Consumo

Lo que no debería comprar barato, porque le sale más caro

Cualquiera puede tener la intención de ahorrarse algunos pesos o tener descuentos en las compras que haga. No obstante, existen objetos que pueden salirle mucho más costosos, por querer comprarlos baratos.

14 de agosto de 2015

En la cultura colombiana por lo general, se tiene presente siempre la idea de que siempre hay que buscar las alternativas más económicas al momento de comprar y, claro, eso no es que sea malo; pero la regla puede no aplicar para todos los productos o servicios.

Cuando algo tiene un precio por debajo de “lo normal” o de lo que por lo general lo puede encontrar en los estantes, es porque hay ciertas características o factores que favorecen eso. Por ejemplo, cuando usted se da cuenta que el kilo de naranjas está más económico, puede ser porque probablemente sea época de cosecha; entonces los agricultores pueden bajar los precios.

Otro ejemplo de esta situación es respecto a las marcas. Muchas veces grandes empresas solicitan productos a pequeños empresarios o talleres y usted puede ver que, siendo el mismo producto, hay una amplia diferencia en el precio, sólo por cuestión de marca.

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Pero también hay otro factor que hace que el precio sea menor: la calidad. Y de éste, es el que más tiene que cuidarse. Una de las grandes desventajas de comprar algo “barato” es no considerar el futuro próximo ni la duración o uso que se le vaya a dar a ese objeto y puede que todo le resulte más caro de lo que pensaba, al fin de cuentas.

Muchos productos son más económicos porque se usan materiales distintos a los tradicionales que pueden no tener una mayor duración o resistencia. O en el caso de los servicios, puede que se trate de personas o empresas no tan especializadas. Es por eso que debería considerar dos veces (o más) si vale la pena comprarlo tan económico como aparenta ya que puede traerle sorpresas a futuro con estragos o inconvenientes.

Entonces, antes de hacer las siguientes compras, asegúrese de su calidad y de las posibles razones que puede haber para que sea más económico de lo normal.

• Ropa

Cuando se trata de telas que no son muy resistentes o durables así como de costuras que no están bien hechas, las consecuencias de comprar ropa barata le pasarán factura cada mes o cada tres meses, como explica una publicación de Making Sense of Cents.

Por lo general, cuando se hace compra de vestuario se tiene que pensar en que dichas prendas duren entre 6 y 12 meses. Pero si usted no es cuidadoso al revisar los materiales con los que están hechas las prendas, puede que éstas tengan una duración máxima entre uno y tres meses solamente.

Entonces, si usted compra una blusa por $20.000 en vez de una de $50.000 y que sea de mala calidad; está perdiendo dinero: al poco tiempo tendrá que comprar otra (lo que significarían otros $20.000) y así sucesivamente; mientras que si hubiera hecho la inversión inicial de $50.000 probablemente se ahorraría más dinero.

• Calzado

Es muy similar al caso anterior, solo que los precios de los productos de calidad pueden variar bastante. Usted actualmente puede encontrar zapatos que le cuesten solo $50.000 en vez de unos de $200.000 pero, nuevamente, haga cuentas. Si se trata de calidad, ese calzado económico puede que tenga una duración máxima de 3 meses; mientras que los otros, pueden llegar a durarle años. En ese caso, puede valer más la pena hacer el esfuerzo para comprar los de mayor precio.

• Repuestos

Imagínese que adquirió uno para alguna parte de su vehículo pero no lo hizo en un sitio confiable ni se aseguró de la originalidad de ese repuesto. Luego, cuando esté en carretera, el carro de un momento a otro deja de funcionar. Entonces, deberá sumar los costos de la grúa, del transporte, del taller y del nuevo repuesto. Todo eso puede hacer que lo que originalmente le salió solo por $100.000 ahora resulte en un gasto total que se puede acercar al millón de pesos; cuando un repuesto original pudo haberle costado $400.000.

Esto no solo aplica para los vehículos, sino también para todo aquello que necesite en productos tecnológicos o de reparación como, por ejemplo, cuando renueva su casa.

• Muebles

Aunque puede resultar un poco más complicado verificar la calidad cuando usted no tiene muchos conocimientos de carpintería, lo mejor es ir a lugares que le hayan recomendado. Esto, porque cuando usted hace compras de este tipo suelen ser pensadas a muy largo plazo, de al menos unos 5 años. Entonces, aunque al inicio puede que le pese sacar el dinero para hacer la compra de uno de buena calidad, se dará cuenta que a futuro le ahorrará el dolor de cabeza el hecho de que no tenga que estar cambiando cada año.

• Productos tecnológicos

Al igual que los electrodomésticos, se trata de objetos que se piensan con una utilidad específica y que tampoco se suelen encontrar tan económicos como se quisiera. En estos hay que tener un cuidado particular, porque no solo se pone en duda la durabilidad del producto, sino también la seguridad que puede llegar a dar su uso.

De acuerdo con la web Money Talks News, con este tipo de productos lo mejor es contar con garantías que respalden su calidad y así, en caso de que se produzca un inconveniente, sabe que hay posibilidad de que le respondan.

• Algunos servicios


Como el mantenimiento a los electrodomésticos o servicios, así como las contrataciones que haga con empresas como, por ejemplo, de aseo, de contabilidad o de servicio de cable. Primero, debe considerar que sean negocios legales porque, de lo contrario, el precio con la ley le saldría casi que “por un ojo de la cara”. Segundo, porque también le puede representar un gran riesgo en cuanto a condiciones de seguridad, tal como lo afirma la página Blinq.


¿Qué tener en cuenta?

Claro, no todo lo que sea costoso, necesariamente, significa que tenga una buena calidad. Es por eso que usted tiene que cerciorarse muy bien de los materiales con los que son hechos los productos así como la experiencia de las personas que pueda contratar.

Entonces, cuando no esté seguro de algo que va a comprar, procure contar con la asesoría o el acompañamiento de alguien más que le pueda dar una segunda opción. Incluso, también déjese guiar de su “sexto sentido” cuando haga la respectiva compra, que lo puede ayudar a evitarse esos dolores de cabeza y de bolsillo.

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