Pablo Álamo, columnista. | Foto: Dinero.com

Columnista

¿Vas a emprender? Aquí tienes algunas preguntas claves

Es importante planificar, sin duda, pero aún lo es más “lanzarse”. Lo que más define a un emprendedor es precisamente la capacidad de tomar la iniciativa. Otros, también con ideas millonarias, prefieren no emprender.

10 de febrero de 2014

Hace poco participé como miembro de un equipo de evaluadores de planes de negocios. Como siempre, conocer y criticar proyectos de emprendimiento, con la intención de ayudar a jóvenes emprendedores a que creen empresas eficientes, es una experiencia muy enriquecedora.

El objetivo final es siempre doble: que cada proyecto de emprendimiento aporte valor basado en un modelo empresarial sólido y que el emprendedor supere sus miedos y pase a la acción: “No quieras ser emprendedor, simplemente ¡emprende!”. Es importante planificar, sin duda, pero aún lo es más “lanzarse”. Lo que más define a un emprendedor es precisamente la capacidad de tomar la iniciativa. Otros, también con ideas millonarias, prefieren no emprender.

Escuchando las distintas presentaciones de los planes de negocio, observé el perfil de los emprendedores. No era fácil ver en ellos un claro denominador común, más allá de la capacidad de asumir riesgos socioeconómicos y la clara convicción de no querer ser toda la vida empleados que venden su tiempo a cambio de dinero. Un peligro: pensar que el ser emprendedor es sinónimo de no tener jefes. Cada accionista, cada cliente, cada prospecto, etc., es tu jefe.

Para mí, lo que admiro a los emprendedores, a esos héroes que son capaces de liderar proyectos, que piensan todos los días en cumplir un sueño, que están enfocados en el cliente, que piensan a mediano y largo plazo. Ante quienes desafían convencionalismos existentes y afrontan sus consecuencias con entusiasmo, sólo cabe reconocimiento y apoyo.

Cuando me preguntan si el liderazgo es clave para emprender, suelo responder: “Depende, no tanto: más importante son los valores”. Movilizar a otras personas, implicarlas en tu sueño, en esa oportunidad de negocio que has visto, tiene su mérito, sin duda. Pero lo que va a llevar a buen puerto este arranque, este empuje inicial, son los valores: el esfuerzo, la generosidad, la honestidad, la humildad, etc.

A todos los que están pensando en emprender, les comparto unas preguntas que considero muy útiles a la hora de perfeccionar el plan de negocio:

• ¿Te late el corazón fuertemente cuando piensas en tu negocio?
• ¿Has estudiado seriamente el mercado? ¿Lo conoces? ¿Tienes experiencia en él?
• ¿Qué valor adicional vas a introducir en el mercado?
• Las barreras de entrada, ¿tienen nombres y apellidos?
• ¿Cómo piensas posicionarte? ¿Cómo vas a llegar a los clientes?
• ¿Das respuesta a una tendencia? ¿Puedes generar una nueva tendencia?
• ¿Tienes claro el interés que vas a tocar y la necesidad que vas a llenar?
• ¿Dónde está el negocio?
• ¿Cuáles van a ser tus costes, cuánto vas a cobrar y a cambio de qué?
• ¿Qué vas a hacer si no tienes éxitos? ¿Y si lo tienes?
• ¿Qué tienes que cambiar dentro de ti para tener éxito?
• Eso que te falta, ¿lo tienen tus socios o tu equipo de trabajo?

A mis estudiantes, y también a los futuros emprendedores, me gusta decirles: “Nuestra vida adquiere plenitud cuando somos éticos. Ser éticos no es otra cosa que ser responsables con nuestra misión, que implica un conjunto de deberes y obligaciones. Aun sabiendo que el destino no depende totalmente de nosotros, debemos considerarnos responsables de nuestro futuro y actuar como si todo dependiera de nosotros. Con pasión, talento y esfuerzo, la creatividad humana solo puede tener éxito”.

Pablo Álamo Hernández
Prime Business School
Twitter: @pabloalamo