¿Fidelizar talento o compartirlo? el  gran dilema

La Generación Z está en camino. Nacieron entre 1995 y 2009, en un mundo azotado por el terrorismo, el cambio climático y las recesiones económicas.

Muchos de ellos provienen de familias con esquemas no tradicionales y vienen predispuestos a desafiar el status quo. Asisten hoy al colegio y a la universidad y en una década serán los consumidores y empleados del mercado. Son globales, visuales, sociales y tecnológicos. Necesitan cambio, estimulación y variedad para no aburrirse. No aspiran a un puesto de trabajo convencional, sino a movilizarse por proyectos.  

Así que si bien fidelizar o retener talentos nos puede ayudar con las generaciones anteriores, no nos prepara para el porvenir. Los Millennials fueron quienes dieron las primeras puntadas de este cambio que finalmente impondrá la Generación Z y es cuestión de tiempo que disrumpan el sistema de una manera más poderosa, ya que su conflicto es evidente por varias razones. No se adaptan a los esquemas de trabajo tradicional, a la jerarquía, ni a la falta de autonomía. Son desafiantes y hasta irreverentes. Más temprano que tarde se aburrirán de tropezarse y al igual que sus sucesores desearán trabajar por proyectos.  

Esto que planteo no es una realidad absurda que pueda llegar a ocurrir; esto ya está pasando! Incluso los Baby boomers y la Generación X ya nos hemos comenzado a sumar al movimiento.  Cada día somos más las personas que respondemos "yo trabajo desde mi computador, por Skype o me desplazo a las empresas por el tiempo que requieran". Nuestra base es una oficina compartida, un café, un avión o un rincón del hogar. 

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Cada vez son más las conversaciones informales, los medios de comunicación y los productos que le dan acogida a este estilo de vida.  Criterios de búsqueda como "Shared office" arrojan en Google 899 millones de resultados en tan solo 0.37 segundos.

Los trabajadores móviles nos mantenemos a la vanguardia de nuestras carreras para tener algo que aportar. Nuestras habilidades y destrezas están más afinadas que las de un empleado tradicional y las empresas acuden a nosotros en búsqueda de trayectoria y conocimiento comprobable.

Tenemos tantos jefes como proyectos tengamos y hasta trabajamos para empresas competidoras, lo cual era impensable hace unos años.  Con la democratización de la información, poco sentido tiene seguir tratándola como secreta. 

En un futuro cercano las organizaciones no podrán seguir adueñándose del talento. Tenemos que empezar a pensar en compartirlo. Los términos Fidelización y Retención del Talentos pronto dejarán de estar de moda.

Reflexión final ¿Ya te estás preparando?

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