo se sentiría? Quizás... un poco preocupado.

Pero lo peor está por venir. También descubre que, sabiendo lo que usted va a pedir, el dueño de 'Don Pepe' le ha cobrado 10 céntimos más que a otro cliente, y ni siquiera le ha dado un aperitivo gratis.

Compras en internet

Por supuesto, en la vida real esto no suele ocurrir, pero intente traducir esto al mundo de las compras en internet.

La Oficina de Comercio Justo en Reino Unido (OFT, por sus siglas en inglés) pidió recientemente saber más sobre los precios personalizados. Esto es, cuando un vendedor ofrece distintos precios dependiendo de la información que ha recopilado sobre un cliente.

Esto se hace de dos formas: la primera es reuniendo datos de compras previas que el cliente ha hecho en la página de internet. La segunda vía es comprar información sobre las compras previas del usuario a una tercera parte.

Aunque muchos usuarios no lo saben, empresas y páginas de venta coleccionan estos datos de compra y nuestras preferencias de búsqueda a diario.

Y aunque la OFT dice no tener pruebas, sí manifestó preocupación ante la posibilidad de que esta información permita a los vendedores cobrar un precio más alto a ciertos consumidores, tal y como hizo el dueño de 'Don Pepe'.

"Es imporante que entendamos qué control tienen los consumidores sobre su perfil y si las firmas están usando estos perfiles para cobrar precios distintos por bienes y servicios", explicó Clive Maxwell, jefe ejecutivo de la OFT.

Las principales señales de alerta vinieron de servicios de venta de billetes de avión o reservas de hotel.

Se han reportado casos donde clientes en potencia revisan la página una vez, luego se toma unos minutos para comparar el costo en otra parte, y luego vuelven para descubrir que el precio ha subido.
Sin embargo, no existen pruebas firmes que demuestren que esto suceda.

Otros se han quejado de que se cobra distinto a personas según la marca de computadora que usan, o dependiendo de en qué área viven, lo que da indicios sobre su capacidad adquisitiva.

¿Ayuda o intrusión?

Por supuesto, tal escenario podría ser también favorable para el consumidor.

Un cliente habitual, o uno que el vendedor quiere conservar, podría obtener descuentos, que equivaldrían al aperitivo gratis de 'Doña Lolita'.

Al saber cuántas veces les has visitado, una página de internet puede adaptar la información que te ofrece.

"Es una transferencia al mundo de internet de algo que ha pasado por largo tiempo en la vida real", afirma Vanessa Barnett, socia y experta en mercadeo en línea de la firma Charles Russell.

La principal diferencia, dice, es que obtener un descuento en persona es más obvio que cuando lo haces en internet.

Además, los usuarios siempre tienen el poder de dejar de visitar un negocio, tanto en internet como en la realidad.

El experto tecnológico Tom Cheesewright está de acuerdo. Los consumidores no quieren que se les trate injustamente por lo que saben de ellos los vendedores, pero les gustan los descuentos y el trato prioritario que resulta de esa información.

¿Cómo hacen para seguirle el rastro?

Los vendedores pueden rastrear sus compras en una página de internet y las páginas registran información en unos archivos de texto conocidos como 'cookies'.

Las cookies se usan mucho para registrar lo que los usuarios miran en una página y sirven a los publicistas para rastrear a usuarios en la red.

También se usan para reconocer a los clientes, hacer sugerencias o almacenar los datos para procesar la información más rápidamente.

Algunos han mostrado preocupación por estas cookies de rastreo usadas por publicistas, que registran datos sobre las páginas que se consultan, para así confeccionar publicidad a medida.

Privacidad

Esta preocupación sobre las cookies ya ha llevado a la intervención de la Unión Europea, a través de una ley que se lleva aplicando desde el pasado 26 de mayo.

Esta normativa exige a las páginas de internet el explicar a los usuarios qué son las cookies y obtener su permiso previo para usarlos.

Es por ello que a los usuarios europeos a menudo les aparece una ventana que les da la opción de aceptar o no este tipo de archivos.

En países como Reino Unido, no cumplir esta normativa puede llevar a multas de US$797.000.

En Estados Unidos, reguladores están exigiendo a las compañías que cuenten con un sistema de "no rastreo", que de a los usuarios más control sobre sus datos personales en la red.

Pero por el momento, parece haber pocos obstáculos para estas empresas a la hora de elaborar precios según las características del usuario.

Es por ello que la OFT, que trabajará con homólogos a nivel internacional, con los que elaborará un informe a publicar en abril de 2013, y que decidirá si se investigará o no el caso de los precios personalizados.

Hasta entonces, los consumidores tendrán que confiar en que los vendedores estén actuando como la dueña de 'Doña Lolita'.