A veces un poco de innovación ayuda a que los negocios no acaben. | Foto: Archivo Semana

Empresas

Algunas causas por las que se acaban los negocios

El declive de las compraventas es un ejemplo clave para ilustrar cómo el avance tecnológico y la falta de creatividad acaban con establecimientos comerciales.

2 de marzo de 2012

Pese a que estos sitios no son los más recomendados para buscar los recursos para salir de deudas, la crisis en la que se encuentran actualmente, permiten tomar medidas para evitar que otras empresas caigan en lo mismo.

A comienzos de los años 80 las casas de retroventas, prenderías o compraventas aparecieron como “salvación” para sacar de apuros económicos a quienes las deudas les llegaban hasta el cuello.

Todo tipo de electrodomésticos, objetos personales como joyas y hasta elementos de estudio (máquinas de escribir, computadores, calculadoras científicas) eran dejados en estos sitios a cambio de un poco de dinero.

Cerrar o perder

Esos negocios, actualmente presentan una baja importante en las ganancias que ha obligado a muchas a cerrar por las escasas utilidades que está dejando.

Según Orlando Sánchez, presidente de la Asociaciones de Compraventas,  Ascoven, las ganancias en 2011 disminuyeron  20% en comparación con 2010 y la baja viene presentándose desde 2007, que para esta fecha se calcula que ha decrecido 50%.

Solamente en Bogotá el año anterior cerraron aproximadamente  250 compraventas y las pérdidas del sector a nivel nacional se aproximaron a los $65.000 millones.

Tecnología que no se detiene


Este aspecto fue causal para que el negocio de las compraventas comenzará a arrojar pérdidas. Las cámaras digitales, los computadores, los ipads, las tabletas y los sofisticados celulares no son dejados en estos sitios como ocurría anteriormente en que se dejaba desde la olla a presión hasta la nevera. El valor comercial de esos  electrodomésticos ha descendido por el avance tecnológico.

Creatividad ante todo


Las compraventas no buscaron otras maneras de servicios, además del conocido “empeño”, ni de atraer clientes,  sino que a juicio del gobierno para evitar desaparecer, empezaron a cobrar una utilidad en los intereses del 10% mensual, lo que se constituye como usura.

Ser corresponsales no bancarios, hacer convenios con entidades de giros o ser punto de pago de servicios públicos hubiese sido una buena salida para mitigar las pérdidas.