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Opinión

La clave para convertirse en un empresario exitoso ‘de mundo’

¿Qué se necesita para tener éxitos en los negocios en América? ¿Y en Europa? ¿Y en África?

Pablo Álamo
16 de marzo de 2016

Las cifras y los datos estadísticos sirven muy poco si los líderes empresariales no llegan a entender los factores locales y regionales que hacen posible los negocios y responden a ellos con inteligencia cultural.

No son pocos los extranjeros que han llegado a Colombia, no se han adaptado y han decidido marcharse. A finales del año pasado, desayunando en el Club El Nogal, un empresario afincado en Miami dijo lo siguiente: “Cuando me preguntan cuándo voy a regresar a Colombia siempre contesto que ojalá nunca”.

Se quejaba este personaje europeo de su experiencia en Bogotá: “Nunca me acostumbré a dos cosas: a tener que estar en una continua sobre estimulación para que no me pase nada y a los trancones. No hay calidad de vida para los impuestos que se pagan”.

No es una excepción. Muchas otras personas han pasado por lo mismo. En el fondo es un problema de adaptación, de dejar de fijarse en lo negativo de la realidad para centrarse en lo positivo, en las oportunidades.

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Allan Reesor, fundador de Metrix Research Group, sostiene que “en el actual contexto mundial, cada vez son más necesarios líderes globales con un importante bagaje multicultural, con la habilidad de saber leer las señales culturales, a veces evidentes y a veces imperceptibles”. Esta fortaleza no se consigue sólo contratando a personas con diversidad étnica o con experiencia internacional. Algunas empresas creen que tener empleados y directivos de diversas regiones y culturas es sinónimo de multiculturalidad. No siempre. 

Lo realmente importante no es tanto fomentar la diversidad o los perfiles multiculturales – a veces por cuestión de moda o por responder a presiones ideológicas- sino más bien lo decisivo está en desarrollar la habilidad de apreciación cultural y premiar la capacidad de adaptación. Conozco directivos que han vivido en muchos países y parecen que nunca salieron de su pueblo. Su aporte, desde el punto de vista del liderazgo, ha sido muy pobre, debido precisamente a la mínima capacidad de adaptación que poseían.

De la misma manera que está demostrado que la Inteligencia Emocional (IE) es un factor clave en las familias empresarias para lograr sus objetivos, la Inteligencia Cultural lo es para las empresas globales, que necesitan de líderes que sepan reconocer los comportamientos y las creencias más profundas arraigadas en una cultura, comprender, interpretar los signos y significados, y sobre todo desarrollar estrategias de valoración y empatía.

Pablo Álamo Hernández
Prime Business School- Universidad Sergio Arboleda
Twitter: @pabloalamo