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Dinero

Cómo gastar menos sin siquiera intentarlo

Cuando usted busca ahorrar, una de las estrategias que pone en práctica es gastar menos. Pero esto puede resultar un poco complicado, por más que quiera intentarlo. ¿Cómo hacer?

27 de enero de 2016

Hay dos formas en las que usted puede hacer que sus finanzas y, especialmente, su ahorro funcionen de verdad: gastar menos o ganar más. Esto lo podrá ver en cualquier recomendación o consejo de dinero pero, aunque puede resultar muy fácil escribirlo o decirlo, realmente resulta todo un reto ponerlo en práctica.

Por un lado, una opción que puede ser muy tentativa es la de ganar más. Pero para ello usted necesita disponer tiempo, tener ciertas habilidades, contar con unos recursos básicos para poder invertir y, por supuesto, tener la iniciativa y las ideas adecuadas para que así se den las cosas. El tema es que cuando no cuenta con alguna de estas características, no resulta motivante querer ganar más.

Entonces, la segunda opción se basa en gastar menos, lo cual puede resultar también muy llamativo, pero la verdad es que en la práctica, con las tentaciones, la publicidad y tantas cosas que están alrededor suyo o necesidades que simplemente surgen, puede que no sea fácil.

FP le recomienda “Los 20 mejores consejos para gastar menos y ahorrar más”.

Usted puede limitarse a un presupuesto específico, recortar aquellos que no considere indispensables y buscar sitios donde pueda obtener ofertas y recompensas por sus compras. Pero «gastar menos» va mucho más allá de eso.

Hacerlo sin pensar

Hay formas en las que usted se puede obligar para que definitivamente se apriete el cinturón. Una publicación de Read Digest plantea unas fórmulas que pueden ayudar a lograrlo:

- Cantidad de dinero en su billetera: póngase un límite de acuerdo con su presupuesto y salga a su día normal con esa única cantidad de dinero. Por ejemplo, salga con solo un billete $20.000 y haga que le rinda para todo lo que necesite. Bueno, esto también dependerá de su estilo de vida, pero entre menos dinero saque, mejor.

Una vez lo empiece a hacer, sabrá que darse el lujo de un café de $4.000 o el postre de $5.000 puede significar su transporte de ida y vuelta.

Lea también “¿Qué es mejor, gastar menos o ahorrar más?”.

- Olvídese de las monedas: son una de las principales fugas y, por su baja denominación, son las que más se suelen usar en los gastos hormiga. Por eso, esta otra estrategia se basa en que, de ahora en adelante, sólo use billetes para hacer sus pagos. Claro, esto hará que "aumente el valor" de todo lo que adquirirá y es ahí donde esta el truco. Si le llegan a sobrar monedas, van directo a su “marranito”. Tendrá prohibido usarlas para cualquier otra situación.

- Retiros: establezca un límite al mes de que sean máximo uno o dos, en los que establezca su presupuesto y sobreviva bajo los lineamientos de éste. Y aunque esto no resulte sencillo, con el tiempo, usted empezará a obligarse y tener disciplina en el tema, reconociendo cuáles son sus necesidades, cuáles son sus deseos y, además, podrá ahorrarse el cobro que pueden llegar a hacerle las entidades financieras por las transacciones.

No se pierda “Cambios que realmente tiene que hacer en su vida si quiere (y realmente necesita) ahorrar”.

- Actúe como viajero: si usted siempre tuviera esta mentalidad, muy seguramente no tendría tantos gastos en su día a día. Bueno, estamos hablando de un viajero estilo mochilero, que aprovecha al máximo la totalidad de sus recursos para poder seguir disfrutando de su experiencia y, en dado caso que se llegue a quedar sin dinero, se las ingenia para poder obtenerlo.

Sobre los tiempos…

Por un lado, este tipo de estrategias son útiles siempre y cuando usted tenga un propósito de ahorro: ya sea salir de deudas, obtener el dinero suficiente para el viaje internacional que quiere hacer o crear un fondo de emergencias. Pero la importancia de esto es que tenga claro hacia a dónde va porque, de no hacerlo, la motivación puede escaparse de la nada.

Es por eso que este tipo de técnicas es bueno aplicarlas durante algunos meses, pero también puede ser necesario darse un respiro con la disciplina o premiarse con “uno que otro gustico”. Al igual que en el colegio o cuando crecía, es mucho más fácil sobre llevar adquirir un hábito o disciplina, cuando se siente motivado y recompensado.